Capítulo 15

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Dylan se quita encima mío antes de que la persona mal educada entre sin haber tocado.

Yo y Dylan nos quedamos viendo la puerta, que está levemente abierta, nadie aparece sobre ella. Nos miramos confundidos.

El chico castaño se acerca a la puerta para cerrarla, pero justo cuando toca la puerta, Aurora sale de sorpresa, haciendo que Dylan pegue un enorme grito y yo me sobresalto.

Aurora comienza a reír, después de que el chico castaño dejara de gritar. Yo igual comienzo a reír y Dylan nos mira enojado. La chica rara entra y noto que se cambió el color de cabello, ahora es azul con negro. Cierra la puerta y nos observa al chico castaño y a mí.

—¿Qué hacen ustedes dos tan solitos? —nos mira con cara maliciosa.

El chico toma una almohada y se la arroja, esta le da en la cara. El chico castaño comienza a reírse como loco. Aurora toma la almohada que le lanzaron y se arroja al ataque.

Observo como Aurora y Dylan se agarran a golpes con las almohadas. Yo comienzo a reírme al verlos peleando como niños.

Ellos me escuchan y detienen la pelea, luego se miran con una sonrisa de complicidad y se lanzan sobre mí. Suplicó alto al ataque de almohadas. Se detienen y se tiran al suelo agotados por tanto atacarme.

Una vez terminada la golpiza con almohadas que me dieron esos dos, Aurora se marcha hacia donde están los demás dándole tips de ligues a Fernando, quedándome a solas con Dylan.

—¿Quieres hacerlo? —me pregunta con un tono pícaro

—Eres un idiota.

—Admite que te gustaría

—No, no me gustaría —le respondo—Ahora, ¿ha qué habías venido?

Su cara se vuelve sería. El chico castaño se sienta en el borde de mi cama y me observa de arriba abajo.

Me acerco a él para poder escuchar su respuesta, pero el chico me agarra de una mano y me empuja a la cama, haciendo que yo caiga encima de él.

Me sonrojo y sus brazos me atrapan. Intentó escapar, pero no lo consigo. El chico castaño me abraza como si fuera su peluche.

—No te dejare ir, pequeño.

—¡Sueltame, imbécil! —hago de nuevo mi intento por escapar

—Eres mío.

El chico castaño me abraza con más fuerza y esconde su cara en mi cuello.

—¡No soy nada tuyo! —le digo—. ¡Ahora sueltame!

Él me suelta y siento que el aire regresa a mis pulmones. Se escucha la puerta cerrarse, los dos volteamos y luego nos miramos.

Dylan se levanta para investigar cómo se cerró la puerta. Al abrirla entra Fernando, embistiendo a Dylan y tumbándolo en la cama. El puño de Fernando se levanta y luego cae, embistiendo la mejilla del chico castaño. Antes de que el segundo golpe le llegue, Dylan lo detiene y le regresa el puño a Fernando.

«Mierda, ¿qué hago?» me preguntó.

Fernando cae de la cama tras el golpe que recibió. Se pone de pie demasiado rápido y el segundo impacto de Dylan se acerca.

Agarró una almohada y antes de que el golpe de impacto, me interpongo con la almohada, el golpe impacta en ella, lo cual no me provoca dolor.

—¿Son idiotas o qué? —exclamó—. ¿Por qué pelean?

Dylan mira con el ceño fruncido al chico azul, este le devuelve la mirada. Pareciera que se iban a agarrar a golpes de nuevo.

Miró a Fernando esperando una respuesta, ya que él fue quién inició la pelea, pero Dylan le siguió el juego.

Breathe me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora