Capítulo 6

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No sabía qué hacer. ¿Despertarlo para que se fuera o dejarlo dormir? Opte por dejarlo dormir, ya que se ve muy pacifico así.

No pienses esas cosas, Juan me dije dándome una bofetada.

Me levanté del sofá para dejarlo dormir, este cayo acostado mientras seguía en su profundo sueño. No afectaba que estuviera algo mojado, ya que estaban las toallas bien colocadas en el sofá.

Fui a la cocina a preparar unos sándwiches, ya que era la hora de la comida y seguro Dylan tendría hambre al despertar... Debería dejar de pensar en él.

Saque todo lo necesario para preparar mi obra maestra de sándwiches. En el momento exacto, sonó el timbre. ¿Quién podría ser en medio de esta lluvia?

Me dirigí a la puerta y la abrí. No me esperaba esto. Afuera estaba el trío de amigos y Aurora con sombrillas. Sonrieron al verme.

–¿Cómo es que saben dónde vivo? –les pregunté

–La señorita Frías nos dio tu dirección –contestó Majo.

Los deje pasar para que no siguieran esperando, aparte la lluvia seguía intensa. Ellos se asombraron al entrar en la casa. Bueno, no es que fuera una enorme casa, pero sí era grande y mi tía la decora con un toque moderno.

Siempre me dijo que le gustaba el estilo moderno, hasta mi habitación es una de esas, bien moderna.

Recordé que Dylan seguía en el sofá. Mierda. Lo descubrirán, tengo que llevar al trío y a la chica morado a otra habitación antes de que lo vieran, sino el infierno vendría a mí. Estoy exagerando.

–¿Qué tal si vamos a la cocina y me ayudan a preparar sándwiches? –pregunté con una sonrisa.

El grupo de cuatro asintieron y los dirigí a la cocina. Nos pusimos manos a la obra. Estaba nervioso, ¿qué haría si despertaba de la nada y viene a la cocina? Mierda, en qué problema me he metido. Si lo ven de seguro lo mal interpretaran.

Juanita apenas terminaba un sándwich y ya se lo estaba comiendo, Majo la regañaba que se tenía que aguantar. Al ver esa escena me dio un ataque de risa, contagiando a los demás.

Todos cómo retrasados riendo en la cocina mientras preparábamos sándwiches. Somos un grupo "normal" de amigos.

Jonás sugirió poner música de su móvil. Aceptamos con gusto, era bueno para mí escuchar música mientras hacia cualquier labor. Puso una muy pegajosa, que todos nos sabíamos, era muy rítmica que hizo a Aurora bailar en medio de la cocina. Estallamos de risa de nuevo.

Juanita cantaba mientras que Jonás, Majo y yo hacíamos los coros, y Aurora bailaba. No podía parar de reír y más con la risa de Jonás, que de ser muy exagerada, era contagiosa.

Terminamos todos los sándwiches y por un momento me olvide que el chico castaño seguía en el sofá durmiendo. Les encargue unos sándwiches más a los chicos, para poder encargarme del problema.

El chico castaño ya se había despertado de su siesta. Sonrió al verme. Yo me acerque algo nervioso.

–T-tienes que irte –susurré para que el grupo no me escuchara

Dylan hizo un puchero, luego se levantó y me miro a los ojos, con un leve brillo en ellos.

–Quiero quedarme aquí –suplicó–. Diles a tus amigos que acabo de llegar y que no esperabas mi llegada.

–¿Por qué sigues insistiendo? –le pregunté–.. Sabes muy bien que me caes mal.

Dylan sonrió y se acercó aún más a mí. Este chico me daba escalofríos, y más ahora que estábamos a punto de ser descubiertos por el grupo que está en la cocina.

Breathe me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora