Boda

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PDV Pamela
18 de agosto

- ¿Lista?- me pregunta Julián agarrando mi mano. Estamos parados frente a la puerta de la oficina, estoy tan nerviosa. No me caso por amor, pero este hombre hace que sienta cosas inexplicables.

- No, digo si.- dije. No podía controlar mi lengua. Sonreía emocionada.

- Bueno, ¿Qué estamos esperando?- dice él mientras me halaba hacia adentro.

Entramos a la gran oficina del juez. El me aguantaba de su brazo. Parecía el desfile, yo llevaba un traje color crema y un cinturón marrón. El llevaba su chaleco gris con una camisa amarilla. Me sentía tan rara.

- Siéntense por aquí, llenen estos papeles.- dice el juez, así lo hacemos nosotros. Empezamos a llenar lo papeles del matrimonio. Aún no creo que me voy a casar, también voy a ser mamá.

Luego de llenar tantos papeles, el juez dijo:
- Ahora si, los declaro marido y mujer.- me estremecí. Mire a Julián quien sonreía. Esa sonrisa tan coqueta que hace que me derrita por dentro.

- Sra Morrelli.- dice Julián haciendo una reverencia. Nos abrazamos, el juez nos miro raro por que no nos dimos un beso como lo hacen las demás parejas.

- Tenemos que ir a ver a Helena.- digo

- ¿Qué esperamos entonces?- dice y salimos del lugar, siendo oficialmente los señores Morrelli.

Nos subimos al auto y hablábamos de todas las cosas que haríamos cuando la niña saliera del hospital. Estábamos tan emocionados por todas las cosas que estaban pasando en nuestras vidas.

Llegamos al hospital, subimos al área de maternidad y allí estaba Julia saliendo con sus maletas.

- ¿A dónde vas?- pregunta suavemente Julián.

- Te dije que no me quedaría, ya se cumplió mi sentencia. Me voy.-

- Espera, quiero decirte algo.- Digo- Te quiero agradecer por haber traído a Helena. Aunque no la tuve en mis vientre, se que Helena siempre estuvo en mi corazón. Quizás ella tenga tus ojos, pero yo le enseñaré a ver las cosas diferentes. Gracias Julia, me has dado el mejor regalo de vida,- digo abrazándola.
Ella sólo se queda ahí, es tan fría. Da media vuelta toma sus maletas y se va.

Julián me toma del brazo y entramos a área de los bebés prematuros. Con la ayuda de las enfermeras, nos ponemos nuestras batas y llegamos hasta Helena. Estaba conectada a tantos cables. También tenía un respirador, todavía sus pulmones no estaban completamente desarrollados.

- Es tan hermosa, no puedo esperar a que crezca y podamos llevarla a tantos lugares. Por ejemplo a El gran cañón o las cataratas del niagara.- dice Julian.

- Siempre he querido ir a las cataratas. Es mágico lo que pasa allí.- digo frotando la frente de Helena.

- Pamela, gracias por todo. Eres una gran..... Amiga. Hoy será nuestra noche de bodas y quiero que sea especial ya que no será como la que tuvimos hace algunos años.- dice Julián sonriendo.

- ¿Qué tal si no vienes a mi apartamento y vemos películas de horror? Creo que sería una buena opción...- digo sonriéndole.

- Me parece perfecto.-

Luego de estar un rato con Helena, decidimos irnos a casa. Todavía no nos habíamos mudado al nuevo apartamento. Aunque todas las cosas de Helena estaban allá, queríamos mudarnos cuando la bebe saliera del hospital.

- Estoy cansado.- dice Julián sentándose en mi mueble.

- Yo más. Tal parece que hicimos una boda por todo lo alto.- digo sentándome a su lado.

Pusimos una película y lentamente nuestros ojos se cerraban. Me quede dormida en su hombro toda la noche. No es lo que se hace comúnmente en una noche de bodas pero fue genial.

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Gracias por leer, J't aime.

Helena: Pequeña PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora