Extra: Chaqueta roja

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Disclaimer: No recordamos mucho de LCA, ya ven que la terminamos hace tiempo, pero esto es para ustedes

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Michael

¿Por qué tenía que dejar todo hasta el último siempre? Debí escuchar a mi mamá cuando me lo dijo. En cinco horas tenía que estar en camino ya para los VMA's y heme aquí buscando lo que me pondré. Sería más fácil si no hubieran tenido la idiota idea de irnos combinados, mis puertas se cerraban aún más al buscar entre rojo, blanco y negro. Debería causar polémica yéndome de amarillo o algo. Me bajé del uber y me coloqué una gorra, junto con mis lentes oscuros. Creo que así es seguro.

Aunque, honestamente, dudo que muchas personas nos recuerden. Bueno, tal vez esté exagerando un poco, estas vacaciones han sido bastante agradables, pero siento que me estoy deshaciendo sin saber qué es lo que haremos después. Obviamente sigo escribiendo mi música, es decir, es el 2017, tengo que seguir haciéndolo antes de que Maluma decida sacar una canción que se llame como la mía.

Entré a la primera tienda departamental que encontré y me fijé en el espejo más cercano. A mi lado habían una pareja fotografiada vistiendo unos vaqueros y una flannel. "H&M". Ah, muy bien, Michael, excelente elección de tienda.

Entré a la tienda, y me centré en mi objetivo. Los premios. Bien. Es decir, no sé por qué vamos, no hemos sacado nada en dos años. Me sorprendió la llegaba de la invitación, pero supongo que será bueno ver a varios de mis amigos y conocidos, ganar algun «Moonman».

Me fui a la sección de hombres y comencé buscando una camisa, que pudiera combinar con mis jeans negros. Aunque todos llevarían jeans negros. ¿Y si llevo unos rojos? O qué tal unos blancos. Tipo Justin Bieber. Sonaba tentador.

Va, serán unos blancos. Busqué unos que estuvieran de mi talla, pero solo había tallas más pequeñas que la mía. Oh, demonios. Tendría que preguntar.

Caminé hacia la persona más cercana y chequé que tuviera algún distintivo que indicara que trabaja aquí y logré encontrar a una chica un poco baja de cabello anaranjado. Ella me volteó a ver con sus ojos verdes cristalinos y le sonreí. Parecía más modelo de ropa, que una trabajadora.

—Hola, ¿tendrás estos en 34? –pregunté. Ella los miró y soltó una pequeña risa.

—¿34? —la pelirroja alzó una ceja—. Solo tenemos hasta el 15.

La miré, sorprendido.

—¿15? ¿Qué demonios? —sacudí mi cabeza—. ¿Acaso ese es el nuevo estereotipo de hombre? Dios. Deben ser flaquísimos.

Ya valí.

—Mira, puede que tu mente crea que ese es tu estilo, no sé con qué género te identifiques, "él" o "ella", no lo sé — dijo, graciosa—. Pero de verdad no tenemos en la talla que dices.

No entendía nada.

—¿Qué? ¿Intentas decir que si soy gay? —vaya servicio que contratan.

—Oh, Dios, no, no te ofendas, disculpa —dijo ella y noté que se sonrojó un poco—. No quiero que pienses que tengo algo contra los gays, no, yo estoy completamente de su lado.

¿Qué mierda?

—Woah, woah, woah. Espera —la miré y me quité los lentes—. No soy gay.

—Oh, lo siento — vi que se sonrojó aún más—. Lo siento — soltó una risita—. Estos son de chica, los de hombre están al final del pasillo. Habrá un 34 definitivamente.

Luces, cámara, acción » m.c.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora