Tal vez fue la presencia de Leo lo que me curó. O tal vez la mucha medicina. Pero me gusta pensar que era lo primero. Hoy lo volvería a ver, y... No sé si ya decirle que me gusta, o no decírselo. Quería, pero no me atrevía. Leo había hecho tanto por mí, y ni siquiera sabía como se pudo enamorar de alguien como yo. Decisiones tan difíciles.
Fui al colegio nerviosa, quería decírselo, quería hacerlo. Pero, ¿si sólo fingía estar enamorado de mí? ¿Si sólo era otro de los que se burlaba de mí? No. Me negué a creer eso. Leonardo no podría ser así, no podía ser así, no debía ser así. Cuando llegué al colegio estaba lloviendo, así que tuvimos que ir directo al salón. Cuando iba a entrar al salón vi a Leonardo.
Me acerqué, y lo saludé, pero no me contestó el saludo, sólo siguió viendo la ventana que se iba llenando de gotas. Me fijé en la vestimenta de Leonardo, no usaba el uniforme, y su mochila parecía no llevar cuadernos. ¿Acaso no iba a estar en clase?
-¿Te sucede algo?- le pregunté, pero no me contestó. Tenía una expresión de tristeza en sus ojos, muy parecida a la que tenía en el cementerio.- perdona si te molesto- me di la vuelta, quería irme pero el me detuvo.
-Ven- me dijo mientras caminaba por el pasillo.
Lo seguí.
Nos detuvimos en el patio, en una zona donde la lluvia no daba.me miró y me dijo.
-Te ves mejor
-Sí, mágicamente me curé. Pero, tu pareces triste.
-Lo estoy- se pasó la mano sobre su cabello negro y largo. Sus ojos azules mostraban un tristeza inexplicable.- quiero contarte- hizo una pausa- como murió mi mamá.
-No tienes por qué hacerlo- le dije, quería verlo animado, haciendo bromas, riéndose con su risa burlona.
-Necesito contártelo, ¿me escucharás?
Asentí con la cabeza.
-Bueno- suspiró- empiezo...
"Era un día muy animoso, era mi cumpleaños número cuatro. Mamá y yo fuimos a comprar la torta para la pequeña reunión que tendríamos. Me hubiera gustado conocer a mi papá, que estuviera ayudándonos a comprar, y a hacer los preparativos. Pasar tiempo con él.
Escogimos una torta pequeña, pero la favorita de mamá. Claro que ella me pidió que eligiera, pero me gustaba complacerla. No había una persona que quisiera tanto como a ella. Habíamos conseguido casi todo, pero, siempre debe ocurrir una tragedia. Nunca puede haber un final feliz.
Estábamos en una zona cerrada, fácil de asaltar, no habían guardias ahí. Entonces vino un tipo armado, cerró la puerta y gritó que todos se pusieran contra el suelo, y que no lo miraran. Luego, fue hacia el cajero, y le apuntó con la pistola, y le dijo que le diera todo el dinero que había. Yo no estaba con mamá en ese momento, estaba afuera de esa zona, mamá me pidió que buscara algo. Cuando lo encontré, fui a la zona donde estaba mamá. Fue el error más grande de mi vida."
Quería decirle a Leonardo que se detuviera, se notaba que se estaba esforzando en recordar aquel día. Siguió.
"Al ver que la puerta se abrió, el ladrón entró en pánico. Y me apuntó con la pistola. Me asusté. Así que abrí la puerta y pedí ayuda, que llamaran a alguien, porque había un señor armado. Mi mamá vino corriendo hacia mí diciendo que me callara. Entonces el hombre apretó el gatillo. La bala que iba dirigida hacia mí, le cayó a mamá. Ella me acarició la mejilla y se desplomó en el suelo, mientras la gente gritaba. El ladrón salió de la escena, mientras yo intentaba hacer que mamá despertara. Creí que se había quedado dormida.
ESTÁS LEYENDO
Soy como un... malvavisco
HumorSoy una chica la cual es apodada como malvavisco por su forma de ser, y tiene una loca historia la cual no me gusta protagonizar. A mis 15 años de vida me sucede lo más loco que me haya pasado, un chico nuevo nada caballeroso, pero extrañamente me p...