BRUNO
¡Mi amor, no!
Grito internamente cuando a mí Octavia se le sale mencionar lo de Nueva York.
Emi, mi suegra, nos mira a ambos con las cejas juntas buscando una explicación pero...
¿Cómo que desde Nueva York, Octavia? — grita Max desde el umbral de la enorme puerta que da a la sala.
Todos se tensan incluido yo, si iba a ser difícil explicarle a Emi, explicárselo a Max será imposible, es más, ¿no se supone que se iba a ir a descansar?
Yo ya lo hacía roncando.
— Papá, yo… este — balbucea mi novia sin saber qué decir.
Me paro a su lado y le rodeo la cintura con mi brazo cuando Max se adentra en el lugar.
Se para junto a Emilia y nos mira con furia renovada.
En una esquina Tobías también nos mira pero con curiosidad y diversión combinados.
Sinceramente creí que el drama ya se había acabado por hoy y que Octavia y yo lo habíamos superado con éxito, tomando en cuenta que Max pidió tiempo, sin embargo, parece que no es así.
— No creo que estés en condiciones de escuchar — le digo a Max — sugiero que descanses como lo habías propuesto y mañana a primera hora hablaremos.
— Tú no me das órdenes — me señala con el dedo y después mira a Octavia — ¿Cómo que desde Nueva York, Octavia? Y no me mientas.
Mi novia pasa saliva visiblemente y alza la barbilla mientras yo aprieto más mi agarre a su cintura.
— Cuando me lo presentaste en la cena de mi cumpleaños no fue la primera vez que nos conocimos, papá. Bruno y yo nos conocimos en Nueva York en… — hace una pausa. — en otras circunstancias — concluye y espero que esa explicación sea suficiente pero…
— ¿Él fue el que te hizo el maldito chupetón con él que llegaste? — mierda, mierda, olvidé que Tobías mencionó que Max se puso furioso al respecto y Octavia también olvidó ese detalle a juzgar por como se pone rígida por la pregunta.
— Si — contesto porque no tiene caso ocultarlo.
Sin embargo no espero su reacción, Máximo se abalanza sobre mí y me estrella el puño en el pómulo derecho.
Siseo por el dolor, puedo defenderme y devolverle el golpe, pero solo me sostengo la cara mientras Emi y Tobías lo detienen, aunque Max me mira sorprendido como si no creyera lo que acaba de hacer o no creyera que no reaccioné con un golpe.¿Quien sabe?
— Papá — le grita Octavia.
— Máximo, no lo puedo creer — lo regaña Emi.
— No sabía que era tu hija la primera vez que la conocí, — le digo a Max, trato que mi tono no se escuche dolido pero no lo logro, en el fondo no puedo creer que me haya golpeado y más que enfurecerme, me duele un poco, aunque no físicamente.
— Mi amor, ¿estás bien? — pregunta mi novia y yo asiento dándole una sonrisa forzada. — No lo puedo creer, papá, no debiste hacerlo, Bruno no hizo nada malo, me alejó a más no poder por ser tu hija — la voz de Octavia se escucha rota mientras lágrimas ruedan por sus mejillas — pero tú, más que nadie, deberías saber que no se puede separar dos almas que están destinadas a estar juntas, a veces ni la muerte lo logra.
La expresión de Emi es de orgullo, la de Tobías es de comprensión y la de Max…
Pareciera que ha recibido un fuerte golpe cuando mira a su hija con los ojos muy abiertos.
— Solecito — empieza a acercarse a Octavia, Tobías y Emi aflojan su agarre pero permanecen alerta en caso de que me quiera golpear de nuevo.
— Lo amo papá y él me ama y eso debería ser lo único que te debe preocupar, y si no lo puedes entender qué lastima, porque no solo vas a alejar a un hombre que te admira y respeta, también vas a perder a tu única hija.
Max se detiene ante las palabras de Octavia, parpadea un par de veces, después nos mira a ambos y abre la boca para decir algo pero no dice nada.
Solo asiente, se da media vuelta y se va sin decir nada.
Cuando Max sale de la sala, Octavia se aferra a mi enterrando su rostro en mi pecho y empieza a llorar abiertamente.
Solloza aferrándose a las solapas de mi saco mientras la abrazo y le susurro al oído que todo estará bien, aunque ni yo mismo estoy seguro de que sea cierto.
— Bruno — Emi se acerca a mí — te pido disculpas en nombre de Max, por favor, no te lo tomes personal.
Asiento sin poder responder verbalmente, de pronto siento una piedra atascada en la garganta.
Tobías se acerca a mí y me palmea el hombro mientras me mira con semblante solemne.
— Te comportaste como todo un hombre — me dice — gracias por no devolverle el golpe.
— No lo habría hecho aunque no lo hubieran detenido. — contesto y me concentro en consolar a Octavia quien no para de llorar.
![](https://img.wattpad.com/cover/362938568-288-k914607.jpg)
ESTÁS LEYENDO
BESAR LA LLUVIA [+18]
RomantikOctavia Bécquer es la hija del matrimonio perfecto, creció tratada como una princesa a la cual cumplen todos sus caprichos, ella aspira a encontrar el amor que iguale lo que sus padres tienen, pero sin embargo piensa que no encontrará. Todo cambia c...