Evitar a Neptune es más complicado de lo que me hubiera imaginado; si bien nuestra relación había rayado más en lo complicado, se había convertido en mi refugio, sobre todo en este lugar.
Es complicado verlo escribiendo en el escritorio, sus cejas ligeramente fruncidas, sus manos manchadas de tinta, y no poder escabullirme en su regazo para preguntarle qué demonios está escribiendo ahora con tanto ahínco.
Lo que daría por preguntarle por qué ahora su texto parece contener páginas y páginas en lugar de los cuentos cortos que suele escribir.
Es complicado convencerme a mí misma de que lo odio.
Pero toda tentación que tengo de rodearlo con mis brazos se esfuma al repetir ese momento en mi mente; en cómo me jaló de regreso a la cama del collar metálico, en cómo se negó a quitármelo. En cómo seguramente me vio como a su pequeña mascota todo este tiempo.
Por todo ello me la paso fuera de la habitación todo el tiempo que puedo, Neptune me cede la cama, pero yo no puedo estar ahí sin recordar esa noche, por lo que termino durmiendo siempre en el estudio y el lecho se queda desierto.
- Bombardearon el hospital del 8 – son las primeras palabras que me dirige en una semana; casi podría jurar que el hecho lo afecta más de lo que está dejando entrever.
- ¿El de heridos? – recordaba que me lo había mencionado alguna vez; puedo notar que mi voz lo sorprende, casi como si se hubiese desacostumbrado a escucharla.
- Katniss lo visitó, y una hora después... misiles – suspira – quizá... quizá lo hicieron a propósito, sabían que algo así pasaría y lo usaron para promocionar la rebelión...
- Katniss nunca consentiría a algo así – corto fríamente.
- Quizá no le dijeron sus verdaderas intenciones... Nerea, del 8 no queda casi nada.
Escucho un cierto dolor en su voz que me hace querer consolarlo, pero me mantengo firme.
- Seguirán así con todos si esto no para.
- No parará hasta que Katniss lo haga.
- No puedes estar culpándola por esto.
Él suspira, casi con exasperación.
- Debes tener claro de qué lado estamos mientras estemos aquí.
- Tú y yo nunca estamos de ningún lado – le espeto con un bufido – estamos donde podemos obtener más de la gente a nuestro alrededor... siempre ha sido así.
Veo que él quiere alegar algo de regreso, pero solo se queda callado un momento, perforándome con la mirada, entonces puedo notar ese pequeño brillo en sus ojos, y algo similar a la compasión inunda mi corazón.
- Los heridos no debieron morir – ahí estaba, eso era un hecho, sin importar de qué parte viniera; él se limita a asentir, silenciosamente de acuerdo conmigo.
Justo entonces un avox toca la puerta, con una nota dirigida a mí. La situación es tan incómoda que casi me alegro cuando veo que Snow me ha invitado a tomar el té una vez más.
.................................
- ¿Ahora no nos acompaña su familia?
- Me temo que se han visto envueltos en otras actividades, aunque seguramente Julius extraña su compañía enormemente.
Suelto una pequeña carcajada ante el chiste, sentándome frente a él en el pesado escritorio.
- Celestia también parece bastante encantada con usted – dice mientras vierte el té perfumado en mi taza.
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EL TRIBUTO| Los Juegos Del Hambre (SEGUNDA Y TERCERA PARTE)
FanficTodos los vencedores tienen secretos, y los míos quizá son los peores. Gané mis Juegos, enamoré a Finnick Odair, me convertí en el tributo favorito de Panem ¿pero a qué costo? ¿Qué queda realmente de Nerea Dhassei, esa chica que amaba el mar, que s...