Magdelaine, la niña fantasma

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Leonardo por fin se detuvo, estabas en el patio del colegio, en el área de los más jóvenes, de los estudiantes que tenían entre 11 y 13 años. Los niños estaban en su recreo jugando y comiendo. Creí que la persona esa estaba aquí, pero Leo me llevó a la parte de atrás del patio, donde nadie iba porque hace años, cuando yo era una tonterita de nueve años, los chicos más grandes amarraron una vieja cuerda en el único árbol que hay allí, simulando ser el árbol en el que ahorcaban a las personas, por eso nadie va allí, o eso creía yo.
En ese lugar, se vio a la sombra del árbol, aún con la cuerda en forma de horca,una niña de cabello demasiado claro que parecía blanco, la piel algo tostada, con lentes y ojos café oscuro , demasiados oscuros que parecían negros, y que leía un libro de Stephen King, definitivamente era un libro de terror.
- Ella es- dijo Leo tranquilo
- Ella... m... me...
- ¿Asusta?- dijo con tono burlón
- Claro que no.- repliqué
Al escucharnos hablar la niña dirigió su mirada hacia nosotros, sentí un escalofrío en la espalda, tenía una cara malévola.
- Magdelaine hola- dijo Leo levantando el brazo, ella le contestó haciendo lo mismo. Hasta su nombre sueno fantasmal- te presento a una amiga, ¿sí sabes quién es?
La niña me miró detenidamente, se acomodó los lentes y asintió con la cabeza, ¿no habla?
- Malva y yl encontramos tu muñeco, motosierra, ¿ves?
Leo alzó el muñeco, la niña dejó de leer y se levantó del árbol, se acercó a nosotros y cogiendo al muñeco dijo un gracias demasiado bajo que casi no pude escuchar, y, ¿quién le pone a un juguete el nombre motosierra?
- Bueno, te dejaré seguir leyendo, supongo que estás en la parte más interesante.
La niña asintió con la cabeza y volvió al mismo lugar a seguir leyendo.
- ¿Desde cuando la conoces?
- ¿Te sientes con competencia? Tranquila, tiene once años.
- ¿QUÉ? Claro que no, solamente quiero saber de donde la conoces.- pregunté a ver si ahora sí me respondía
- Su madre era amiga de mi madre, y ella viene a que la ayude con sus tareas.
- Ah ya veo, bueno, el recreo ya casi termina, me largo.
Salí del lugar sin mirar otra vez a la niña, pero ¿porqué estaba en ese lugar tan solitario? Me daba pena pero, yo no podía hacer nada, ¿o sí?
Cuando terminaron las clases Ema se acercó y me dijo:
- Malvavisquito, te tengo que dejar, mi mamá tiene que ir por tres días a otro lugar, y yo tengo que ir con ella, cuando vuelva me cuentas todo lo que pasó, por fa.
- Está bien, que tengan un buen viaje- le dije dándole una palmada en el hombro.
Ema se despidió de mí y se alejó, mientras yo esperaba a que papá me viniera a recoger.

En casa me puse a pensar en Magdelaine, ¿su cabello era natural?, parecía un fantasma, supongo que es una víctima del bullying, ya que parecía no tener a nadie y que su único amigo era ese libro que supongo que tenía quinientas páginas, olvidando el tema me puse a hacer mis tareas, hice todas excepto la de arte, porque yo con los pinceles y la pintura soy un caos así que no lo hice.
En el colegio no me topé con Katherine ni sus amigas, mejor, Bruno se acercó a mí con una cara extraña:
- Malva, has estado mucho tiempo con Leonardo, ¿acaso te gusta?- dijo con un tono de voz nerviosa.
- Claro que no Bruno, me conoces desde que teníamos ocho años, ¿crees que yo actuaría así si estuviera enamorada?
- Tal vez, bueno, yo quería preguntarte si hoy quisieras pasar el recreo conmigo, como lo hacíamos hace mucho tiempo en el vacacional.
- Claro que me gustaría, estar con un amigo como tú siempre es lindo.- dije feliz
- ...
- ¿Pasa algo Bruno?- pregunté al ver que se quedó callado
- Acaso tú nunca me has...
- Abre el paso que el regalito me lo llevo yo- Leonardo no dejó terminar de hablar a Bruno, y al decir esto me sujetó el brazo.
- ¿Qué?- dije con cara sorprendida- yo no soy el regalo de nadie.
- El mío sí, ya vámonos.- dijo Leo ignorando a Bruno
- Estoy hablando con ella sal de aquí- dijo Bruno sujetándome el otro brazo.
- ¿Podrían soltarme?- dije moviendo la cabeza hacia los lados.
- NO- dijeron a coro, que lindos.
- ¿Podrías soltarla y dejarla? Ha estado contigo por mucho tiempo, y me parece que le incómodas, así que déjala.- Dijo Bruno frunciendo el ceño
- ¿Eres capaz de pelear por ella?- dijo Leo alzando una ceja, ¿cómo rayos hacen eso?
- Claro que sí, por ella lo haría todo- dijo Bruno ahora enojado
- Bueno, entonces, a pelear- dijo Leo sacudiéndose el cabello con su otra mano.

Soy como un... malvaviscoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora