Obsesionado - IAG

Diecinueve - Debilidad +18

⚠️Contenido +18
JAJAJA NIÑAS SE PASAN DE LANZA
son unas calenturientas, les puse meta de votos y en chinga lo cumplieron pillinas.

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Narra Ivan

Nicole se dio la vuelta para mirarme, tal vez notando que mis ojos no se habían despegado de ella ni un segundo. Una sonrisa tímida se dibujó en su rostro, esa que solo ella podía lograr y que me desarmaba cada vez.

—¿Qué miras, amor? —preguntó con un tono que era mitad burla y mitad provocación.

No pude evitar sonreír de lado mientras me recostaba en la cama, apoyando los brazos detrás de mi cabeza.

—¿Qué crees que estoy mirando, mami? Eres mi debilidad, y lo sabes.

Se acercó despacio, con una sonrisa picara. Su caminar era lento, calculado, como si disfrutara de tener mi atención fija en ella. Cuando llegó al borde de la cama, se inclinó ligeramente hacia mí, dejando que el aroma de su piel recién bañada me envolviera.

—¿Tu debilidad, eh? —repitió en voz baja, sus labios peligrosamente cerca de los míos.

—Siempre. —Mi voz salió más grave de lo que esperaba.

No esperé más. En un movimiento rápido, la tomé por la cintura y la jalé hacia mí, haciendo que cayera su toalla y ella sobre mis piernas. Nicole dejó escapar una pequeña risa que se mezcló con un leve jadeo cuando mis manos recorrieron su espalda desnuda, trazando un camino que conocía a la perfección.

Los besos entre Nicole y yo cada vez se intensificaban mas, mis manos subían y bajaban desde su espalda hasta su trasero.

Después de estar un rato probando los labios que tanto me encantaban Nicole comenzó a bajar sus besos a mi cuello, eso me exitaba demasiado.

Estaba disfrutando mucho esto, mis manos viajaban por el cuerpo de mi mujer y mi respiración se agitaba, estoy seguro que dejo marcas en mi cuello.

Regrese a sus labios y mis manos recorrieron sus caderas con urgencia.

—Quiero que te quede claro a quien le perteneces. —Sus labios se encontraron con los míos con una intensidad que me dejó sin aliento. No fue un beso tierno ni dulce; fue un reclamo, una declaración. Sus manos, firmes pero cuidadosas, se deslizaron hacia mi cintura, acercándome más a él.

—Quiero que lo entiendas de una vez —dijo contra mis labios, su voz ronca—. No hay nadie más, ¿me escuchas? Nadie.

Nicole se sentó encima mío y comenzo a desabrochar mi camisa de botones.

—Nicole, no sabes lo que me haces... —

—¿Ah no? —Susurro Nicole en mi oído mientras deslizaba sus manos sobre mi pecho. Sus manos eran suaves y su roce hacia que se me erizara la piel.

Si mirada se clavo en la mia, esta conexión que teníamos no la tenia nadie, comenzo a dejar pequeños besos sobre mi pecho hasta que llego a mi pantalón, primero quito el cinturón y después desabrochó el pantalón, yo la observaba detalladamente. Yo ya no podia contenerme mas

Yo ya no podía contenerme; la tomé por las caderas y la acerqué aún más a mí. Mis labios buscaron los suyos otra vez, esta vez más demandantes, más intensos.

—Nicole, te juro que me vuelves loco... —murmuré contra su boca, mis manos recorriendo cada curva de su cuerpo. Ella respondió con un gemido suave, uno que me hizo sentir que era el único hombre en su mundo.

—Entonces demuéstramelo, Iván —susurró con un tono desafiante, mirándome con esos ojos llenos de fuego.

No lo pense ni dos veces. Gire su cuerpo con suavidad y yo quede encima de ella. Mis labios comenzaron a explorar su cuerpo y de su parte solo se escuchaban gemidos, ese sonido que tanto me facinaba.