Dylan me ha traído a un parque que no conozco. Anoche nos las seguimos pasando genial con la gente que queremos, pero este día nos tocaba pasar tiempo al chico castaño y a mí, cosa que ya merecíamos.
Hemos comprado unos helados para pasar el día sentados en una banca, hablando y una que otra vez besandonos. A Dylan nunca le ha preocupado que la gente nos vea tan afectuosos, ni a mi tampoco. La gente sólo nos mira extraño y luego siguen su camino.
Quisiera que todos los días fueran así. Nunca pensé que estaría con el idiota chico castaño que me acoso desde el primer día de clase que empece en ese grupo de extraños, pero heme aquí. Siempre pensé que iba a estar soltero y viviendo solo en un departamento, así me imaginaba yo. Es bueno tomar estos momentos para reflexionar, usar la tranquilidad.
Toda esa tranquilidad se esfuma cuando el sonido de un móvil interrumpe nuestro momento de silencio. Es el móvil de Dylan. Los dos nos miramos confundidos. El pitido suena de nuevo, hasta que el chico castaño saca el aparato y lo revisa.
—¿Quién es? —su rostro me hace preguntar
—Es... Andrew —la sola respuesta me da escalofríos—. Quiere hablar conmigo.
Se levanta y me tiende la mano. ¿Qué querrá Andrew? Puede que quiera disculparse o algo por el estilo. Me alegraría mucho si Dylan vuelve con su familia, no quiere decir que no me guste que esté en mi casa y lo vea a diario, pero es su familia.
Caminamos de regreso a casa. No disfrutamos casi nada de este día, pero hay que resolver primero los problemas. Dylan tiene que ir a hablar con Andrew, pero tiene que ir solo.
El chico castaño se encuentra callado en todo el camino. Yo no sé que tema de conversación sacar, porque seguro al final estaré haciendo preguntas que él no me podrá responder.
Antes de entrar a casa detengo a Dylan. El chico me mira confundido y yo lo miro relajado. Tiene que hablar con Andrew.
—¿No piensas hablar con él? —preguntó—. Dylan, es tu padre.
—No, no es mi padre —dice—. Se llama Andrew y para mí es un completo desconocido.
Sin más que decir se mete a la casa, dejándome solo. Quizás está muy molesto con Andrew, yo también lo estaría si me corrieran de la casa y luego quisieran hablar conmigo de algo.
Antes de entrar a casa una manos se posó en mi hombro, deteniéndome. Me giro para averiguar quién es. Adrián y Amanda están presentes, lo más extraño es que ella esté aquí. Los ojos de los dos se centran en mí.
—¿Qué hacen aquí? ¿Qué hace ella aquí? —preguntó con frialdad.
—Vine a... —habla Amanda pero la interrumpo.
—¿A querer molestar a Dylan o a mí? Sí es eso, por favor vete.
Ya he dicho que no la soporto. Todo lo que ha hecho. No estoy enojado, pero no me gusta verla cerca de mí.
Amanda mira a Adrián como pidiendo ayuda. El chico acomoda sus anteojos y me mira con seriedad. Amanda no tiene ningún aspecto de querer hacer algo malo.
—Ella vino a disculparse —dice Adrián—. Por todo lo que te ha hecho.
No digo nada y abro la puerta para que ellos entren. ¿Amanda quiere disculparse? Es algo que no me esperaba de ella, ya que es la zorra del instituto.
Los dos entran y yo entro detrás, luego me adelanto para guiarlos a la sala. Dylan no está, seguro está en la cama pensando varias cosas sobre el mensaje de Andrew. Yo igual estoy pensando muchas cosas ahora.
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Breathe me
RomanceJuan Pablo, es un chico tranquilo y timido que sufrió en un pasado. Ahora él vive con su tía, empezando un nuevo año escolar en otro grupo de su instituto, conociendo a gente nueva, entre ellos un chico que lo cambiara todo. Dylan, el típico chico i...