CAPÍTULO XXV

1.3K 125 28
                                    

BRUNO

Tobías está aquí, Maldita sea.

Me paseo de un lado a otro por mi habitación pasándome las manos por el cabello.

Tobías está aquí, repito internamente como un idiota.

Pero eso no es lo que me preocupa.

Me preocupa que se entere de esta manera de mi relación con su hermana.

Me hubiera gustado hablar con él formalmente, decirle mis intenciones con su Ocatvia esperando a que me entendiera y estuviera de nuestro lado para cuando llegara el momento de hablar con sus padres.

Pero en cambio está allá abajo en dónde dejé tirada la ropa de su hermana cuando me la cogí como un animal que no podía controlarse y esperar a llegar a la habitación.

Octavia, mi bella y desaliñada novia, está petrificada en el centro de la cama cubriéndose con las sábanas, sé que debería idear un plan pero no se me ocurre nada.

— Bebé — la llamo sacándola de sus pensamientos. — tranquila, todo estará bien, hablaré con él.

— No, no quiero que tenga está impresión de mí, no quiero que lo sepa así.

— Tu ropa quedó allá abajo, seguro ya la vió.

— No, no creo, si no ya hubiera subido a armar un escándalo.

Es una posibilidad pero es imposible que no haya visto el desastre que dejamos abajo, no estaba pensando con claridad, pero él único que corría el riesgo de ver la ropa era Narsés, aunque él suele llegar tarde todos los días.

Creí que me daría tiempo de bajar y ordenar un poco.

— Bajaré y veré cómo están las cosas — le doy un beso en los labios — tú tranquila, ¿de acuerdo?

— Si.

— Trataré de convencerlos de que se vayan.

Asiente y tras ponerme los primeros pantalones que encuentro, salgo de la habitación.

Cuando bajo, lo primero que veo es la pared rota y la mesa volcada, cierro los ojos esperando que mi cuñado me reciba con un puñetazo en cuanto me vea, pero no pasa nada.

— Espero no hayamos interrumpido nada — dice Narsés y  abro los ojos inmediatamente. Está sentado en el sillón junto con Tobías mientras este acaricia a una amable Rosalía.

La muy cabrona acepta sus caricias , contrario a como se comportó con Octavia al principio.

— No, para nada — respondo tratando de sonar despreocupado, si Tobías no me ha golpeado quiere decir que no vio la ropa de su hermana.

Ropa que por cierto no veo por ningún lado.

Narsés debe ver el desconcierto en mi cara, porque me sonríe en complicidad y me guiña un ojo.

— Amigo, si hubiera sabido que tenías compañía no habríamos venido — dice Tobías.

— No es nada — agito  una mano restándole importancia — la señorita ya se fue, justo iba a ducharme.

— ¿Y dicha señorita es algo serio o solo de una noche? — pregunta Narsés siendo un idiota, él sabe  de mi relación con Octavia, pero lo hace para ponerme en apuros. Lo miro mal, pero él solo se ríe más.

Tobías me mira expectante, pero hay algo en sus ojos que no reconozco.

Lo paso por alto y me voy a sentar en el  sofá individual frente a ellos.

BESAR LA LLUVIA [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora