Llamadas de medianoche

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Durante los meses en los que estuvieron separadas, las llamadas y mensajes se volvieron su forma de mantenerse conectadas. Cada noche, sin importar la diferencia de horario, Gala y Karime se aseguraban de hablar antes de dormir. Compartían los pequeños detalles de sus días, sus alegrías y sus frustraciones, como si no existiera la distancia entre ellas.

Una noche, después de una llamada especialmente larga, Karime le susurró al teléfono:

—No importa dónde estés, siempre voy a estar aquí. Este amor que tenemos... es lo único en lo que puedo confiar sin dudar.

Gala, desde el otro lado del mundo, sonrió mientras se acomodaba en la cama del hotel, sintiendo que, a pesar de la distancia, nunca se había sentido tan cerca de karime.

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