My Moon Alice Cullen y tu

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La mañana se había instalado de manera silenciosa en la casa de ___, caminaba de un lado a otro, mirando sin ver, aún sin saber qué hacer con la situación, había llegado allí con la esperanza de retomar su rumbo

De repente, un ruido de motores sacudió la quietud de la casa, al principio no pensó mucho en ello, pero el sonido se acercó, y pronto la puerta se abrió con un golpe suave, Jacob fue el primero en aparecer, con una caja grande en sus manos, una sonrisa algo forzada en su rostro, no estaba acostumbrado a dar este tipo de gestos, pero no sabía qué más hacer

—Hola, ___ —saludó, con voz baja y un toque de inseguridad— Pensamos que podrías necesitar esto - ___ frunció el ceño, observando la caja y luego mirando a Jacob, que aún no se atrevía a entrar

—¿Leah les dijo que ya no tengo ropa aquí ? —preguntó, una mueca de sorpresa cruzando su rostro, no estaba molesta, no había pensado en que la gente estaría  tan pendiente de ella, Jacob asintió lentamente, viendo a sus compañeros llegar detrás de él, Paul, Jared, Embry, todos con bolsas y cajas en las manos, mostrando el mismo gesto serio pero preocupado

—Sí, Leah nos dijo que te faltaban cosas —dijo Paul, mirando las cajas, algunos traían ropa, otros más con comida, trastes, sabanas pero todo parecía estar relacionado con lo básico – Y pensamos que te vendría bien algunas cosas - La gente se preocupaba por ella

___ no sabía qué hacer, de alguna forma, se sentía ridícula, ella siempre había sido quien había dado, quien había ayudado a los demás, ahora, ver a la manada llegar, trayendo cosas, era algo completamente diferente, sin embargo, había algo en sus miradas, en la forma en que se veían entre sí, que le hizo darse cuenta de que no estaban allí solo por cortesía, estaban allí porque se preocupaban por ella.

—Está bien —murmuró al fin, abriendo la puerta de par en par para que pudieran entrar, Jacob y los demás pasaron, trayendo las cajas y comenzando a apilarlas en el interior, ___ observaba en silencio mientras algunos de ellos comenzaban a colocar las cosas en la mesa, sacando ropa, mantas y comida

—Tú nos dijiste que querías estar sola —dijo Jared, con tono suave, al ver la expresión ausente de ___—. Pero también sabíamos que no podías quedarte sin nada, no queríamos que te sintieras peor

___ suspiró y miró la ropa, tocando algunas de las prendas que ya habían dejado sobre la mesa, fue un recordatorio doloroso de lo que había perdido de lo que Alice se llevó, de lo que ella misma había dejado atrás

Jacob miró a los demás, esperando una reacción de ___, pero ella no dijo nada más, sólo asintió y comenzó a dejar algunas de las cosas en un rincón, guardando todo de la manera más ordenada que podía, como si lo hiciera por obligación

El aire pesado de la casa parecía más cargado que nunca, pero la manada se quedó en silencio, sin saber cómo actuar realmente, sabían que no había mucho más que pudieran hacer en ese momento, más allá de estar allí para ella

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La casa de ___ estaba invadida por un aire extraño, aunque la manada había dejado algunas cosas, la presencia de la casa vacía era abrumadora, la cocina parecía vacía, las paredes apenas cubiertas por algunas manchas, la ropa nueva aún se apilaba en un rincón sin mucho orden, como si todavía no tuviera la fuerza para colocarla, de repente, una nueva presencia se sintió en la entrada, el sonido de un motor apagándose afuera hizo que ___ alzara la mirada, no estaba segura de quién sería esta vez, pero su corazón dio un vuelco al ver a Sam acercándose, con Emily a su lado

Sam caminó con paso firme hacia la puerta, su rostro serio, pero con una pizca de preocupación que no podía ocultar, Emily lo seguía, llevando una cesta en sus manos, que dejaba entrever una botella y algunos utensilios

—Hola, ___ —saludó Sam con suavidad, entrando sin esperar respuesta, Emily le sonrió débilmente desde atrás, ___ apenas asintió, mirando a ambos sin saber qué decir, toda esta situación  estaba logrando que ___ entendiera lo que significaba ser cuidada, incluso si no lo quería

—Te trajimos algo —dijo Emily, moviendo la cesta en su mano—. Sue y yo hablamos, decidimos que te haremos de comer, hoy me toca el desayuno, y Sue se ocupará de la comida y la cena, después  ella le tocara traerte el desayuno - ___ levantó la vista, sorprendida por lo que acababa de escuchar, no estaba acostumbrada a que todos en la reserva le ofrecieran hacer todo eso por ella, ni cuando apenas se había  transformado

—No es necesario —respondió, aunque su voz sonó vacía, sin seguridad – Emily, yo puedo... puedo cuidarme sola - Sam, que se había quedado en la puerta mirando todo en silencio, habló entonces, su tono grave y lleno de sinceridad.

—___ —dijo, con una mirada fija en ella— el dolor que estás pasando, no puedes enfrentarlo sola, nos has ayudado a todos tantas veces, ¿por qué no dejarte ayudar ahora? - ___ no pudo responder de inmediato, las palabras de Sam resonaron en su interior, pero algo dentro de ella aún no podía aceptar la idea de depender de los demás - Sabemos lo que estás viviendo, y no vas a estar sola, ¿me entiendes?

Sin embargo, al ver el rostro sincero de Sam, y el apoyo silencioso de Emily, algo dentro de ella se quebró

—Está bien —murmuró al fin, resignada— Pero solo porque sé que no podré decirles que no a todos ustedes

Emily sonrió levemente, aliviada, y comenzó a sacar los ingredientes de la cesta, mientras Sam se sentaba en una silla cercana, observando con una mezcla de preocupación y calma a su hermana mayor

En ese momento, Emily comenzó a preparar el desayuno con rapidez, sin decir nada más, las horas pasaban lentamente mientras Emily cocinaba, y Sam permanecía allí, como si su presencia fuera un ancla que ayudaba a ___ a quedarse en el presente

Finalmente, el desayuno estuvo listo, Emily sirvió una porción generosa, colocando el plato frente a ___ con cuidado.

—Aquí tienes —dijo con suavidad, esperando una reacción – Vamos, debes de comer

___ miró la comida por un momento, pero al final levantó la cuchara, dándose cuenta de que, aunque no quería, lo necesitaba, su cuerpo lo pedía, aunque su mente aún luchaba, con cada bocado, el peso en su pecho parecía aligerarse un poco, aunque no era suficiente para borrar el dolor de perderle

Cuando terminó, Emily le sonrió  en grande

—Me agrada saber que te gusta mi comida —murmuró con cariño— También  me alegra verte comer algo, ahora voy a irme, pero volveré mañana con más comida, no te preocupes por nada más

___ se quedó en silencio, mirando a Emily mientras salía de la casa, Sam, que había permanecido callado todo el tiempo, se levantó para irse también, aunque se detuvo un momento frente a ___

—Te dejaré sola un rato —dijo en voz baja— Mañana nos veremos, cuídate, hermana