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Parte 2

Nunew había pensado que el celo sería más terrible, considerando la cercanía con Zee, sin embargo, para su sorpresa, fue... soportable.

Quizás se debía a las constantes olas de calma que el alfa enviaba a través del lazo, esas suaves caricias a su omega que lo hacían ronronear, acurrucarse y dormir, que el celo pasó en un abrir y cerrar de ojos. Durmió mucho y soñó mucho con Zee, aunque al despertar, había un poco de melancolía y añoranza, y no esa ahogante pena que lo consumió tanto tiempo.

Qué extraño.

De cualquier forma, para el miércoles a mediodía estaba de pie otra vez. Se encontraba sólo ya que los cachorros, incluso Lian, se encontraban en el colegio. Ese día los niños volverían con él, Zee había dicho que los iría a dejar cuando salieran del colegio junto con Yeji, y el omega podría aprovecharlo para conversar con él. Quizás podría olisquear su aroma y así...

Se forzó a borrar esa tonta idea. ¿Qué estaba pensando? Ya estaba comenzando a alucinar.

Se arregló y fue hacia la casa de los Liu, saludando a Mary, que se encontraba en la cocina.

—¡Nunew! —dijo ella con esa sonrisa brillante, yendo a abrazarlo—. No pensé que fueras a venir hoy, ¿no te sientes muy mal? Tu celo...

—Estoy bien, señora Liu —le dijo—, además, necesito moverme. Ya dormí mucho y no quiero descuidar mis obligaciones.

—Nada de descuidar, ¡qué dices! —ella se rió—. Pero qué bueno que estés aquí, ¡me has salvado! Hoy vendrá una amiga a ver mi última colección y el living...

—¿Thomas ha hecho de las suyas? —aventuró, yendo hacia la sala de estar y suspirando al ver el desastre. Mary comenzó a disculparse—. Vale, bien, no se preocupe.

Se puso a cocinar el almuerzo, y mientras la carne estaba en el horno, limpió el lugar a profundidad. Thomas era un niño que tenía muchos juguetes y solía desperdigarlos por el suelo cada vez que podía, porque le fascinaba ir a cualquier habitación, recogerlos de paso y jugar con ellos unos minutos antes de ir por otro.

Le estuvo platicando a Mary sobre el viaje que tendría el viernes. Iban a quedarse hasta el martes en Los Ángeles, California, para aprovechar el viaje. La competencia sería todo el fin de semana.

—¿A qué hora vendrá su amiga? —le preguntó más tarde, mientras lavaba los platos del almuerzo—. ¿Quiere que prepare algo para que beban y picoteen, señora Liu?

—Estará alrededor de las tres y media —dijo la mujer—. Y no, no te preocupes, un té estará bien para nosotras.

No era la primera vez que iba algún amigo o amiga de Mary, pues la mujer tenía un círculo social amplio, y más con personas interesadas en sus diseños de moda. Ella tenía una oficina personal en el segundo piso, por lo que siempre los recibía allí, así que cuando llegó la hora y tocaron el timbre, dejó de limpiar la cocina para ir a abrir la puerta.

—Buenas tardes...

Un rostro conocido le devolvió la mirada. Nunew sintió el aire de sus pulmones cortarse cuando observó esa sonrisa tan parecida a la de Zee.

—¡Buenas tardes! —dijo Kaew en tailandés, la madre de Zee, con aspecto deslumbrante—. ¿Está Mary?

Nunew no sabía qué decir al inicio, con el corazón latiendo desbocado en su pecho y el rostro congelado. ¿Qué hacia esa mujer allí?

El desconcierto dio paso al entendimiento. Oh, santo dios...

—S-sí —barboteó finalmente, cuando logró recuperarse lo suficiente—, pase, e-ella la está esperando...

🐺FOUR SEASONS🐱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora