[ Querido usuario.
Queremos agradecerle por su sincera opinión. También queremos informarle que al leer parte de sus quejas, hemos decidido tomar medidas especiales para que disfrute del juego con más comodidad.
Por lo que le deseamos un grandioso y...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Isla Narukami, Ciudad de Inazuma
Aether y Paimon tocan tierra al bajar del Rompeolas, este desaparece al llegar a su punto de invocación. La zona en la que llegan, se encuentra alejada de la ciudad de Inazuma en una zona que visitan los turistas para ver el mercado nocturno. El viajero quita la capucha que cubre su cabeza para ampliar su campo de visión, levanta la mirada para ver el lugar al que han llegado, lo primero que nota, es el gran Torii en la cima de la Isla y los hermosos árboles de cerezo que brillan gracias a la luna llena.
Paimon mira con ojos emocionados los nuevos paisajes y saborea el olor a comida que llega a sus fosas nasales. Aether puede ver el brillo en sus ojos, claro que él estaría encantado de consentirla y llevarla a comer la exquisitez de los nuevos manjares, solo que primero, necesita investigar.
— Paimon, prometo que te llevaré a comer cuando terminemos la siguiente parte del plan — le dijo el viajero con una sonrisa en sus labios. El hada sabía que no le mentía, así que confío en sus palabras y lo siguió para caminar a la ciudad de Inazuma.
El cuerpo de ambos, se sentía entumecido por el largo tiempo que pasaron sentados dentro del rompeolas, les tomo toda la tarde viajar hasta la Isla Narukami por lo que solo pudieron desayunar antes de irse y pararse en medio del mar, no era una buena opción. Ambos tenían hambre, sueño y cansancio, lo único que querían era llegar a dormir, sin embargo, Aether debía buscar información sobre los movimientos de su compañera, después podría entrar en la relajatetera.
— Si estás cansada, entra en la relajatetera, Paimon — le aconsejo el viajero en lo que cruzaban al otro lado de la Isla Amakane que conectaba con la Isla Narukami —. Puedes pedirle a Gordi que te prepare de comer.
Paimon sacudió su cabeza.
— ¡Paimon debe acompañarte, no te dejare solo, viajero! — gritó tratando de sonar animada pero el sueño comenzaba a vencerla, conforme avanzaban los segundos, su altura de vuelo se reducía.
Con una sonrisa en sus labios, el viajero respondió —: No te preocupes por eso, solo investigaré lo que ha sucedido en Inazuma, cuando termine te comprare dulces locales.
Al escuchar sus palabras, los ojos del hada brillaron con emoción —: ¡¿Lo prometes, viajero?!
— Sí, Paimon. Te lo prometo — respondió sin borrar su sonrisa. El hada dio un par de vueltas en el aire con emoción.
— ¡Entonces Paimon te esperará en la relajatetera! ¡No tardes mucho!
Sin esperar un minuto más, la pequeña hada desapareció dejando solo polvo cósmico en el aire. La sonrisa del rubio se borró a los pocos segundos y cambio su semblante, sabía que Paimon aprovecharía para visitar a Xiangling y su padre, lo que le daría tiempo suficiente para poder investigar lo sucedido en Inazuma.