Hola bebé

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PDV Julián
1 de noviembre

Estaba soñando con mi hermosa niña. Había un campo hermoso, parecido al que tenía mi abuelo. Entonces veo que Helena viene corriendo hacia mi, tenía un traje de bailarina hermoso. Su cabello parecía resplandecer. La tomo en mis brazos y la lleno de besos.

- Papá, me tengo que ir. - dice en voz baja cerca de mi oído.

- No, princesa. No me dejes.- digo sujetándola más fuerte. Algunas lágrimas salen, pero no hago nada para ocultarlo.

- Es que me están esperando. El cielo es hermoso papi. Ya quiero ir.- dice ella sonriendo.

- No, mi amor. No me dejes, mi corazón se rompería si te vas. - digo mirándola a los ojos. Ella aún sonríe.

- Te amo, papá.- dice ella abrazándome una vez más. La pego lo más que puedo a mi pecho. Cerré los ojos y al abrirlos ya no la tenía en mis brazos. Puede verla a lo lejos, corriendo. Iba a un paso feliz, pero más lejos, vi a un hombre, no lo reconocí. Pero él tenía sus brazos extendidos. Helena llego hasta él y le cargó. Luego los vi caminar y poco a poco se desaparecieron. Trataba de gritar pero no tenía voz. Trataba de correr pero no sentía mi cuerpo, entonces me sentí impotente.

-Julián...- escucho levemente mientras me voy despertando.

Tardo en reaccionar, pero logro sentarme. Toco mi cara y noto que esta húmeda.

-Estabas llorando y diciendo unas cosas raras.. ¿Estas bien?- me pregunta Pamela, aún media dormida.

- Si, es que tuve una pesadilla.- digo. Miro me reloj y eran las 4:30 am. Pienso en Helena y quiero ir a abrazarla. Entonces me levanto y camino hasta su cuarto. La veo dormida en su cama, siento tantas ganas de abrazarla y nunca dejarla ir. Dejo un leve beso en su frente y salgo sin despertarla.
Justo cuando estoy cerrando la puerta, escucho un leve grito. Es Pamela. Camino rápido hasta llegar al cuarto. La veo sentada y tocándose el vientre.

- Julián, creo que ya viene el bebé.- dice respirando profundo.

-¿Ya? Pero... Pero... ¿Qué?- digo nervioso. No sabía que hacer primero.

-Si, ven. Ayúdame a levantarme, ve por los niños y vamos.- dice ella extendiéndome sus brazos.

Yo corro hasta ella y la ayudo a levantarse.

-Mejor llamaré a una ambulancia... Llegarán más rápido.- digo mientras la ayudo a caminar. Tomo mi teléfono, que está en una de las mesas, marco a emergencias y pido una ambulancia.

En menos de 15 minutos estaban allí. Yo y los niños nos fuimos en nuestro auto. La realidad era que yo estaba muy nervioso. No podía conducir y tener a Pamela a mi lado. Esto me traía recuerdos sobre mi primer hijo.

-Papá, ¿A dónde vamos?- me pregunta Helena media dormida mientras la subo al auto.

- Vamos a buscar a tu hermano o hermana.- digo abrochando el cinturón de seguridad de su asiento protector.

Ella abre sus ojos y sonríe contenta. Santiago ya estaba adentro del auto, así que me subo yo y conduzco detrás de la ambulancia. También quería que Pamela se fuera en ella para que la pudieran atender lo mejor posible.

- Papá, quiero jugo..- dice Santiago. Entonces estiro mi mano hasta el bolso que está en el piso del otro asiento. Soy todo un gimnasta. Saco una pequeña botella que contenía jugo y se la doy. Ese Santi podría comer y beber cualquier cosa a cualquier hora.

Llegamos al hospital y bajaron a Pamela. Yo me estacioné atrás y bajé a los niños. Obviamente no podía entrar con ellos al área de maternidad. Así que me senté con ellos en la área de espera. Me daba mucho miedo que Helena estuviera afuera de la casa, no podemos exponerla a tantas bacterias. Aunque sea un hospital, muchas personas dejan sus microbios por todos lados.

