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El sonido de sus tacones resonó en la entrada de la empresa cuando Lilith llegó aquella mañana, con el ceño ligeramente fruncido y una sensación extraña en el pecho, como si el aire estuviera cargado de una tensión imperceptible. Apenas cruzó la puerta principal, notó la presencia de varias personas en la recepción.El recepcionista estaba en su lugar habitual, con su sonrisa formal pero amigable, y los tres jefes ya se encontraban allí. Sin embargo, lo que captó su atención de inmediato fue una mujer rubia, alta, de curvas pronunciadas, vestida con un conjunto ajustado que realzaba su silueta de forma provocativa.
Lilith saludó en general con un simple "buenos días". El recepcionista respondió con una sonrisa seria pero contagiosa, mientras que la rubia la recorrió de arriba abajo con una mirada cargada de desprecio.
Su gesto fue sutil, pero el veneno en sus ojos era innegable, como si estuviera evaluándola y restándole valor en el proceso. Lilith sintió el desdén en cada segundo que la rubia tardó en apartar la vista.
Frunció los labios, desconcertada. ¿Quién demonios era esa mujer y por qué la miraba de esa manera?
Los jefes no parecían prestar atención a lo que ocurría. Se limitaron a subir a sus oficinas con esa aura de misterio que siempre los rodeaba. Lilith, sin dar más importancia a lo sucedido, los siguió, dirigiéndose a su propio espacio de trabajo.
Se sentó en su escritorio, tomando un profundo respiro antes de centrarse en organizar los documentos del día anterior. Sus manos se movían con precisión, clasificando papeles, poniéndose al día con los pendientes, hasta que un movimiento al otro lado de la pared de vidrio captó su atención.
La rubia había entrado en la oficina de los tres jefes sin siquiera tocar la puerta.
Lilith la observó con el ceño fruncido. La manera en que la mujer caminaba, con esa seguridad avasalladora, con esa mirada de dueña del lugar, hizo que una extraña incomodidad se instalara en su pecho.
Pero lo que más la inquietó fue la expresión de los hermanos.
Desde su lugar, a través de la pared transparente, pudo ver cómo la conversación dentro de la oficina se tornaba tensa. Sus gestos eran duros, sus miradas afiladas.
La rubia hablaba con tono demandante, con una actitud imponente, mientras que los trillizos mantenían una postura rígida. Lilith no podía escuchar con claridad, pero el bullicio de la discusión llegaba a sus oídos como un eco lejano.
Curiosa, fijó la mirada en sus labios, tratando de leer lo que decían. Captó fragmentos sueltos, palabras inconexas, pero el mensaje era claro: la estaban echando.
La rubia parecía negarse, gesticulaba con enojo, con los ojos brillando de furia.
Y entonces, Matheus levantó la vista y se encontró con los ojos de Lilith.
Ella apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que él se pusiera de pie y, con un movimiento calculado, bajara las persianas, bloqueando completamente su vista.
Lilith apretó los dientes.
Esa sensación en su pecho se intensificó.
Algo estaba ocurriendo. Algo importante. Y la mantenían fuera de ello.
Se puso de pie con brusquedad, sintiendo cómo la rabia se acumulaba en su interior. No entendía por qué la afectaba tanto que la excluyeran de esa conversación, pero lo hacía. Tal vez era la tensión en el ambiente, tal vez la forma en que esa mujer la había mirado con desprecio, como si supiera algo que ella no.
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Estrategia +18
Short Story--- Ella, una chica demasiado inocente para este mundo miserable, donde la bondad es devorada por la crueldad... Ellos, seres que no pertenecen a este mundo, letales y seductores, dispuestos a hacer lo impensable por protegerla... Ella arrastra un p...