Sol y Luna

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"Tu eres la luna, y yo el sol,

Caminando en direcciones opuestas,

Viviendo en tiempos que no coinciden,

Pero siempre buscando la misma luz.

Nos vemos desde lejos,

Una danza eterna en el cielo.

Pero siempre nos alejamos,

Como si el destino quisiera jugar con nosotros."

A veces siento que tu y yo somos como la luna y el sol, vivimos en el mismo cielo, pero siempre en momentos distintos. Nunca coincidimos por algo más grande que nosotros. Cada uno tiene su propio recorrido, su propio ritmo, pero nuestras trayectorias siempre parecen entrelazadas, como si estuviéramos destinados a seguirnos desde lejos, sin poder tocarnos.

Desde mi punto de vista, es como si fuera el sol, siempre brillante, siempre en movimiento, tratando de iluminar el mudo que tengo delante. Tu, en cambio, eres la luna, serena, misteriosa, con una luz que no es menos intensa, pero que solo aparece cuando yo ya me he ido. Nos encontramos en ese breve instante de transición, al amanecer o al atardecer, cuando el día y la noche se funden por un momento. Y en esos momentos, siento que casi te alcanzo.

Es una paradoja, ¿no? El sol y la luna no pueden existir en el mismo lugar, al mismo tiempo, pero uno no podría brillar sin el otro. De alguna manera, nos necesitamos para completar este ciclo que sigue su curso, para mantener el equilibrio, pero aunque somos inseparables en este juego cósmico, parece que nunca podemos estar juntos de verdad.

A veces me pregunto si todo esto es solo una ilusión.

Tal vez, como el sol, estoy condenado a verte desde la distancia, sabiendo que siempre estas ahí, pero nunca lo suficientemente cerca como para compartir más que un reflejo. Pero otras veces, cuando pienso en ti, creo que nuestra conexión es más profunda que cualquier distancia física o temporal. Es algo que trasciende el tiempo y el espacio, algo que nos une más allá de esta vida, como si estuviera escrito en las estrellas.

El sol y la luna tienen sus eclipses, esos raros momentos en que se encuentran, y el mundo entero se detiene a observar. Estos eclipses son fugaces, pero en ese breve momento o instante, el son y la luna comparten el mismo cielo, aunque solo se algo corto. Quizás algún día tendremos nuestro propio eclipse. Tal vez nuestros caminos se cruzaran de una manera en la que finalmente estemos juntos, sin distancias ni tiempos que nos separen.

Hasta entonces, seguiré aquí, caminando mi ruta, como el sol, con la espera de que un día, en ese breve y mágico instante, nuestras luces se unan, aunque sea solo por un breve momento.

Para ti, que aún no llegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora