pasion prohibida (SASUNARU)

30

La habitación estaba impregnada de un ambiente cálido y silencioso, con Naruto recostado sobre el pecho de Sasuke. Ambos jóvenes todavía respiraban con cierta agitación, disfrutando de la intimidad compartida tras su ardiente "entrenamiento".

De repente, el sonido de pasos firmes resonó en el pasillo. Naruto y Sasuke intercambiaron miradas rápidas, sus cuerpos tensándose ante la posibilidad de ser descubiertos. La puerta se abrió de golpe, revelando a Orochimaru con una expresión neutral, pero con Kawaki en brazos.

El pequeño, de apenas seis meses, tenía los ojos enrojecidos y húmedos por el llanto, su carita arrugada en un gesto de descontento mientras balbuceaba sonidos desesperados. Naruto se enderezó al instante, su rostro cambiando de la sorpresa a una preocupación cálida.

—¿Qué pasó? —preguntó, levantándose rápidamente y ajustándose el pantalón con torpeza.

Orochimaru alzó una ceja, como si quisiera comentar algo sarcástico sobre la escena que había interrumpido, pero se limitó a hablar.

—Parece que tu hijo no puede estar tranquilo sin su mamá. Llora y llora, no importa cuánto lo intente calmar. —Orochimaru suspiró, su tono ligeramente molesto.

Kawaki, al ver a Naruto, estiró sus pequeños brazos hacia él con desesperación, balbuceando entre sollozos.

—¡Ma... ma!

El corazón de Naruto se derritió al instante, acercándose para tomar al pequeño en sus brazos. Kawaki se aferró a él con fuerza, apoyando su cabecita en el pecho de su madre y dejando escapar un suspiro al sentir su calor. Naruto le acarició suavemente la espalda, susurrando palabras tranquilizadoras.

Jiraiya, que se había asomado por detrás de Orochimaru, rió entre dientes al observar la escena.

—Parece que tiene hambre, Naruto. Tal vez deberías atenderlo.

Naruto asintió, dejando que una leve sonrisa se asomara en sus labios mientras caminaba hacia una silla cercana con Kawaki aún en brazos. Orochimaru rodó los ojos, tomando a Jiraiya del brazo.

—Vamos, dejemos que "la familia" disfrute de su momento.

Jiraiya, con su usual sonrisa despreocupada, guiñó un ojo a Naruto y Sasuke antes de salir, cerrando la puerta detrás de ellos.

Naruto suspiró con alivio, sentándose con Kawaki todavía aferrado a él. Sasuke, que había permanecido de pie a un lado, observó en silencio, con los brazos cruzados. Había algo en la forma en que Naruto interactuaba con Kawaki que lo desarmaba por completo.

Naruto levantó ligeramente su camiseta, exponiendo su pecho mientras acomodaba al pequeño para que pudiera alimentarse. Kawaki, ansioso, buscó rápidamente, comenzando a succionar con pequeños sonidos satisfechos.

—Siempre tiene hambre... —comentó Naruto con una sonrisa suave, mirando a Sasuke con ternura.

Sasuke se acercó, arrodillándose frente a ellos. Su mano se posó con suavidad en la cabecita de Kawaki, acariciando sus finos mechones oscuros.

—Es un Uchiha, ¿qué esperabas? —dijo con una media sonrisa.

Naruto soltó una risa ligera.

—¿Eso qué tiene que ver?

Sasuke no respondió. En cambio, se inclinó para besar la frente de Kawaki antes de mirar a Naruto con una intensidad que hizo que el rubio se sonrojara.

—Eres increíble, Naruto. Lo haces ver tan fácil... cuidar de él, estar siempre ahí.

Naruto desvió la mirada, sintiendo cómo sus mejillas ardían ante el inesperado cumplido.