Recuerdos de Zack

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-Lo lamento mucho Sammy. Nunca pensé que eso pasaría-dijo Matt apenado.

No contesté. Opte por quedarme callada. A pesar me gustó que Matt me trajera a su casa. Aquí me tiene delante de su chimenea con una manta y una taza de café. Todavía seguía con lágrimas en los ojos. Tragando junto al café la melancolía que tengo dentro. Todo el odio que ahora siento por la vida. Todo se fue a la mierda.

-Sammy, no estas sola. Me tienes a mi.

-Gracias, pero merezco sufrir. Fui una idiota.

-Samantha no digas eso. Tu no tienes la culpa de que haya pasado lo que pasó.

-¿Me puedes dar mi celular? Está encima del comedor-dije para evadir el tema. Matt no sabe por lo que yo ahora mismo estoy pasando. Es el peor dolor del mundo, no se lo recomiendo a nadie.

Matt me trajo el celular. Lo miré y tenía quince llamadas perdidas y cuatro mensajes. No tengo ni ganas de abrirlos. Solo quiero perderme en el abismo.

-Matt, llevame a hacer las cosas que haces-dije.

-Si eso te hace sentir mejor te llevo-contestó Matt.


Dos semanas después...


-Sammy, eres mala-dijo Matt con cara de niño pequeño. Matt le debo la vida. Ese chico me salvó de mi dolor, aunque no puedo negar que cada día que mes levanto lo primero que pienso es en Zack, en buscarlo y me doy cuenta que ya no está y siento que se me destroza la vida, pero Matt me llama casi todas mañanas y me hace reír cuando menos quiero.

-Yo no soy mala-dije riéndome.

Los dos estabamos en el sofá mirando una película, bueno no la estábamos mirando porque cada vez que quería realmente verla Matt comenzaba a hablar. Parece una cotorra.

-Bueno Matt. Es hora de irme-dije.

-Ay, ¿porque?

-Quiero ir a dormir.

Matt puso cara de tristeza.

-Dame un abrazo-dijo Matt levantándose. Le hice caso y lo abracé. Matt me apretó, como si quisiera que todas las piezas rotas se juntaran. Eso en gustó bastante.

Salí de su apartamento y en metí al auto. Me acuerdo que hacia eso con Zack, me acuerdo él saliendo con si sonrisa brillante que me hacia alegrar el día.

Sin querer se me sale una lágrima.

Enciendo el auto y voy a un lugar donde me pueda encontrar yo misma y estar mas tranquila.

La noche estaba llena de estrellas, a lo mejor para otros se veía bonito, pero para mi ya no tiene ningún significado, no sin mi Zack.

Estacioné el auto y camino para dentro del bosque donde una vez Zack me trajo y me cargo a caballo. Bonitos recuerdos.

Me siento en la piedra donde Zack acostumbraba sentarse. De este mismo modo se tenía que sentir Zack. Solo, triste y sin nadie. Que agria sensación es esta.

Saqué mi celular y busco las fotos de mi galería. Tengo tantas con Zack. Las voy mirando y recordando cada momento que pase con él, lo mucho que me reí con él.

Comienzo a llorar nuevamente. No quise ir a su funeral, no quiero tener la idea de que verdaderamente está muerto, no.

Respiro el aroma del bosque. Puro y fresco, lo cual me tranquiliza una poco. Ya es hora de irme. Camino lentamente por el bosque tratando de recordar cada pequeño momento con Zack. Su hermosa cara de idiota. Como quisiera tenerla ahora. Entro al auto con melancolía. Manejo lentamente y sin ánimos. Quiero recordar cada minuto que pasé con Zack. Voy a la tienda en la cual lo conocí. Me acuerdo él ahí sentado con cara de tonto.

Vuelvo a llorar y me siento justamente donde él estaba sentado. No me importa que las personas pasen y me vean. No me importa realmente nada.

Me acuerdo cada segundo de cuando lo conocí, sentía algo muy extraño en mi corazón y me acuerdo que no sabía ni lo que era. Pero ahora está claro, era el chico que yo quería. Ahora estoy segura de que no me voy a enamorar nuevamente.

Alone.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora