PDV Pamela
29 de abrilSon las 6:15 am. No se ni como pararme de esta cama. Pienso en mi trabajo y me levantó rápidamente, no quiero llegar tarde.
Me doy una buena ducha, me visto profesional, me maquillo un poco, suelto mi cabello y ya estoy lista. Voy a la cocina, preparo un poco de café. Me encanta el café, es lo único que desayuno.
Termino mi bebida, tomo mis llaves y salgo.
- Buenos días, vecina.- cuándo miro a mi lado allí estaba Julián, vestido con un gabán gris, una corbata con tonos rosa y una camisa blanca. Sonreía coqueto, como siempre. Yo lo miré seriamente.
- Buenos días.- dije para no ser grosera.
- Me preguntaba sí luego quisieras, no se, ¿un café o algo así?- pregunta él, se ve algo nervioso.
- No lo se, llego tarde del trabajo.- digo tratando de zafarme de su invitación.
- Oh, pues ¿algún día?-
- Vivíamos el hoy Sr. Morrelli.- digo sonriendo para que no suene tan feo mi comentario. Sigo caminando dejándolo con la palabra en la boca.
Me subo a mi auto y conduzco hacia mi trabajo.
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PDV Julián- Es que es hermosa, me gustaría ser simplemente su amigo, pero se hace la difícil. Eso me gusta.- digo a Adam. Estamos en nuestra oficina: Bailey & Morrelli's. Ambos somos abogados.
- Siempre ha sido así, pero no creo que te acepte en estos momentos como su amigo. Se está divorciando, hermano. Odia a los hombres.- dice Adam.
No sabía que estaba pasando por un divorcio, por eso es tan fría conmigo.
- Yo puedo hacer que ella ame a los hombres.- digo sonriendo.
- No Julian, ella no es otra de tus mujeres. Esta es sensible, no es una que puedas llevar a la cama y ya.- dice Adam serio. Parece que le importa.
- ¿Qué estas diciendo? ¿qué me acuesto con robots?- digo riendo.
- Algo así. Necesitas volver a sentar cabeza. Es mejor superar.- dice Adam recordándome mi vida antes del accidente.
- Es cierto, siendo honesto, sentaría cabeza con una mujer como Pamela.- digo recordando como es, su cara, su pelo, sus ojos.
- Apenas y la conoces-dice Adam.
- Si pero creo que fue como amor a primera vista.- digo sonriendo como un bobo.
- Eres un enamorado, Julián.-dice Adam cerrando su maletín.
••••••••••Pasan las horas y no puedo dejar de pensar en ella. Es diferente lo que siento. Ya es hora de salir. Cierro la oficina, me despido de Adam y subo a mi auto.
Luego recuerdo que debo comprar algunas cosas en el supermercado. Me dirijo allá, justo cuando voy a abrir la puerta del supermercado alguien se adelanta y la puerta me golpea justo en la cara.
- Oh Dios, cuanto lo siento, ¿Se encuentra bien?- dice Pamela preocupada.
- Sabes, empiezo a pensar que estamos destinados a toparnos uno con el otro.- digo mientras toco mi nariz que me duele mucho.
- Tenías que ser tu. - dice con una leve sonrisa de lado.
- Ahora me debes ese café...- digo frotando mi cara, pues todavía me duele.
Ella se ve indecisa, pero luego acepta porque se siente algo culpable por casi haber roto mi cara.
- Sólo un café, después estamos a mano.- dice
- Me parece bien. No podré pagarte otro cafe cuando pague la cirugía de mi nueva nariz.- digo haciendo que ella ría. Se ve tan bella, su risa es tan melodiosa.
-Que dramático eres, no fue tan fuerte.- dice ella tratando de no reírse mucho.
Seguimos hablando hasta llegar a una cafetería que estaba cerca del supermercado. Tomamos un mesa con dos sillas y, tomando café, comenzamos a hablar.
- ¿De dónde es ese apellido?- pregunta ella.
- Es italiano, mis abuelos eran de por allá. ¿Qué te gusta hacer, Pamela?- pregunto curioso.
- Bueno, me encanta tocar el piano. También pintar, de hecho el cuadro que me rompiste lo había pintado yo.- dice ella.
- Si pero fue un accidente.- digo y ella sonríe.
- ¿Y tu Sr. coqueto? ¿qué te gusta hacer?- pregunta ella.
- Yo no tengo pasatiempos. Sólo sobrevivo día a día. Amo mi trabajo y a las mujeres.- digo
- Claro, mujeriego también.- dice ella.
- Si, las mujeres vienen a mi como abejas a la miel.- digo echándomelas.
- ¿Si? Muy bien por ti, que pena que no sepas lo bien que se siente tener una familia, una esposa que te reciba en casa, unos niños que corran a ti después de un día trabajoso.- dice ella dando un sorbo su café.
- De hecho si lo supe.- digo recordando. - Mi esposa se llamaba Raquel y mi hijo Gabriel, sólo tenía 7 años cuando murieron en un accidente de auto.- dije, ya no lloraba por que durante 3 años llore tanto que mis lagrimales se secaron. Nada podía hacerme llorar.
Pamela me mira con sus ojos cristalizados. No encuentra palabras.
- Lo... Siento mucho. No sabía nada. Es que te mostraste tan diferente, jamás pensé que hubieras tenido una familia.- dice ella limpiando algunas lágrimas de su cara.
- Tranquila, ya lo superé. ¿y tu esposo?- pregunto
- Ya me estoy divorciando. Leonardo es demasiado controlador. Una vez estuve embarazada, pero en una discusión que tuvimos él me empujo y caí al piso, perdí a mi bebe y las esperanzas de poder tener otro.- dice ella.
- Ese Leonardo no es un hombre, es un animal. Creo que eres muy valiosa para tan siquiera mirar mucho tiempo. Creo que deberías ser tratada como una reina, como a todas las mujeres.- digo. Enserio siento cosas raras por esta mujer, desde que Raquel se fue, ninguna chica me hacia sentir así.
- Gracias. Creo que ya debería irme, gracias por el café.- dice ella levantándose de la silla, yo hago igual.
- Gracias a ti, ¿Se repetirá?- digo guardando mis manos en los bolsillos.
- Vivamos el hoy Sr. Morrelli.- dice ella sonriendo una vez más de lado. Esa sonrisa me encanta, puedo ver que es una mujer humilde y valiente. - Te veo después.- dice ella
- Hasta luego- digo embobado por su hermosura.
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Espero que les guste.
Julián en multimedia.
Gracias por leer, Love you.
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Helena: Pequeña Princesa
Novela JuvenilJulián y Pamela son mejores amigos. Ambos divorciados, deciden adoptar una niña. Pero para eso tendrían que casarse y convivir bajo el mismo techo. ¿Cómo podrán llevar su relación de amistad? ¿Acaso Pamela dará cuenta de que Julián es el amor de su...