Cuando Dégel regresó a la enfermería, se encontró con una escena que lo hizo sentir incómodo. Camus estaba sentado al lado de Seraphina, y ella había tomado su mano inconscientemente.
Dégel se sintió un poco molesto al ver la escena. No sabía por qué, pero se sentía como si Camus estuviera invadiendo un espacio que no le pertenecía.Se acercó a la cama, tratando de mantener la calma - ¿Cómo está? - Preguntó, intentando ignorar la mano de Camus en la de Seraphina.
Camus se volvió hacia él, sin soltar la mano de Seraphina - Está estable... Pero todavía no ha despertado.
Dégel asintió, tratando de mantener la conversación neutral. Pero no podía evitar sentir una sensación de celos y posesividad hacia Camus.
¿Qué estaba pasando con él? ¿Por qué se sentía así? Mientras tanto, Camus seguía sosteniendo la mano de Seraphina, sin darse cuenta de la tensión que se estaba creando en el aire.Miró un poco incómodo la escena, pero trató de no hacerlo notar. No quería que Camus se diera cuenta de sus sentimientos, ya que no estaba seguro de cómo manejarlos ni mucho menos en ese lugar alrededor de todos.
- Bueno, esperemos que despierte pronto.
Camus sonrió y asintió - Sí, esperemos que sí.
Al ver la sonrisa de Camus para Seraphina no era algo de su agrado, aunque trató de mantener la calma. Se sentó en una silla cerca de la cama, tratando de parecer relajado.
Mientras tanto, Camus seguía sosteniendo la mano de Seraphina, y Dégel no podía evitar sentir una sensación de celos cada vez que miraba a Camus.
De repente, Seraphina se movió un poco y abrió los ojos lentamente - ¿Dónde... dónde estoy?Preguntó con voz débil.Camus sonrió y le apretó la mano - Estás en tu palacio, Seraphina. Estás a salvo.
Dégel se sintió un poco aliviado al ver que Seraphina estaba despertando, pero también se sintió un poco celoso al ver la forma en que Camus la trataba. ¿Acaso.... A el le gustaba la dama Seraphina? No negaba que aquella dama con quién creció en su momento de entrenamiento era muy bella y lo seguía siendo, era la viva imagen de la madre de los hermanos.
Un poco incómodo se levantó de su silla y se dirigió hacia la puerta - Voy a avisarle a Unity que ya despertó.
Camus asintió y sonrió - Gracias, Dégel.
Mientras Dégel salía de la habitación, Seraphina miró a Camus con una expresión seria. De repente, tosió fuerte y se cubrió la boca con una mano.
Camus se preocupó y se acercó más a ella. -¿Estás bien, Seraphina? - Preguntó preocupado sin soltar su mano.
Seraphina sacudió la cabeza - No, Camus. Cada vez me siento peor. No mejoro con los remedios que me han dado - Dijo con una voz débil.
Camus se sintió alarmado - ¿Qué quieres decir? ¿Qué está pasando contigo? ¿Dégel y Unity saben esto?
Seraphina miró a Camus con una expresión intensa - Camus... Si algo sucede conmigo, por favor, cuida de Dégel. Él es como un hermano para mí, y sé que puede contar contigo.
Camus se sintió conmovido por la petición de Seraphina - Por supuesto, Seraphina. Me aseguraré de cuidar de Dégel si algo sucede contigo.
Seraphina sonrió débilmente y cerró los ojos. Camus se quedó sentado a su lado, sintiendo una sensación de preocupación y responsabilidad hacia ella y hacia Dégel.
Seraphina abrió los ojos de nuevo y miró a Camus con una expresión pensativa - Camus, hay algo que quiero decirte - Susurró con voz débil.
Camus se inclinó hacia adelante, interesado. -¿Qué es, Seraphina?
Seraphina sonrió débilmente - Jamás había visto a Dégel tan animado desde que te conoció a tí. Él siempre ha sido un poco... reservado, pero contigo, es diferente. Sonríe más... es como si hubiera encontrado una nueva razón para vivir y en esa razón tu formas parte de ella.
Camus se sintió conmovido por las palabras de Seraphina. No sabía que Dégel había cambiado tanto desde que se habían conocido. Se sintió feliz de saber que había tenido un impacto positivo en la vida de Dégel.
- Gracias, Seraphina - Le respondió con una sonrisa - Eso significa mucho para mí y haré lo posible porque tu palabra se haga realidad.
Seraphina asintió débilmente - Sé que Dégel puede ser un poco... complicado, pero creo que tú eres la persona perfecta para él. Por favor, cuídalos y a mi hermano también.
Camus se sintió conmovido por la petición de Seraphina. Se comprometió a cuidar de Dégel y de ella misma, no importaba lo que sucediera, aunque no podía prometer velar también por su tierra que tanto amaba, el solo estaba de paso y si en realidad el pudiera quedarse, lo haría con gusto para no fallar en la promesa de la dama Seraphina.
En ese momento, Unity entró en la habitación, preocupado por el estado de su hermana. -¿Cómo está? - Cuestionó preocupado acercándose a la cama.
Camus se levantó de su silla y se hizo a un lado, permitiendo que Unity se acercara a su hermana. Mientras tanto, Camus miró alrededor de la habitación y se dio cuenta de que Dégel estaba muy distante de la escena. Se encontraba parado cerca de la puerta, con una expresión seria y distante en su rostro.
Camus se preocupó por la actitud de Dégel al instante. Mientras que Unity, se estaba ocupando de su hermana, hablando con ella en voz baja y tranquilizadora. Seraphina sonrió débilmente y respondió a su hermano, pero Camus podía ver que estaba muy débil y cansada.
Camus sintió incomodidad sin saber qué hacer. Quería ayudar a Dégel, pero no sabía cómo abordar la situación. Y quería ayudar a Seraphina, pero no sabía cómo hacerlo sin interferir con la relación entre ella y su hermano.
Solo pudo dar un respiro porque quería hacer algo por todos pero sabía que esa no era su labor.Dégel se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta, pero Camus lo alcanzó rápidamente. -Dégel, espera - Le habló Camus, poniendo una mano en su hombro.
Al sentir su mano sobre el hombro, se detuvo y miró a Camus, con una expresión seria y distante en su rostro - ¿Qué pasa? - Preguntó Dégel, sin mirar a Camus directamente a los ojos.
Camus se sintió un poco incómodo por la actitud de Dégel - Nada, solo quería hablar contigo - Respondió Camus, intentando sonar calmado y natural, aunque en el fondo algo le inquietaba.
Dégel se encogió de hombros y se apartó de Camus - No hay nada de qué hablar, todo está en orden supongo - Se dirigió hacia la puerta de nuevo para salir.
Aunque Camus se sintió un poco frustrado por la actitud de Dégel. ¿Qué estaba pasando? Camus decidió seguir a Dégel y tratar de hablar con él de nuevo.
Mientras caminaban de regreso a la cabaña, Dégel no dijo nada. Se limitó a caminar en silencio, perdido en sus pensamientos.Camus, por su parte, intentó romper el silencio varias veces, pero Dégel no respondió. Se limitó a seguir caminando, con una expresión seria y distante en su rostro.
Dégel estaba pensando en lo que había visto en la habitación de Seraphina. Había visto la forma en que Camus la miraba, la forma en que se preocupaba por ella. Y se preguntaba si Camus sentía algo por la señorita Seraphina.
La idea le dolía a Dégel. No sabía por qué, pero la idea de que Camus pudiera sentir algo por alguien más le hacía sentir incómodo. Se sentía como si estuviera perdiendo algo, como si estuviera perdiendo a Camus.
Dégel no sabía qué hacer con estos sentimientos. No sabía por qué se sentía de esta manera. Pero sabía que no podía seguir ignorando estos sentimientos. Tenía que hacer algo al respecto.
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Más Allá De La Lealtad
Fanfiction"Mi vida entera te la regalaría si te vuelvo a ver" La decisión de los dioses puede ser un simple capricho. No sabe como ni mucho menos porqué, pero... Después de la batalla de las doce casas, Camus terminó en una era totalmente diferente a la suy...