Capítulo 9: La oscuridad de Lilith.

19 2 0
                                    

Círculo de Posesión
+18

---

La habitación se siente como una prisión de deseo, sofocante y densa. El aire está impregnado de un aroma embriagador: sudor, piel caliente y algo más profundo, más oscuro, que me envuelve por completo. Estoy atrapada entre ellos, rodeada de su calor, de su hambre.

Draken es el primero en reclamar mi atención. Está recostado contra la cabecera de la cama, sus músculos tensos bajo la luz tenue. Su erección late contra mi lengua mientras lo tomo con mis labios, moviéndome con lentitud, saboreándolo. Es grueso, ardiente, delicioso. Me deleito en la manera en que sus caderas se estremecen cada vez que lo tomo más profundo.

—Maldita sea, Lilith… —gruñe, su voz ronca de placer.

Sus dedos se enredan en mi cabello con una mezcla de desesperación y control, tirando de él, guiándome al ritmo que quiere. Su pecho sube y baja con fuerza, su mandíbula se tensa mientras lucha por no correrse demasiado rápido. Me encanta verlo así, tan vulnerable bajo mi toque.

Pero justo cuando planeo seguir torturándolo, un fuerte tirón en mi cabello me aparta de golpe. Un jadeo se escapa de mis labios cuando soy arrancada de la erección de Draken.

Darek.

Su agarre es firme, casi castigador. Su respiración es pesada, y sus ojos carmesí brillan con un peligro que electriza cada fibra de mi ser. La tensión en su mandíbula revela cuánto se está conteniendo. Pero lo que veo en su mirada no es enojo. Es algo más oscuro. Algo que me hace temblar de anticipación.

—¿De verdad crees que puedes jugar con nosotros sin consecuencias? —su voz es baja, profunda, vibrando en mi piel como un eco de advertencia.

Intento responder, pero las palabras se me quedan atrapadas en la garganta cuando su mano se desliza por mi espalda desnuda, recorriendo cada curva con una lentitud tortuosa. Sus dedos se detienen en mi cadera, presionándome contra él. Puedo sentir su erección dura como el acero palpitando contra mi abdomen.

Me muerdo el labio. Esto es lo que quiero. Lo que necesito.

—Te gusta provocar, ¿verdad? —su aliento caliente roza mi oído.

Asiento, incapaz de hablar.

Su otra mano se desliza por mi muslo, trazando círculos en mi piel hasta alcanzar la curva de mi trasero. Me aprieta con posesión, obligándome a frotarme contra su dureza. Un gemido escapa de mis labios al sentir el roce. Estoy mojada. Demasiado.

Y entonces Dostin aparece por detrás, su aliento quemando la piel de mi cuello.

—Creo que nuestra Lilith necesita ser castigada.

El tono con el que lo dice me hace estremecer.

Estoy atrapada entre ellos, mi cuerpo vibrando con necesidad. Sus manos recorren mi piel, reclamándome con una mezcla de lujuria y dominio. Estoy en problemas. Pero no quiero escapar.

Dostin me sujeta por la cintura, su lengua recorriendo la curva de mi cuello. Su aliento es cálido, sus labios rozan mi piel con una paciencia tortuosa, dejando un rastro ardiente en su camino. Sus manos se deslizan lentamente, recorriendo mi vientre, rozando el borde de mis pechos. Me arqueo en respuesta, buscando más contacto, pero él solo suelta una risa baja y oscura.

—Dijiste que querías jugar, ¿no? —su voz es seductora, peligrosa.

—Sí… —jadeo.

—Entonces ábrete para nosotros.

Y lo hago.

Dejo que me giren, que me posicionen como quieran. Estoy rendida ante ellos, una muñeca en sus manos.

Darek es el primero en tomarme. Su mirada es puro instinto animal. Me empuja contra la cama, sus manos recorriendo mi cuerpo sin prisa. Sus dedos trazan líneas ardientes en mi piel mientras baja por mi abdomen, separando mis piernas con brutalidad.

—Mírate… —susurra con una sonrisa depredadora—. Lista para nosotros.

Su pulgar roza mi clítoris con lentitud, torturándome con cada movimiento. Un gemido escapa de mis labios cuando lo presiona más fuerte.

Dostin se une a él, sus labios explorando la piel de mi cuello, su lengua trazando caminos invisibles que me hacen estremecer. Su erección se presiona contra mi espalda, un recordatorio de lo mucho que me desean.

Draken se acerca a mi rostro, sus ojos ardiendo con un deseo oscuro.

—¿Cuánto más puedes soportar, Lilith?

Estoy al borde. Mi cuerpo tiembla, mi respiración es errática. No hay vuelta atrás.

Y cuando finalmente me tocan, cuando sus bocas y manos me reclaman, siento que me rompo y me reconstruyo al mismo tiempo.

Me consumen.
Me destrozan.
Me hacen suya.

Y yo… yo solo quiero más.

---

(Continuará…)

---


Que tal les pareció esta segunda parte?

Editado 🌸

Estrategia +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora