CAPÍTULO 7

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Nunca he creído en un cielo o un infierno, sin embargo, me siento tentada a pensar en este último cuando piso el centro de entrenamiento por primera vez en cinco años, y lo encuentro lleno de mis amigos.

Beetee me sonríe ampliamente y viene de inmediato a saludarme, me pone al tanto de los avances en su último experimento y le digo lo decepcionada que me sentí al no alcanzar a ordenar uno de sus dispositivos que puede almacenar horas de música en el tamaño de una mota de polvo.

- Ridícula - le digo con sarcasmo a Johanna, que está desnuda y untándose de aceite antes de una lección de lucha, ella me saca la lengua.

- No eres la única que puede desvestirse.

Incluso Pictor y Chromia del distrito 6 parecen alegrarse de verme, en algún lugar de entre sus rostros huesudos y amarillentos consumidos por la morfina se asoma una sonrisa, y la voz rasposa de Chromia me pregunta por mis hermanas.

- Vendrás a practicar con nosotros, ¿verdad Nerea? - siento un escalofrío cuando la voz seseante de Enobaria me llama a mis espaldas. Me pregunto si esta mujer recuerda cómo es que la miren a los ojos mientras habla, porque lo único en lo que puedo fijar mi vista son esos horribles dientes limados en forma de colmillo, sabiendo que lo único que se interpone entre ellos y mis entrañas son unos cuantos días.

Termino en el puesto de lucha con lanza junto a Brutus y Enobaria, en realidad siempre han sido más cercanos a Finnick, a mí me parecen algo aterradores, pero no por ello faltaba a las invitaciones de los cumpleaños de los hijos de Brutus; mientras que Enobaria y yo íbamos a hacernos la pedicura por lo menos una vez al mes, aunque casi no habláramos entre nosotras y nos limitáramos a criticar a absolutamente todas las personas que pisaran el salón.

- No puedo evitar entusiasmarme - dice Enobaria mientras elige su arma con aspecto amenazante - ha pasado tanto tiempo que se siente como rejuvenecer... aunque supongo que los más jóvenes no lo tienen tan fácil.

Me mira de soslayo y tengo que fingir una sonrisa.

- Las circunstancias no han sido las mejores para mí - admito mientras arrojo una lanza con tal precisión que Enobaria frunce los labios.

- Las ventajas de tener el mejor mentor de todos - dice mirando a Finnick del otro lado de la sala, donde coquetea con Katniss de nuevo, fingiendo que se anuda una soga al cuello.

Brutus nos ignora completamente, dedicándose a arrojar lanzas a diestra y siniestra, acertando a todos y cada uno de sus objetivos. Con su tamaño descomunal y sus rasgos toscos me recuerda un poco a Evander, aunque inmediatamente después me arrepiento de este pensamiento, a pesar de lo agresivo que pudiera ser, Evander tenía una pizca de honor, de respeto por la vida a pesar de ser absolutamente letal, incluso sus supersticiones eran prueba de ello, Brutus no tenía nada de esto. Brutus solo es una enorme máquina de matar.

Tenemos toda la intención de dirigirnos al puesto de lucha con espada, pero Qarth del distrito 5 vomita todo el piso y nos hace cambiar de idea rápidamente.

Cashmere, Gloss y Finnick se acercan con nosotros después de un rato, conversando animadamente, Enobaria y Brutus se unen de buena gana por lo que no me queda más remedio que socializar.

Cashmere habla de lo entusiasmada que está de que formemos todos una alianza y todos parecen estar de acuerdo; miro a Finnick de soslayo. No podemos hacer una alianza con ellos, sabemos perfectamente que tenemos que estar con Katniss y Peeta, pero no habíamos acordado como lo llevaríamos con los profesionales.

Aturdida por esto, alcanzo a ver a Katniss por el puesto de hacer una fogata, se levanta de junto a Beetee y Wiress y decido que es el momento perfecto para intentar hablar con ella.

EL TRIBUTO| Los Juegos Del Hambre (SEGUNDA Y TERCERA PARTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora