Un lugar para nosotras🫀

¿Que haces aqui?

Mientras disfrutaban de un tranquilo desayuno ,el timbre sonó y Gala se levantó a abrir la puerta, encontrándose con Agustín, quien la miraba con una sonrisa que no le inspiraba confianza.

—Hola, Gala. ¿Podemos hablar? —dijo él, ignorando la presencia de Karime en la cocina.

Gala frunció el ceño y se giró hacia Karime, quien le devolvió una mirada de advertencia.

—No creo que sea un buen momento, Agustín. —respondió Gala, tratando de cerrar la puerta, pero él la detuvo.

—Solo un segundo. Sé que tienes tus cosas con Karime, pero creo que deberías considerar lo que te estoy diciendo. No quiero que te lastimen. —insistió, tratando de parecer sincero.

Gala sintió que su paciencia se agotaba.

—Ya hemos hablado sobre esto. Karime y yo estamos juntas, y eso es lo único que importa.

Karime apareció en el marco de la puerta de la cocina, cruzando los brazos y mirando a Agustín con desdén.

—¿Qué quieres, Agustín? —preguntó, con una voz firme.

—Quiero que Gala entienda que no siempre las cosas son lo que parecen. —dijo él, como si estuviera revelando un gran secreto.

Gala se irritó.

—¿Y tú quién eres para decirme eso? ¡Tú no sabes nada de lo que hay entre nosotras!

Agustín la miró con una mezcla de sorpresa y desdén.

—Solo estoy tratando de protegerte. —dijo, intentando apelar a su razón.

—Protegerme de qué? ¿De ser feliz? —replicó Gala, sintiendo que su voz se elevaba. —De estar con Karime, quien siempre ha estado a mi lado y me apoya?

Karime dio un paso al frente, sintiéndose cada vez más incómoda con la situación.

—Mira, Agustín, no necesitas preocuparte por Gala. Ella es capaz de tomar sus propias decisiones. —dijo, firme en su defensa.

Agustín soltó un suspiro, frustrado.

—Solo quiero que no te arrepientas, Gala. No es fácil salir con alguien de este mundo. Hay muchas presiones y... —su tono cambió, volviéndose más persuasivo—. No querrás que te usen solo por tu imagen.

Karime respiró hondo, sintiendo que la situación se tornaba tensa.

—¿Y qué hay de ti? ¿Estás aquí solo para sembrar dudas? —preguntó Karime, entrecerrando los ojos.

—No, estoy aquí porque me importas. —dijo Agustín, mirando intensamente a Gala—. Lo que tienes con Karime puede ser solo un capricho. ¿Estás dispuesta a arriesgarte a perder todo lo que has logrado?

Gala sintió un nudo en el estómago, pero no podía dejar que eso la afectara. Se giró hacia Karime, buscando su apoyo.

—No voy a dejar que nadie me diga cómo sentirme, Agustín. Estoy contigo, Karime, y eso es lo único que importa. —dijo Gala, con determinación.

Agustín se quedó en silencio, reconociendo que había subestimado el vínculo entre ellas. Con un último suspiro, dio un paso atrás.

—Está bien. Solo recuerda que estoy aquí para ayudarte si alguna vez lo necesitas. —dijo, aunque su tono era más conciliador que amenazante.

Gala cerró la puerta con firmeza, sintiendo una mezcla de alivio y tensión. Se giró hacia Karime, quien la miraba con admiración.

—¿Estás bien? —preguntó Karime, acercándose a ella.

—Sí, solo... no puedo creer que haya tratado de interferir así.

Karime sonrió y la abrazó, sintiendo la calidez de Gala.

—No importa lo que diga. Lo que tenemos es real, y nadie puede quitarlo.

Gala sonrió, agradecida por el apoyo incondicional de Karime.

—Tienes razón. Vamos a seguir adelante, juntas. —respondió Gala, llenándose de valor