Terapia canguro

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PDV Julián

Abro los ojos un poco desorientado. Miro a mi hombro y está la mujer más hermosa que he conocido. Trato de no moverme mucho para no despertarla, pero tiene un sueño tan profundo que ni cuenta se da de que me levanto del mueble.

Busco el café para prepararlo. Soy persona de café y siento que no podría estar un día sin el. Antes de servirlo ya estaba Pamela de pie.

- Buenos días- digo acercándome a ella para darle un beso su mejilla.

- Buenos días.- dice ella entre un bostezo.

- Toma, no te tardes. Hoy iremos a ver a Helena.- digo extendiendo mi mano con la taza. Ella sonríe emocionada.

Nos vestimos y salimos para el hospital, yo estaba algo ansioso por la bebé. La realidad es que no me gusta esperar por nada, excepto por el amor de Pamela. Por ella esperaría mi vida entera.

- ¿Julián?- pregunta Pamela sacándome de mis pensamientos.

-¿Si? Perdón estaba pensando.- digo mientras conducía el auto.

- ¿Puedo saber en que?- pregunta ella curiosa, la miro y sonrio.

- Estaba pensando en Helena. También en ti.- digo. Ella me mira y su cara se sonroja. Una vez más sonríe de lado haciendo que mi corazón vaya a velocidades increíbles. Podría tener un ataque al corazón y morir feliz por ella.

- También pienso en ti. Aveces trato de no hacerlo, pero se me hace imposible.- dice ella.- Amo como tu sonrisa coqueta hace juego con tus ojos. Me encanta como tu pelo se mueve con cada mínimo movimiento. Tus brazos me hacen estar segura y creo que cuando estoy entre ellos, no hay otro lugar donde quisiera estar. Se qué quizás suene loco pero creo que...... Creo que te amo.- dice ella sonriendo y mirándome. Yo sólo quiero parar el auto en el medio de la carretera y besarla hasta más no poder.

- ¿Enserio te sientes así?- pregunto algo emocionado.

- Tenía problemas aclarando mis sentimientos hacia ti, pero desde que nos casamos, entendí que te amo desde que rompiste mi cuadro favorito.- dice ella riéndose. Yo río con ella. Es tan perfecta.

Llegamos al hospital y me estaciono. Me bajo corriendo del auto y voy a su lado del auto. Abro la puerta y la ayudo a bajarse. La tomo por la cintura y la pego a mi.

- Yo también amo cuando sonríes, tienes algo especial en los ojos. Te distingue de las demás. Tus labios.... Tus dulces labios. ¿Me permites?- digo acercándome lentamente a su boca. Ella esta vez no se niega, y mis labios por fin tocan lo suyos. Sentí como lentamente mis pies se alejaban de la tierra, estábamos rodeados de sensaciones eufóricas.

- ¿Quien te enseño a besar así?- pregunta ella sonriendo.

- Ahí cosas que simplemente son secretas.-
Digo sonriendo. Tomo su mano y caminamos hacia el hospital. Llegamos al piso de maternidad y allí nos esperaban con una buena noticia.
Estoy tan emocionado por todo lo que acaba de pasar en tan poco tiempo.

- Señores Morrelli, hemos considerado que Helena tendría una gran mejora si se le tratará con la famosa terapia de canguro.-dice el Dr. Vargas.

- ¿La qué?- pregunté, estaba confundido.

- Se trata de una terapia que ayudara a la bebé a mejorarse más rápido. Consiste en pegar a Helena al pecho de Pamela, de esta manera el calor que emites simulará el estar dentro del útero. Es una terapia muy efectiva, funciona en el 90% de los casos.- Dice el doctor muy seguro.

- ¿Aunque yo no sea su madre biológica?- pregunta Pamela.

- Aunque no lo seas, incluso Julián podría intentarlo. Sólo queremos el bienestar para la niña.- continúa el Doctor.

Helena: Pequeña PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora