Mensaje en la Botella

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"Floto, sin rumbo, en un mar infinito,

Llevo dentro las palabras que nunca dije,

Esperando que algún día lleguen a ti,

Aunque no sé si alguna vez las leerás.

Soy un mensajero en una botella,

Viajando por olas desconocidas,

Esperando que el destino te lleve a mí,

O que mis palabras te encuentren en algún lugar lejano."

Muchas veces me siento como ese mensaje en la botella, lanzado al mar con la esperanza de que, algún día, llegue a ti. No sé cuándo ni dónde, pero en algún momento, las palabras que guardo dentro de mí te encontrarán. Floto en este vasto océano de la vida, llevándote mis pensamientos, mis deseos, todo lo que quiero compartir contigo, aunque aún no estés aquí.

El mar es inmenso, como el tiempo, y no tengo control sobre las corrientes que me llevan de un lugar a otro. Pero en mi interior, guardo la fe de que este viaje tiene un propósito, de que, en algún rincón del mundo, tú también estarás esperando. Tal vez nunca recibas mi mensaje, tal vez nunca lo leas, pero aun así, lo he enviado. Porque el simple acto de escribirte, aunque no te conozca, me hace sentir más cerca de ti.

El mar en el que floto es como el tiempo que nos separa. A veces las olas son suaves, y todo parece estar en calma, pero otras veces, el oleaje es fuerte, y me siento a la deriva, sin saber si alguna vez alcanzaré la orilla donde estás. Y sin embargo, la botella sigue flotando, resistiendo las tormentas y los días tranquilos por igual, con la esperanza de que, en algún momento, llegue a tus manos.

Es una sensación extraña, saber que te estoy enviando un mensaje sin estar seguro de que alguna vez lo recibirás. Pero esa incertidumbre no disminuye el deseo de escribir, de poner en palabras todo lo que siento, todo lo que imagino de ti. Porque aunque este mar infinito nos mantenga separados, sé que el mensaje sigue navegando, que mi esperanza no se ahoga en las profundidades.

Tal vez, cuando menos lo esperemos, esta botella llegará a ti. Tal vez la encuentres en la orilla de tus pensamientos, y al abrirla, descubras que esas palabras fueron siempre para ti. O tal vez seguiré flotando, pero el simple hecho de saber que existes, de que en algún lugar me estás esperando, hace que este viaje sea significativo.

Porque, al final, no se trata solo de que el mensaje llegue, sino de que en cada ola, en cada giro que da esta botella en el mar, sigo aprendiendo, sigo imaginando, y sigo escribiéndote, aunque todavía no te conozca. Y en eso, ya hay una parte de ti que está aquí conmigo, incluso antes de que te encuentre.

Para ti, que aún no llegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora