Veinticuatro - Te vienes conmigo

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Narra Iván

Pasaron dos días desde que Nicole se había enfermado; ahora estaba mucho mejor. Los enfrentamientos entre los Chapitos y los de la Mayiza eran cada vez más constantes y complicados, pero hasta ahora no había recibido ninguna amenaza directa sobre ella.

El día estaba tranquilo. Yo me encontraba en mi oficina, revisando documentos, y Nicole probablemente andaba rondando por el rancho.

De repente, alguien tocó la puerta con fuerza y agresividad.

—Iván, es urgente, ¿puedo pasar? —preguntó el Nini desde afuera.

—Pásale, compadre.

Entró rápidamente, con el ceño fruncido y un teléfono en la mano.

—¿Nicole salió? Su camioneta no está, y acabamos de recibir este mensaje. —Me mostró la pantalla de su celular.

"Bonita tarde, chapito. Espero cuides bien a la princesa porque no siempre estarás cerca para protegerla. Ahorita está en buenas manos."

—¡Puta madre! Diles que revisen las cámaras. Yo voy a buscarla a su cuarto. Esto tiene que ser rápido.

El aire en la oficina se volvió denso, y mi pecho se llenó de furia contenida.

—¡¿Dónde está Nicole?! —rugí, con la voz tronando por todo el lugar.

—Me dijeron que hace rato que no la ven. ¿No te avisó nada? —El Nini intentaba mantener la calma, pero la preocupación era evidente en su rostro. Observamos las camaras y en efecto se fue.

—¡No! ¡Puta madre! ¿Por qué nadie la detuvo?

—Jefe, tú sabes cómo es ella.

Narra Nicole

Esa mañana había decidido salir temprano a una boutique en Culiacán. Necesitaba despejarme un poco; el encierro en el rancho empezaba a sofocarme.

Iván estaba ocupado, como siempre, y no quería molestarlo con algo tan trivial como comprar ropa. Así que me fui sola, convencida de que todo estaría bien.

La boutique estaba casi vacía cuando llegué. Mientras revisaba unos vestidos, noté algo extraño: dos hombres estaban parados afuera de la tienda, mirándome fijamente. Sentí un escalofrío, pero decidí ignorarlos.

Al salir, apenas tuve tiempo de reaccionar. Uno de ellos se acercó rápidamente mientras el otro me cubría por detrás.

—Sube al vehículo y no hagas ruido —ordenó uno, apuntándome con un arma en la cintura.

Mi cuerpo temblaba, pero mi mente intentaba buscar una salida. Antes de que pudiera hacer algo, sentí el pinchazo de una aguja en el brazo.

Todo se volvió oscuro.

Narra Iván

El mensaje seguía taladrándome la mente. Sabía que no había tiempo que perder. Por suerte, el anillo que le regalé a Nicole tenía un GPS oculto, algo que había instalado en secreto.

—Está en movimiento —informó el Nini, revisando su tablet.

—¿Hacia dónde van? —pregunté, apretando los dientes.

—Al norte, jefe, pero están dando vueltas, como si intentaran despistarnos.

—No importa, ¡los alcanzaremos! —grité mientras subía a mi camioneta.

Narra Nicole

Recobré la conciencia lentamente. Estaba atada de pies y manos a una silla, con la cabeza cubierta por un pañuelo. No podía recordar exactamente cómo había llegado hasta allí.

Obsesionado - IAGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora