¿Estamos bien?

486 69 0
                                    


—¿Y donde vamos a poner a la bebé?—Dice Izuku mirando alrededor del auto de Katsuki.

Un auto deportivo de nueva generación, con los asientos mas cómodos y un buen sistema, pero, sin asientos tras traseros.

Y definitivamente no un vehículo familiar.

—¿A que te referies?—Dijo Katsuki mirando de reojo al pecoso mientras manejaba.

Los acaban de dar de alta en del hospital, Katsuki estaba temblando aun de la adrenalina, pero se sentia mejor ahora que Izuku estaba en su vista, rodeado de mantas y una almohada para su comodidad. La lista de medicamentos era gigantesca y tendría que encontrar una forma de asegurarse que se tomara todos los suplementos, si algo recordaba de todos sus años de amistad, era que el pecoso odiaba estar enfermo, peor, descansar.

—Digo, solo hay dos asientos. La bebé necesita su silla.

—Puedes cargarla tú

—¿Donde podemos tener un accidente y la bolsa de aire la pondrá más en peligro?—Dice Izuku, había querido sacar el tema desde hace bastante.

Katsuki ama su auto deportivo, ahorraba para uno desde que estaban en la secundaria, pero sabia que le importaba mas la seguridad de su hija.

—Bien, pero no voy a convertirme en uno de esos padres que conducen una minivan—Responde algo gruñon.

—¡Ah! Tenemos que pasar por la casa de Uraraka, tiene unos regalos para la bebé

—¿La cara...

—¡No la llames asi!

—¡Ella me detesta! ¡La última vez que la fuimos a visitar me amenazo con un cuchillo!

—Porque será...—Dice Izuku soltando un bufido divertido al ver el ceño fruncido de Katsuki.

Y lo vio, la oportunidad perfecta para pedir todo lo que quisiera.

Katsuki no se resistiría a esos ojitos de cachorro y el vientre redondo donde tenia a su hija

— Sabes...He estado pensado en la habitación de la bebé.

—No, el papel tapiz de no sera de unos malditos patos.

—¡¿Y tú idea es mejor!? Quieres que la habitación tenga tu logo de boxeador.

—¿Qué hay de malo en eso?

—¡Es una bebé!

Katsuki se quedo pensando un momento mientras daba la vuelta de nuevo para ir a la casa de la amiga de Izuku. Nunca le gustaron los diseños sosos en su casa, todo en el departamento era negro y minimalista, nunca quiso cambiar eso. Bueno, hasta que llegó Izuku con sus figures de superheroes y colores brillantes, ahora, no podia imaginarse su hogar sin toda esa decoración dispareja.

Hogar.

No era simplemente un departamento al que regresar a dormir, era un lugar lleno de amor.

—¿Entonces?

—¿Estas simplemente tirando cosas al azar porque sabes que aceptare?—Dice Katsuki, esperando recordar cancelar la orden del papel personalizado que pidió la semana pasada.

—Puede ser...—Dice Izuku con las mejillas rojas de la vergüenza y soltando una risa timida.

—Pues, esta funcionando. Mientras tú y la bebé estén bien, yo estoy bien.

Izuku sonrió y tomó la mano que que Katsuki le ofrecia, mientras llegaba a la casa de un solo piso de su mejor amiga, se sintió bien. A pesar de la mala noticia que les habían dado, a pesar de que sentir tanto miedo por perder a su pequeña guerrera. Sabia que esta vez, Katsuki estaría a su lado, para cuidarlo, amarlo y asegurarse de ser un buen novio y padre, algo con lo que hace meses no contaba.

—El profesor quiere que vuelve despues del parto, ha dar clases y un último espectáculo—Dice Izuku algo temeroso encogiéndose en el asiento.

—¿¡Es enserio !? Es increíble, no podían solamente dejar a su mejor bailarín.

Los ojos de Izuku brillaron con la respuesta del cenizo, no esperaba eso. Esperaba que le reprocharía diciendo que tenía que quedarse en casa para cuidar a la bebé, que tenía que encargarse del hogar y poner a su familia antes que todo.

—¿No estás molesto?

—Esto ha sido tu sueño desde los cuatro años. No voy a ser yo quien te lo quite.

—¿Pero y la bebé? Tendrá que adaptarse a estar sin mi después de los primeros meses...

—Lo resolveremos. Puedo cuidarla, la llevara a la guardería del gimnasio o me quedaré en casa.

—¿Estas seguro?

—¿Donde está el demandante Deku de hace unos segundos? ¡Claro que estoy seguro!

Izuku se abraza a Katsuki como puede con el vientre y el asiento que los separa, por fin están estacionados enfrente de la casa de la castaña. 

El peli cenizo le devuelve el abrazo y luego le da un dulce beso en los labios que hace que a Izuku le de vueltas la cabeza, cada vez que él lo besaba sentía que estaba ascendiendo al cielo, con esos movimientos sincronizados y la calidez de sus bocas...

La mano de Katsuki se coló por debajo de la camisa del pecoso asiendo que este se levantara del asiento y se acercara mas al cenizo. Jugueteando un poco con los pechos en crecimiento tan sensibles del pecoso, que hacía que su cuerpo se estremeciera de placer con el leve roce de las grandes manos de Katsuki.

—¿Suelen tener sexo delante de casas ajenas?—Se escuchó un golpe en la ventana del conductor donde Uraraka estaba parada golpeando el cristal con un dedo.

—Maldita...—Susurra Katsuki rodando los ojos y abriendo la puerta alejando a la cara redonda.

Izuku soltó una risita y espero a que Katsuki le abriera la puerta, como siempre hacia desde que su vientre creció, para poder salir de auto y saludar a su mejor amiga.

—Lo siento, es que las hormonas...—Dijo mientras abrazaba a Uraraka.

—Tú tienes excusa, esta rata no.—Dijo señalando despectivamente al rubio que estaba a su lado con un tic en el ojo.

Respira, ella es amiga de Izuku.

—¿Como me llamaste?—Murmurando tratando de calmar su ira.

—¿Y cómo está mi ahijada?—Dice Uraraka ignorando completamente el desastre a su lado, lo mismo con el pecoso.

—Acabamos de salir del hospital, tengo preeclampsia.

Todo el ambiente se volvió pesado cuando las palabras cayeron en su conversación. Todos los pensamientos de ira de Katsuki se disiparon, y se convirtieron en un sentimiento de protección y preocupación. 

—¿Fue por...

—El doctor solo dijo que a veces pasa, nadie tiene la culpa...

—¿Estas bien?—Susurro Uraraka, una pregunta a la que Bakugo se impacientó por saber la respuesta.

Antes de decir algo, Izuku tomó la mano de Katsuki y la puso en su vientre mientras le sonreía , lo que hizo que su mente se quedara en blanco, ahí estaba su hija, y por ahora, estaba sana.

—Estamos bien—Respondió por fin Izuku mirando a su amiga.

—Es todo lo que importa.

Mistake (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora