Capítulo 33: DIVORCIO.

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Me quedé inmóvil frente a la puerta sin poder decir absolutamente nada. Él estaba ahí parado con el celular en la oreja hablando con alguien. Tan lindo como siempre con una camisa blanca y una chaqueta gris con un estampado, pantalones negros y ese hopo que solamente se hacía aveces perfectamente peinado hacia arriba. 

Ni siquiera me miró cuando abrí la puerta. Estaba muy concentrado con esa llamada. Escuché un ''Ok, Adiós'' de su parte, colgó el móvil y por fin me miró. 

Se cruzó de brazos y siguió mirándome sin decirme nada. Su mirada, esa mirada no era la de él, parecía otra y me estaba intimidando. 


-¿No puedes hablar? ¿Te comieron la lengua los ratones? --dijo irónico--


Seguía jugando conmigo, como si fuera una más del resto. Acaso, ¿no sé acordaba que hace un par de días nos separamos? ¿No se acordaba que estuvimos juntos más de cinco años, que perdimos un hijo y tuvimos otro?


-¿Qué haces aquí? --pregunté ignorándolo--

-Te estuve llamando. Para ser exactos diez veces, no tengo mucho tiempo que perder. Quiero ver a mi hija. --contestó seco--


Dios. Si las palabras matarán yo ya estaría 10 metros bajo tierra. Con cada letra que salía de su boca, era un puñal en el pecho. ¿No se da cuenta que me lastima?


-No estoy pendiente al celular, no me interesa.

-Te tendría que interesar, porque si no tendremos que ir a juicio y ver quien se queda con la tenencia de Jazmín, quien se queda con ella y cuales son los días que el otro la puede ver, pero mi hija no es un premio por el cual tengamos que competir, así que prefiero hacer las cosas por las buenas, claro, si tú colaboras, si no no me quedará otra.

-No compliques las cosas Anthony.

-¿Dónde está Jazmín?

-Euge, ¿quién... --apareció David a mis espaldas--


¡Lo que faltaba! A Anthony se le borró la sonrisita de arrogante que llevaba y la cara se le transformó por completo.


-Ah, eres tú.

-¿Estoy interrumpiendo algo? Ya te la he dejado todita para ti, ya no tienen que esconderse. No sabes las ganas que tengo de romperte la cara en este mismo momento, pero no quiero ensuciarme las manos con un imbécil como tú, mejor salte de mi vista por favor. --dijo Anthony--

-Acá el único imbécil eres tú que estás perdiendo a la mejor mujer de todas, por ser un pendejo y dejarte llenar la cabeza por esas zorras con las cuales andas. --contestó David acercándose a él--

-Escúchame bien estúpido, aquí la única que se ha equivocado es ella por haberme engañado con un idiota como tú. Pero ya ni me interesa, haz lo que se te cante con ella porque ahora es una mujer libre, al igual que yo.

-El idiota eres tú, ya vendrás solito a rogar que te perdoné y escúchame bien, YO ME ENCARGARÉ DE QUE NO VUELVA NUNCA MÁS CONTIGO, PORQUE ERES UN PENDEJO.

-Cállate payaso que no he venido a un circo, si no a buscar a mi hija. Salte de mi vista si no quieres que te deje tirado en el suelo mientras chorrea sangre de tu nariz.

-¡Ya basta! --me puse en el medio-- Jazmín está adentro, pasa si quieres.


Anthony fulminó con la mirada a David y entró al apartamento. Fui en busca de mi hija mientras recordaba las palabras que Anthony había dicho. Yo ya no le importaba y le valía mierda lo que haga o deje de hacer con mi vida. Con sólo pensar que no le importaba, me daban inmensas ganas de llorar, con sólo tenerlo en frente de mí los ojos se me llenaban de lágrimas.

Mi gran sueño... Romeo Santos ¡¡SEGUNDA TEMPORADA!! [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora