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La noche en la taberna estaba en su punto álgido, la música y las risas llenaban el aire, pero Sasuke no podía dejar de pensar en lo que había descubierto. Dos días de viaje desde la cueva de Orochimaru lo habían llevado hasta aquí, hasta esta taberna en la que Shisui parecía no tener la menor preocupación, rodeado de gente y con una chica sobre sus piernas. La imagen le dolió más de lo que pensó que lo haría.

Sasuke no podía ignorar el torbellino de emociones que lo había arrastrado hasta este momento. Necesitaba enfrentar a Shisui, necesitaba que supiera la verdad. No podía seguir guardando lo que había descubierto, lo que había sentido al ver a su hermano, Itachi, enfrentando algo mucho más grande de lo que cualquiera de ellos imaginó.

Sin pensarlo más, se acercó a Shisui. Al verlo allí, tranquilo, parecía imposible que estuviera al tanto de la tormenta que se desataría.

—Shisui —dijo Sasuke, su voz baja pero firme. Cuando Shisui levantó la vista, no hubo ni una pizca de sorpresa en su rostro, solo una ligera sonrisa.

—Sasuke... ¿A qué debo el honor de tu visita? —preguntó Shisui, como si nada importara.

Sasuke respiró hondo, dejando que la furia y la tensión se acumularan en su pecho.

—Vine a hablar de lo que dejaste atrás, de lo que hiciste con mi hermano —dijo Sasuke, la rabia comenzando a salir en su tono de voz. Las palabras ya no podían mantenerse dentro—. ¡Lo que le hiciste a Itachi!

Shisui lo miró con indiferencia, tomando un sorbo de su copa, como si nada de lo que decía Sasuke fuera importante.

—¿Qué quieres que te diga? —Shisui se encogió de hombros—. Él decidió lo que quiso, yo solo... seguí mi camino. No tengo que rendirle cuentas a nadie.

Sasuke apretó los dientes, su corazón latiendo con furia. Estaba harto de las excusas, harto de las mentiras y de cómo Shisui se escudaba en su indiferencia.

—¡No es eso! —exclamó, su voz quebrándose por la furia—. ¡Itachi está embarazado! Y el hijo que espera, ¡es tuyo!

El silencio cayó sobre la taberna como un peso insoportable. La chica que estaba con Shisui se apartó rápidamente, sin entender del todo la gravedad de las palabras de Sasuke. Pero el rostro de Shisui cambió, la sorpresa y la confusión se reflejaron en sus ojos.

—¿Qué... qué estás diciendo? —preguntó Shisui, incapaz de comprender lo que acababa de escuchar.

Sasuke se adelantó un paso, la rabia en su mirada.

—¡Itachi está esperando un hijo! Y ese hijo... es tuyo, Shisui. No puedo creer que sigas actuando como si nada hubiera pasado. ¡Te abandonó por miedo a lo que sentía por ti! Pero tú no le diste la oportunidad de ser honesto, de ser sincero con él mismo.

Shisui dio un paso atrás, sus ojos finalmente llenos de confusión, incredulidad y algo más: culpa. Por primera vez, no sabía qué responder, como si las palabras de Sasuke lo hubieran golpeado directamente en el corazón. Sasuke continuó, no dispuesto a dar marcha atrás.

—¡Todo lo que ha pasado, todo lo que ha sufrido Itachi, es por tu culpa! Él te amaba y te dejó entrar en su vida, pero cuando las cosas se pusieron serias, tú lo dejaste ir. Te asustaste, ¿verdad? Te asustaste de lo que sentías, de lo que significaba estar con él, con un hombre que tenía tanto miedo de su propio destino... que lo terminó perdiendo todo.

Shisui se quedó en silencio, sin palabras, observando a Sasuke como si recién comenzara a comprender el alcance de lo que había hecho. Por un momento, la chica sobre sus piernas lo miraba también, pero al ver la tensión creciente, se levantó rápidamente y se alejó.

pasion prohibida (SASUNARU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora