CAPÍTULO XXVIII

1.3K 145 101
                                    

TAVI

—     Mamá y papá llegaron sin avisar, y están preguntando por ti.

Dice mi hermano y me quedo pasmada por un momento sin responder.

—     Tablita, ¿sigues ahí?

—     Si, aquí sigo. ¿Tú qué les dijiste?— inquiero ante la mirada de mi novio quien luce pálido, no sé si por la noticia o porque acaba de vomitar.

—     Que te acababas de ir al trabajo y me creyeron, aunque señalaron que era muy temprano aún.

—     Gracias Tobías.

—     Lo más probable es que te llamen, así que continúa con la mentira. Ahora se fueron a su habitación.

—     Entendido — cuelgo la llama un poco más tranquila. — ¿Estás bien? — le pregunto a Bruno.

—     Si. ¿Y tú?

—     También, pero tú te ves pálido, deberíamos ir al doctor.

—     Más tarde, bebé. ¿Quieres que te lleve a tu casa para ver a tus padres?

—     Yo… — mi teléfono empieza a sonar en mi mano por la llamada entrante de papá. — Hola papi — saludo tratando de sonar normal.

—     Hola Solecito. Tu mamá y yo acabamos de llegar a casa, creímos que aún te alcanzaríamos.

—     Si nos hubieran avisado los hubiera esperado, es que hay pendientes aquí en la oficina que debía atender.

—     Mi hija tan trabajadora — halaga la voz de mamá.

—     Hola mami, ¿qué tal el viaje?

—     De maravilla, Cielo. Más tarde te contaré.

—     Claro que sí mamá. Supongo que ahora quieren descansar.

—     Un poco, si — acepta papá.

—     Entonces los dejo que descansen, más tarde los veo.

—     Está bien, Solecito, te quiero, nos vemos al rato. Salúdame a Bruno, dile que espero verlo más tarde también, si no está muy ocupado.

—     Si papá, le diré — aunque no es necesario porque ha escuchado a través del alta voz del celular.

—     Cuídate cielo, saludos a Bruno de mi parte también.

—     Si mami. Los quiero, adiós.

—     Adiós. — responden al unísono y cuelgo.

—     Todo está bajo control. — suspiro lanzando el teléfono a la cama y vuelvo a acariciar a Rosalía.

—     Todo va a estar bien — dice Bruno acercándose a mi y depositando un tierno beso en mi frente. — Quisiera hablar primero con Max en privado, antes de anunciar nuestra relación — comenta mirándome a los ojos.

—     ¿Por qué? — pregunto ceñuda — los dos deberíamos hablar con ambos.

—     Y así será, mi amor, pero en verdad quiero hablar primero con tu papá.

—     ¿De qué? — pregunto y noto como inmediatamente él se pone rígido. — si vas a hablar con él de lo nuestro lo justo es que hablemos ambos, no te voy a dejar todo el paquete.

—     Por favor bebe, hazme caso, es necesaria una charla previa, confía en mí.

Permanezco callada, porque esta “charla previa” se me hace innecesaria pero sospechosa.

BESAR LA LLUVIA [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora