Día 2. Mojados hasta los huesos

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Hoy sería un día muy diferente, y bueno, debo admitir que seguí el consejo de Leonardo de hacer spoiler, pero solo se los hice a los que siempre me tratan mal. ¿En qué iba? ¡Ah! Hoy haremos una competencia en el bosque que está cerca del campamento, o eso creo. Según las parejas que formó la maestra, (ya sé que me tocará con Leonardo) pero estoy ansiosa del primer juego que haremos en el campamento. 

Me pregunto que podrá ser, sería una carrera, o sería un juego de las escondidas... Podrían ser muchas cosas. Pasamos la noche otra vez discutiendo con Katherine, nunca podremos acostumbrarnos a vivir con ella, es una bruja. 

Me levanté antes que las demás, lo cual es muy raro, y me alisté para poder hacer ya el juego, estaba muy emocionada, siempre me han gustado los juegos. 

Por fin, después de tanto esperar, el patio se fue llenando, y las maestras vinieron, empezaron a tomar lista para asegurarse de que todos estuviéramos presentes.

- ¿Por qué la señorita está tan feliz?- Leonardo se puso a lado mío.

- Pues, es porque es el primer juego del campamento, el único motivo por el que resisto estar aquí.

- Claro, te creo, ¿por qué pienso que estás feliz porque pasarás todo el día conmigo?

- Deja de imaginarte cosas raras, ¿oíste!- traté de amenazarlo, pero es más que obvio que no me tiene miedo.

- Silencio queridos alumnos- dijo la maestra tutora- vamos a hacer el primer juego del campamento, el cual se llama... "Empapados". Las reglas son las siguientes: cada uno irá con su pareja y con un número de globos con agua, la pareja deberá mojar a las otras parejas con los globos, o si tienen pistolas de agua o baldes también valen. La pareja que quedé intacta y completamente seca gana.

- Ahora que recuerdo...- dije mientras las profesoras nos entregaban los globos- Ema en la noche me dijo que había comprado un traje de baño nuevo, y no se lo ha probado, pero después de traerlo al campamento se dio cuenta de que no era su talla, así que me lo quiere dar. ¿Puedo aceptarlo?- dije irónicamente.

- ¿Cómo es?- estaba jugando con un globo de agua.

- Pues... Es lindo, es de dos piezas...

- Ni lo sueñes, no te lo puedes poner.- seguía jugando con el globo.

- No eres mi padre, ni siquiera lo has visto... Ni tienes que verlo, no sé para qué te pregunté, lo que quería decirte es que me lo pienso poner. Y punto.

- ¿Te estás revelando?- dejó de jugar con el globo- hagamos una pequeña apuesta por ese asunto. Te la pondré fácil, para darte chance de que uses ese "hermoso" traje de baño. Si ganamos, podrás ponerte el traje de baño, pero si no ganamos,es decir si perdemos o quedamos empate por alguna rara razón,  te olvidas de él y no lo usas, si quieres lo quemas. Y no intentaré ayudarte mucho en ganar.

- Genial. Acepto la apuesta. Aunque es verdad, está muy fácil.

- Aunque... Podríamos ponerla más difícil.

- ¿Qué más quieres poner?- quería demostrarle que ganaría, y que podría revelarmele, o eso pensé que hacía.

- Si perdemos o quedamos en empate, tendremos una cita, ¿te parece?

- ¿Y si ganamos?- dejé la bolsita que me habían dado con los globos en el suelo, y me crucé de brazos.

- Elígelo tú- sonrió.

- Bueno, si ganamos me dejarás de molestar, de acosar y de prohibirme las cosas que hago. No soy tu marioneta ni tu novia. Y me tendrás que dar también diez dólares.

Soy como un... malvaviscoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora