45: FINAL

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Ella me saludó a lo lejos con una sonrisa y moviendo su mano. Le sonreí de vuelta y me acerqué.

-Oh, Mike, qué bueno que ya llegaste, he pedido por ti -admitió-. Quesadillas Extremas, tus favoritas.

- Já -reí nervioso-. Lo recuerdas ¿ah?

-Cómo olvidarlo, siempre es lo que comías antes de irte al estudio -me guiñó el ojo.

- Bueno... Si -reí-. Tu pides enchiladas, siempre -ella asintió y sonreí.

-No tardan en llegar -dijo sin quitar su sonrisa.

La miré.

-Mike, hay algo que me gustaría contarte -me dijo Lena.

- Cuéntalo -dije y bebí del vaso que estaba frente a mí.

-Jack y yo nos vamos a casar -me mostró su anillo con una sonrisa en el rostro.

Sentí que me ahogué un poco y tuve que carraspear mi garganta.

- ¿Perdón?

-Sí, nos casaremos dentro de cuatro meses -admitió-. Sentí que debías de saberlo.

¿Se iba a casar? Se va a... ¡Casar! ¿Qué verga? Se supone que ella y yo y... Es demasiado.

- ¿Y qué? ¿Vas a pedir que sea el padrino o...? -pregunté.

-Algo mejor que eso -tomó mis dos manos-. Mike, sé que es importante para ti también. Nos amábamos, pero éramos unos niños -fruncí el ceño-. Ahora los dos encontramos el amor. Sé que siempre quisiste verme en un vestido de novia, así que me gustaría que me acompañaras a ver algunos.

Literalmente mi mandíbula golpeó el suelo. ¡Quiere que la vea en un puto vestido de novia! ¿Acaso estaba jugando conmigo? Acaso... Maldita zorra de mierda.

- ¿Amabamos? -pregunté y ella cruzó sus brazos.

-Oh, Mike, por favor, no te pongas dramático -dijo-. Yo sé que me dirás el mejor punto de vista, eres perfecto para este trabajo.

- ¿Y pretendes que recuerde cuando me regresaste mi anillo el día que íbamos a ver vestidos? -pregunté.

-Michael, por favor, creí que lo habías superado ya -dijo.

Rodé los ojos y pusieron la comida frente a nosotros.

- Bien, iré contigo -accedí-. Pero no me hagas cometer nada estúpido Lena.

-¡Aw! ¡Muchas gracias, Mikey! -me dijo emocionada.

- Si, lo que sea por una vieja amiga -dije no muy convencido, la miré. Pero ella se veía feliz, así que...

-¡Perfecto! -exclamó.

Comimos entre risas. Bueno, ella era quien reía más. Aunque siendo honestos... Extrañaba su presencia. Cuando terminamos, decidí pagar y salimos para tomar un taxi hacia la plaza de los vestidos. Caminamos hombro a hombro hacia la bendita tienda. Era muy grande. Una tal Jennifer nos recibió, al parecer tenía una cita a las 4 con Lena.

- Buena tarde -le dijo a Lena-. Recibimos tus e-mails. Tenemos justo lo que estas buscando -le aseguró, ella me miró y sonreí un poco-. ¿Eres el novio? Bueno, no es común que esto pase pero...

- Gracias al cielo no lo soy -le dije a Jennifer.

-Oh, un amigo -sonrió hipócrita-. Bien, entonces veamos los vestidos. Elegí dos perfectos para ti, sino podemos ver otra variedad.

-Me parece fabuloso -dijo Lena sin dejar de mirarme.

- Wuu -dije sarcástico alzando mis manos. La seguí hasta una sala y Jennifer le tenía los dos vestidos ahí.

Luces, cámara, acción » m.c.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora