Santiago y Helena

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PDV Julián

Estoy sentado en mi escritorio, mirando a lo lejos y entonces llama Pamela a mi teléfono.

- ¿Si?-

- Julián, no vas a creer esto. Pero, tu hijo esta sentado en nuestro sofá.- dice Pamela

- Pamela ¿Estas segura de lo que dices?- pregunto tratando de procesar lo que oigo.

- Sólo llega aquí, lo veras con tus propios ojos.-

-¿Podrías al menos explicarme que es lo que esta pasando?- pregunto algo alterado

- Por favor ven.- dice ella con una voz dulce. Ella cuelga y yo me quedo pensando en lo Pamela dijo. Mi único hijo murió. No tuve más ninguno.
Espero que no sea un broma de mal gusto.

-Adam, necesito salir. Es una emergencia.- digo a Adam guardando mis cosas.

- Tranquilo, ¿Todo bien?- pregunta él preocupado.

- Te contare después.- digo saliendo casi corriendo de la oficina. Me subí a mi auto y trate de llegar lo más rápido posible.

*********
PDV Pamela

- Ya no llores, por favor.- digo mirando al pequeño quien todavía llora. Me hace señas para que lo cargara y no supe que hacer. Luego extendí mis brazos y lo cargué. Se calmó lentamente, Fui a la cocina y le prepare un biberón. Se lo tomó y lo puse al lado de Helena para que jugará con ella. Rápido Helena, como siempre, se le tiró encima para mirarlo y examinarlo completo. Mi hija es toda una salvaje.

- Cálmate Helena.- digo quitándola de encima del pobre niño. Él sólo rie, tiene una hermosa risa. Cada segundo que pasa me doy cuenta de que este hijo si es de Julian y eso me duele. Porque toda una vida quise dar a luz, más al hombre que amo.

Julián entra al apartamento, busca con su mirada desesperadamente al niño.

- Julián, que bueno que llegas.- digo caminando hacia él.

- ¿Dónde esta? ¿dónde esta, Pamela?- dice él. Esta muy ansioso.

- Oye cálmate. No puedes verlo así. Tienes que respirar.- digo poniendo mi mano en su pecho. Él así lo hace para complacerme. - Quiero que lo veas, luego discutiremos el asunto.-

Él camino hasta donde estaba Santiago. Se arrodilló y lo tomo en sus brazos. Lo levanto lentamente y sonrió. Santiago también le sonrió. Julián lo puso en el suelo nuevamente y besó a Helena. Luego se levanto y me hizo señas para hablar en el cuarto.

- Pamela, ¿Sabes lo que esto significa?- pregunta él.

- No la verdad no. Pero es tu hijo, tienes que hacerte cargo de él. -

- No se sí es mi hijo. Pensé que había comprado un perro.- dice

- Es idéntico a ti Julian. No puedes negarlo.- digo sonriendo.

- No puedo tenerlo, Pam.- dice él poniendo sus manos en la nuca.

- ¿Por qué no?- pregunto

- Todo lo que está a mi alrededor se muere o se enferma. No le haré lo mismo a este bebé.- dice él con sus ojos nuevamente cristalizados.

- Julian, no digas eso. Eres increíblemente el mejor en lo que haces. Eres el mejor abogado, el mejor papá y el mejor esposo. No es tu culpa, Julián. Ahora mírame, es tu hijo, te ayudaré. No estás sólo, para eso nos casamos. En las buenas y en las malas. ¿si?- digo tomándolo por sus mejillas.

- Si, Necesito saber de él. ¿Dejo algo más?- pregunta

- Si, dejo una carta para ti y todos los documentos importantes del bebé.-digo entregándole los papeles que estaban en nuestra mesa de noche.

Julián lee la carta y veo como se derrumba por dentro. Se que a él le hubiera encantado poder conocer a este chico y ayudarle en todo.

- Sofía.... Nunca me dijo.- dice

- Pero ahora esta aquí, No pierdas esa oportunidad. Se qué es una locura, pero es tu hijo. Sabes que me encantan los niños, no me molestaría darle un hermanito a Helena.- digo tratando de animarlo.

-No, no. Tenemos que devolverlo.-

- ¿A quién Julian? Esta sólo, tu eres su padre. Se supone que lo cuides.- digo mirando como da vueltas en sitio, desesperado.

- No se. Yo no estoy listo, no lo estoy. Mi hija tiene cáncer y este bebé.... Sólo peligra conmigo.- dice mirándome. Jamás había visto unos ojos tan desesperados por llorar.

- Ven, déjame abrazarte.- digo extendiendo mis brazos y él cae en mi hombro. Siento como sus lágrimas salen humedeciendo mi hombro. Me abraza fuerte, yo sólo dejo que llore sobre mi.

- Me duele Pamela. Todo se nos cae encima.- dice él.

- Y levantaremos todo. Te necesito fuerte. Eres la torre de esta familia. Ahora sal, mira a ese niño a los ojos y promete que lo cuidarás. Ya después harás todos los trámites necesarios.- digo aguantandolo por los hombros.

Seca sus lágrimas y sonríe.

- Positivos.- dice

- Positivos.- repito dándole una vez más ánimos.

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Gracias por leer.

Helena: Pequeña PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora