Un lugar para nosotras🫀

Café para el alma

Pasaron algunos días desde que Gala envió el ramo y el pequeño Norris. Finalmente, una tarde, recibió un mensaje de Karime. "¿Te parece vernos en la cafetería de siempre? Tenemos que hablar". Gala sintió una mezcla de nervios y alivio; sabía que ese mensaje era su oportunidad para arreglar lo que había roto.

Cuando llegó a la cafetería, Karime ya estaba sentada en una mesa junto a la ventana. Lucía tranquila, aunque su mirada reflejaba la incertidumbre de todo lo que había pasado entre ellas. Gala se acercó con el corazón latiendo deprisa y, después de un tímido saludo, se sentó frente a ella.

Ambas permanecieron en silencio por unos segundos, hasta que Gala, tomando una profunda respiración, decidió romper el hielo.

—Karime, antes que nada quiero pedirte perdón. Lo que hice fue injusto. Dejé que otras personas me llenaran de dudas... y terminé dudando de lo más importante para mí: tú —dijo, mirándola directamente a los ojos.

Karime bajó la mirada, jugueteando con la taza de café entre sus manos.

—Gala, lo que más me dolió fue que no confiabas en lo que construimos juntas. Yo sé que tus padres tienen sus opiniones y que es difícil para ti enfrentarlas, pero... me rompió que creyeras que nuestra relación no era suficiente.

Gala asintió, tragando el nudo que se formaba en su garganta.

—Lo sé. Y te prometo que he pensado en cada palabra que dijiste, en cada cosa que he hecho mal. Quiero que sepas que estoy aquí porque quiero aprender a defendernos a ambas, a creer en lo que tenemos. Y estoy dispuesta a enfrentarlo todo... porque no quiero una vida en la que no estés tú.

Karime la observó en silencio, sintiendo la sinceridad en sus palabras. Su corazón quería ceder, pero aún había un temor latente.

—Gala, no quiero pasar por esto de nuevo. No quiero tener que dudar de si algún día decidirás que soy un error... —confesó Karime, con un leve temblor en su voz.

Gala tomó su mano, apretándola suavemente.

—Karime, si me das la oportunidad, te prometo que no voy a dudar más. Este tiempo separadas me hizo darme cuenta de que no puedo vivir sin ti. Eres mi familia, eres mi hogar... y quiero que siempre lo seas. No voy a permitir que nadie nos separe de nuevo.

Karime respiró profundamente, dejando que las palabras de Gala la calmaran. Después de unos segundos, asintió.

—Está bien, Gala. Pero quiero que lo hagamos de verdad esta vez. Sin esconder nada, sin huir de los problemas.

Gala asintió con una sonrisa que comenzaba a brillar en su rostro.

—Cuento contigo para recordármelo si alguna vez vuelvo a tambalear —respondió, intentando suavizar el ambiente.

Karime sonrió también, y después de un último vistazo cargado de sentimientos, ambas supieron que habían tomado la decisión correcta. Se inclinaron hacia adelante y se dieron un abrazo que les permitió sentir nuevamente el calor de su amor, esta vez más fuerte, más decidido.

Esa tarde, en la cafetería, ambas prometieron que su relación no volvería a quedar en segundo plano. Habían pasado por mucho, pero estaban listas para defender lo que tenían... juntas.