Estuvimos casi 4 horas esperando a mi nuevo bebé. Llamé a mis padres y a Edward. Estaba tan emocionado. Ya no recordaba lo bien que se sentía levantarse en la noche por que un bebé lloraba.

- ¿Sr. Morrelli?- me pregunta una enfermera. Cargaba un bebé. Estaba envuelto en una manta azul. Yo estaba dormido, tenía a Helena en un brazo y a Santiago en el otro.

- Si...- digo despertando. Los chicos así también lo hacen.

- Este es el primero..- dice mostrándome a mi hermoso niño. Entonces Helena hace ruidos, esta emocionada. Santiago mira curioso. Pero me confundo y luego pregunto.

- ¿El primero?-pregunto extendiendo las manos para cargar al bebé.

- Si, el otro tuvo algo de problemas al salir y lo están revisando. Pero todo estará bien.-dice muy calmada la enfermera, mi corazón dejo de latir y sentía mi cara fría.

- Mi esposa es Pamela, esperábamos sólo un bebé..- digo tratando de digerir lo que ella me decía.

- Oh, disculpe. ¿Usted no sabía que tendría gemelos?- me pregunta.

- No señorita.- digo cargando al bebé.

- Pues felicidades, tuvo 2 varoncitos.- dice ella muy emocionada. Yo miro al niño y sonrío. Si que no me esperaba gemelos.

-¿Qué son gemelos? - me pregunta Helena.

- Significa que en vez de un bebé tendremos dos.- digo mostrándole el bebé. Santiago no ha dicho ni una sola palabra. Sólo mira curioso, tratando de averiguar que es lo que tengo envuelto en la manta.

-Mira, Santi. Este es tu hermano.- digo, esta vez mostrándoselo a él. Sonríe y pone su mano en el bebé.

- ¿Es de nosotros?- pregunta sonriendo.

- Si.- digo sonriéndole.

- Me lo tengo que llevar. Después puede pasar para ver a el otro bebé.-dice la enfermera extendiendo los brazos. Yo beso la cabecita de mi hijo y se lo entrego.

- ¿Cómo esta mi esposa?- pregunto.

- Ella está muy bien. También puede pasar a verla.- dice la enfermera.

- Quiero ver a mamá. - dice Santiago.

Entonces salimos de el área de espera y caminamos hasta un cuarto en donde estaba Pamela.

- Hola amor.- digo en voz baja acercándome a ella.

- Hola.- dice sonríendo. Se ve exhausta.- Hola niños.- dice mirándolos. Ayudo a los niños a subirse a la cama.

- Mamá, vimos el bebé. Pero no es uno son 2. Son gelemos.- dice Helena haciéndonos reír.

- Se dice gemelos.- digo aún riendo. Ella también se une a las risas.

- y tu Santi, ¿Lo viste?- le pregunta Pam a Santiago.

- Si, es de nosotros.- dice Santiago sonriendo.

- ¿Cómo les llamaremos?- me pregunta Pamela. Antes de que pueda decir algo, Santiago habla.

-Jugo y galletas.- dice muy contento mi hijo.

- Esos no son nombres.- digo riendo un poco. Él ríe, es un travieso.

- Siempre me gustó Adrian.- dice Pamela.

- Es un nombre muy lindo.- digo sonriendo. - A mi me gusta Matteo.- añado.

- ¡A mi también!- dice Helena.

- ¡Y a mi!- dice Santiago imitando a Helena.

- Pues ya esta Adrián y Matteo serán.- dice Pamela sonriendo. - Oh, nos falta una cuna.- dice preocupada.

- Tranquila. Hoy mismo compraré otra. Y también más ropa y pañales.- digo pensando en todas las cosas que había que comprar.

- Yo quiero ayudar.- dice Helena.

- Y yo.- añade Santiago imitando una vez más a Helena.

Luego de un tiempo, trajeron a Adrian, que era el mayor. También a Matteo, que fue el que tuvo dificultad para salir. Son hermosos. Ahora mi familia es más perfecta.

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Gracias por leer, Love you.

Helena: Pequeña PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora