Día 1. Conociendo al salón

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Hoy es el primer día contado del campamento. El día de ayer lo único que hicimos fue decidir quien dormía con quien en las literas. Hay dos literas en la habitación, en la primera Ema duerme arriba y yo abajo, y en la otra Katherine arriba y Diana abajo. El campamento será aburrido...

Esta mañana me levanté mas temprano que de costumbre, bueno, fue porque sonó una alarma puesta por Ema para que me levantara temprano. Y al levantarme iba a ir al baño a cepillarme los dientes, pero había una cola. El único baño de la cabaña ocupado, y por Katherine. Ema y Diana estaban haciendo cola mientras le tocaban con brusquedad la puerta.

- ¡LERDA! ¡Sal rápido! ¡Somos cuatro en esta cabaña!- gritaba Ema.

- Ya lleva en el baño treinta minutos.- dijo Diana.

Empecé a ayudar a golpear con brusquedad la puerta, pero parecía que la Katherine estaba sorda.Ni siquiera   respondía, me daba ganas de tumbar la puerta, pero no podría, me dañaría el pie y la puerta seguiría igual.

Hay otro baño en el campamento, peor no saldríamos en pijama. Así que tocaba esperar.

- A todos los alumnos les informamos que se formen con su pareja en el patio. ¡Ahora!- nuestra profesora hablaba por un megáfono, y no parecía muy contenta. 

Insistimos golpeando la puerta, hasta que después de diez minutos más, salió. Diciéndonos impacientes la muy hija de su... Querida mamá. Nos tuvimos que apurar en alistarnos, ya que la maestra nos seguía llamando, cada vez más impaciente. Una vez listas salimos.

- Bueno, hoy es el primer día en el campamento. Y para empezar bien la mañana vamos a hacer una caminata en el bosque, será genial.- los alumnos empezaron a quejarse, pero la maestra no los escuchó- en marcha, síganme.

Genial, todavía tenía sueño, y hacen esta caminata por todo el bosque. Era aburrido y cansado a la vea, y sobre todo era casi la última, ya que mi pareja, Leonardo, era altote, pero yo era chiquita. No paraba de bostezar, y me dolían las piernas de la pereza que tenía. En cambio Leo ardo, se lo veía tan tranquilo, y como si nunca se cansara. No sé cuanto tiempo tendríamos que caminar.

- ¿Podrías dejar de bostezar?- dijo él.

- No es mi culpa, yo no me levanto a las ocho de la mañana en vacaciones- volví a bostezar- y tengo mucho sueño...

- Si te llegas a dormir, tranquila, te cargaré. No pesas mucho, y así parecerías mi...

- ¡CALLA!- no sabía que iba a decir, pero habían algunas personas ahí, y nosotros éramos los únicos que hablaban- no me voy a dormir.

- Por como estás, lo dudo.

No respondí, solo quería terminar esta tonta caminata ya. Me gruñía el estómago, todavía no desayunábamos, y me moría de hambre. Se podía escuchar el cantar de los pájaros, y la suave brisa, pero no admiraba tanto eso porque tenía hambre.

Creo que caminamos por más de treinta minutos. Y por fin la maestra dijo que podíamos ir a la cafetería "en orden", la parte de "en orden" no fue muy clara, nadie hizo caso a eso, me incluyo.

- ¿Qué se creen los profesores? Hacernos dar una caminata con sueño y muertos de hambre- dije dando un gran mordisco a mi sánduche. 

- Miren el lado positivo, fue relajante- dijo Diana que quería siempre ver el lado bueno de las cosas, aunque no la tengan.

- Los maestros quieren vernos sufrir, eso es todo.- dijo Ema comiendo igual de rápido que yo.- y dicen que haremos actividades interesantes, pero ¿qué?

- Una "sorpresa"- dije la palabra sorpresa con desprecio.

- Hay una piscina, y también un río y una playa cerca de aquí. Tal vez nos lleven allí.- Diana seguía intentando ser positiva.

Soy como un... malvaviscoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora