Villapalacio.
La fiesta había estado increíble, pero Sam sabía que, por desgracia, su misión de la noche apenas comenzaba. Había dejado beber demasiado a Finn.
Finn estaba completamente borracho.
Había intentado mantenerse a flote en medio de la música, las risas y los tragos, pero ahora su equilibrio era un desastre y su voz sonaba más animada de lo habitual.– ¡Sam! ¡Te quiero! – le gritó Finn, tambaleándose mientras intentaba darle un abrazo, pero terminó abrazando a un desconocido que pasaba cerca, Sam lo separó disculpándose.
– Finn, nos van a pegar, contrólate un poco hombre – se quejó intentando agarrarlo en el abrazo.
– Que haría yo sin tí, te lo prometo, a veces pienso que no te valoro lo suficiente. Siempre has estado ahí para mí.
Sam soltó un suspiro y rodó los ojos con una sonrisa divertida, sujetando a Finn por la cintura para evitar que cayera.
– ¿A dónde crees que vas? – Finn le preguntó intentando separarse.
Sam lo miró con una ceja levantada, mientras Finn seguía intentando hablar, pero sus palabras salían entrecortadas, como si su cerebro estuviera luchando por conectar con su lengua. Estaba fatal el pobre.
– A dormir la mona, Finn– dijo el ojiverde – ya es tarde.
– Nunca es tarde para una buena fiesta. Sam cabrón no me arrastres. Te prometo que te voy a dejar toda mi herencia aunque me casé. Eres el mejor.
Sam resopló y lo guió hacia el ascensor, medio arrastrándolo. Finn intentaba mantenerse erguido, pero parecía más un pato que una persona estable.
– Te lo has pasado bien, me ha quedado claro, yo también, pero ahora tenemos que dormir porque esa borrachera mañana te va a doler – Sam se acercó al ascensor y presionó el botón. Finn, con una risa tonta, se deshizo de la mano que Sam le había puesto en el hombro, intentando moverse como si estuviera haciendo un desfile de moda.
— ¡Sam, Mírame, Victoria's Secret! —Finn comenzó a caminar de manera exagerada, haciendo poses ridículas mientras Sam lo observaba, muriendo de risa.
– Estás muy mal. Ven aquí anda, te vas a caer.
El ascensor llegó y ambos entraron, pero Finn, sin poder controlar sus movimientos, de repente decidió bailar un poco en el pequeño espacio cerrado.
– ¡baila conmigo como en los toritos locos! HOU HOU HOU HOU HOU EQ EA EA EA – Finn empezó a moverse al ritmo de una canción imaginaria, haciendo giros y levantando los brazos, mientras Sam intentaba que no se estrellara contra las paredes del ascensor.
— ¡FINN! ¡PARA IDIOTA QUE SE ROMPE! —Sam intentó sujetarlo, pero Finn tropezó con sus propios pies y cayó de rodillas al suelo del ascensor, comenzando a reírse de su torpeza.
– Ahora sí que te vas a ir a dormir, casi me da un infarto.
Sam se agachó para ayudarlo, pero en ese momento las luces del ascensor parpadearon y se apagaron de repente, dejándolos en completa oscuridad.
– NO ME JODAS – sam exclamó – FINN QUE SE HA ROTO EL ASCENSOR.
Finn no pudo evitar estallar en carcajadas.
— ¡Estamos atrapados en un ascensor! ¡Una vez casi me caigo de una azotea y hoy estoy encerrado en un ascensor! – dijo, y Sam, mirando al techo con exasperación, no pudo evitar reír también – no te digo que me lo superes. Iguálamelo.
Las puertas del ascensor se abrieron minutos después en su planta. Sam se llevó la mano al pecho aliviado.
— No estamos atrapados, Finn, solo se apagaron las luces. Pero si sigues haciendo el imbécil, sí que nos quedaremos aquí toda la noche —respondió Sam intentando levantarlo.
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Entre dos mundos - Erick Brian Colón [+18]
FanfictionEn la deslumbrante ciudad de Miami, Lore, una joven de una familia adinerada, vive una vida de lujos y comodidades, rodeada de fiestas glamurosas y expectativas sociales. Por otro lado, Erick, un joven humilde y trabajador, lucha día a día para mant...