El día pasó muy lento. Igualmente los demás días. Ya había pasado un mes. No creí que la ausencia de Leonardo me afectara tanto, es decir, si se hubiera ido apenas lo conocí no me iba a importar, pero, ¿tuvo qué irse cuando me enamoré de él? Y, soy una tonta por no haberme declarado, ahora, quien sabe si volverá.
Los días empezaron a ser más fríos, y en mi casa actuaba normal, pero en realidad estaba muy apenada, claro que seguía siendo la misma estudiante, con las mismas notas. Es decir, quien lo diría, del chico con que me molestaban... el chico que odiaba, ahora quería que el me prestara más atención de lo que ya lo hacía. ¿Qué estará haciendo allá? ¿Habrá encontrado otra chica?¿La del sueño que tuve? Pensar en eso me dio escalofríos.
-Malva, ¿me estás escuchando?- se me había olvidado que Ema me estaba hablando.
-Lo siento, estaba... pensando... en otra cosa, estaba distraída
-¿Pensando? ¿En quién? ¿Leonardo?- Ema me dirigió una mirada pervertida.
-¿Qué? Como crees...
-Ema- dijo la tierna Diana, que ahora era una gran amiga nuestra- Malva te ha dicho muchas veces que no le gusta, así que, tal vez deberías dejar de molestarla.- era tan tierna, quería abrazarla. Ella no lo decía mandando, sino como si estuviera pidiendo un favor.
-Diana, conozco muy bien a Malva- me dio un ligero golpe en la cabeza.
-¡Hey!- chillé
- Lo suficiente para saber que nunca antes había estado así. Pero, cuando vino Leo, cambió totalmente. Antes no ponía esa cara de boba.
-¿Quién tiene cara de boba?- acribillé con la mirada a Ema, y ella me ignoró completamente.
-Y ahora anda muy distraída. Ya Malva, confiesa.
-No me gusta él- dije, quise decir que dejara de molestar, pero no sé por qué no lo hice.
-Entonces, ¿de quién?- dijo Ema dibujando una sonrisa macabra en sus labios.
-Es...- tenía que inventarme algo- un chico... Que no conoces, pero, yo no le gusto a él... -esa historia era tan repetitiva, como dicen cliché.
-No me digas Malva, no te creo- no sé si lo decía en serio o sorprendida.
-Ema, olvida el tema.Sí, es mentira, pero, no necesariamente me tiene que gustar alguien a esta edad.
-Pero así es la juventud, tienes que sentir el sentimiento de AMORSH...
-La profesora- dijo Diana, e inmediatamente volvimos a nuestros asientos. Estábamos sentadas en el suelo.
La clase me pareció eterna, e inconscientemente volteaba a ver el puesto vacío de Leonardo. Sentía que estaba igual de vacío que mi corazón en este momento. Arg, es tan horrible estar enamorada, y más cuando no tengo a nadie con quién hablar de eso. Se lo diría a Ema, pero, no sé si es buena idea, igual, en algún momento se ha de dar cuenta.
Lo más horrible de todo, es que en todo lo que yo hacía o veía, tenía que salir algo que me recordara a Leonardo. Estaba haciendo un problema de matemáticas, y la respuesta fue: 0.37, e inmediatamente me acordé del almuerzo que una vez le preparé, ya que, los números formaban, según yo, LEO. Ignoré el problema, y seguí prestando atención a la clase, que seguía recordándome a Leo.
Lenguaje, lo mismo, por qué el protagonista debía tener los ojos azules, y llamarse Leo, por suerte era rubio, lo que me hizo imaginar a Leonardo rubio, no le queda tan bien como el cabello oscuro. En dibujo, o arte, o como le digan, nos hicieron hacer un retrato a lápiz, siguiendo el modelo que el profesor nos había puesto, y, a nuestro grupo, le tocó dibujar un chico con el cabello largo. Gracias mundo por estar siempre en mi contra.
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Soy como un... malvavisco
HumorSoy una chica la cual es apodada como malvavisco por su forma de ser, y tiene una loca historia la cual no me gusta protagonizar. A mis 15 años de vida me sucede lo más loco que me haya pasado, un chico nuevo nada caballeroso, pero extrañamente me p...