CAPÍTULO 12

31 6 0
                                    


Los próximos días resultan los más agradables que he tenido en un buen rato, pasar tiempo con Johanna y Katniss es extrañamente reconfortante. A menudo Cordelia y Prim nos visitan en la habitación, y el entorno es uno que no había tenido la oportunidad de experimentar antes, todas me escuchan, todas me dan la razón, aunque yo crea que estoy siendo irracional.

También pasamos bastante tiempo en la habitación de Mags, a pesar de su estado deteriorado, se le ilumina la mirada el día que Katniss consigue fresas y zarzamoras en sus salidas a cazar autorizadas por Coin. Yo llevo las barras de chocolate que traje del Distrito1, basta con enviar a Gale a hacerle cumplidos a una de las cocineras para que nos dejen derretirlo en uno de sus hornos y así podemos verterlo sobre las bayas.

Mags nos cuenta historias de sus Juegos, de cómo era el distrito 4 antes. De sus vagos recuerdos sobre el Presidente Snow cuando era más joven y apenas había accedido a la fortuna Plinth, después de que la familia lo adoptara por ser el mejor amigo de su fallecido hijo.

Ante esto algo se remueve en mi interior al recordar que Snow me había dicho que él también mató a su mejor amigo; pero decido no comentarlo con nadie, por alguna razón. Quizá vergüenza por el hecho de que él nos considerara similares en alguna manera.

Citrio también se acerca mucho a mí estos días, hecho un manojo de nervios por la boda; Laurenze y Effie, la estilista de Katniss han pasado días ajustando un traje de Peeta para que lo pueda utilizar en la ceremonia, Cordelia no deja de teclear en su tableta mil y un opciones para el altar. Coin se limita a refunfuñar sobre que no es necesario tanto circo y que sea una ceremonia sencilla, a lo que Laurenze y Plutarch se oponen energéticamente.

Incluso Gale parece más tolerable en estos días, limitando sus comentarios sarcásticos al mínimo cuando me ayuda a practicar mi puntería con las armas en Defensas Especiales.

- No quiero que me hagas pasar el ridículo de la mansión Snow en la guerra, snob – dice después de cada disparo.

Pero alguien de quien no veo ni la sombra es Finnick.

Supongo que es algo natural, después de lo ocurrido, pero aun así no puedo quitarme de la cabeza que me está evitando. Intento que no me afecte, intento darle su espacio, pero no dejan de invadirme miles de preguntas, más hacia mí que hacia él. ¿Por qué no había dicho que sí simplemente?

- ¿Entonces ya vas a contarnos? – dice Cordelia con impaciencia, está recargada en mis piernas con Nerea, la perrita, dormitando en su regazo.

- No hay mucho qué contar – dice Citrio con tono defensivo, pero ninguna de nosotras le cree.

Faltan pocos días para la boda y hemos decidido tener una pequeña celebración en el cuarto; Plutarch promete ayudarnos a conseguir una botella de las cocinas por debajo del agua y Katniss nos sorprende con un esmalte de uñas que se había traído de su casa en el 12 durante el último propo filmado allá.

- Nadie propone matrimonio así nada más – alza una ceja Prim. Katniss la mira pensativa.

- Bueno él mismo lo dijo. Es solo para entretener al Distrito.

- Y también dijo que le gustas – digo yo mientras soplo mis uñas color rojo fuego.

- Ya. Porque gustarle a alguien es la gran cosa. Tú le gustas a medio Panem y eso no significa absolutamente nada – Citrio suspira, sus palabras un poco heridas y todas nos miramos, notando el cambio – no significa absolutamente nada.

Johanna lo rodea con un brazo, con cierta brusquedad como todo lo que ella hace.

- ¿De verdad crees eso? Porque el Gloss que yo conozco nunca, jamás le habría propuesto matrimonio a alguien por quien no sintiera algo. Y algo muy fuerte.

EL TRIBUTO| Los Juegos Del Hambre (SEGUNDA Y TERCERA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora