Eight;
jealous?Me miró con una ceja alzada, mientras hacía una mueca. Movió su cabeza, de tal forma que su cabello voló hasta detrás de sus hombros. Sus labios rojos estaban fruncidos, y podía ver la ira a través de sus ojos.
—No tengo idea de qué hablas, Cal, pero te pido de la manera más respetuosa que te vayas de esta casa—respondió.
—Y yo te pido en el nombre de Sherlock Holmes que me des mi celular—agité mi mano en frente de su rostro.
—¡Yo no tengo ningún celular!—exclamó con su chillona voz.
—¡Debes de ser menos obvia con los mensajes que mandas! ¡Y más si son a tu ex, niña celosa!—dicho esto, quería reírme a carcajadas por la reacción que hizo; era obvio que ella lo tenía.
Se acercó a mí en unos pasos lentos, y al ser unos centímetros más alta que yo, tuve que levantar la mirada. No me sentía intimidada, pero era humillante que tuviera que medir un metro con sesenta y cinco, y ella setenta y tres.
Rodó los ojos.
—Mira, niña—se acercó a mi rostro—, si dices algo sobre esos mensajes prometo que no querrás volver a la escuela, ni siquiera salir de tu casa. Lo prometo por mi bolso de Gucci.
Junté ambas cejas y antes de que pudiera quejarme, una voz detrás de mí me interrumpió y provocó que Caitlin se hubiera puesto pálida.
—Dale su celular, Caitlin—habló.
Ambas miramos hacía dónde provenía la voz. Me sorprendí de ver a William de pie, mirando a Caitlin con una mirada penetrante y cruzado de brazos.
La muchacha frente a mí endureció su mirada y pareció que no tuvo otra opción más que sacar mi preciado hijo-celular- de su bolsillo, y entregármelo bruscamente. Lo tomé entre mis manos y le di una acaricia, como si no lo hubiera visto en años.
William le dedicó una última mirada y tomó mi brazo suavemente. Me arrastró junto con él hasta desaparecer de la vista de la casa de Caitlin. Yo seguía admirando la valentía de mi celular al haber sido secuestrado. Alcé la mirada hasta mirarlo, pero él veía al frente. Su mandíbula estaba tensa y su mirada era seguía fija al frente.
—¿Cómo supiste que...?
—Busqué en lo obvio—murmuró, encogiéndose de hombros.
Descarté la idea de que tenía herencia de Sherlock Holmes.
Pareciera que había sacado un bloque pesado de encima de mi espalda al sentir la dureza de mi celular entre mis dedos. Abrí mis ojos como platos y me detuve en seco. William dejó de caminar pasos más adelante, viéndome con una ceja alzada.
Desbloqueé mi celular y busqué entre los mensajes, abrí la bandeja de Ian.
Yo
05:23 pm
mándame nudesFruncí el ceño. Oh no, oh no, ¡imposible! También había mandado mensajes a Ian, y posiblemente había leído nuestras conversaciones. Aunque... ¿por qué debería importarme? No lo conozco.
Aún así, seguí leyendo.
Nudes boy
05:34 pm
Alguien decidió ser una niña malaYo
05:34 pm
viejo degeneradoTapé mi boca con la palma de mi mano, tratando de evitar reírme. A pesar de que esto era malo en cierto modo, no pude evitar imaginarme la reacción de Ian.
Nudes boy
05:36 pm
Hey, tranquila, pasa algo?Yo
05:36 pm
Pasa que intercambio mensajes con quién puede ser un pedófilo y bueno para nada. Sabes qué? Olvídalo, dejaré de responderteNudes boy
05:37 pm
Calí, qué mierda te pasa? Estábamos hablando bien. Estás de mal humor? Te peleaste con alguien? Joder, niña :-(Caitlin no le respondió. Levanté mi mirada y miré a William, quién seguía esperándome al frente. Apreté mis labios y me disculpé después de unos segundos. Busqué entre mis contactos Nudes boy y llamé sin pensarlo.
Esperé que contestara, porque si no lo hacía, no podría explicarle de buena manera.
—¿Sí?—respondió el otro lado de la línea. Su voz aterciopelada y ronca, pareciera que acababa de despertar o de levantarse de la cama. Era una voz tan seductora.
—¿I-Ian?—pregunté mordiendo mi lengua y evitando que William viera el rubor que había subido a mis mejillas al recordar mi absurdo gusto por una voz.
Segundos de silencio.
—¿Calí? ¡Calí! ¿Estás bien? ¿Por qué...?—se calló—Me dijiste pedófilo y bueno para nada—de pronto, había bajado el tono de su voz.
—Lo siento, alguien tomó mi teléfono y mandó mensajes a personas cercanas a mí para ofenderlos y eso...
—¿Soy cercano a ti?—cuestionó, con un atisbo de burla. Pude imaginarlo mandándome la distinguida carita que siempre utilizaba en los mensajes, de punto y coma y un paréntesis (;)).
—Ese no es el punto—William me miraba con una diminuta sonrisa en su rostro, seguramente mi rostro era algo para reírse.
—¿Quién es, cielo?
No reconocí esa voz. Pertenecía a la de una mujer, y parecía melodiosa. ¿Sería su hermana? No creo que una hermana le diga cielo a su...
Me congelé en mi sitio al recordar la clase de persona que era Ian. Lo conocí por haberme pedido unos nudes, ¿qué le detendría en vez de hacer eso, acostarse con cualquier chica? ¿por qué lo he pensado como un chico inocente? Posiblemente se acostaría con un montón de chicas cada semana.
—Una amiga—respondió Ian, con la voz distante de la vocina—. Calí, ¿te hablo mañana para platicar sobre ese incidente? Estoy algo... ocupado.
Mis mejillas se tornaron rojizas al imaginarme a Ian-a quién no sabía nada de su aspecto-junto con una chica en su cama.
—N-No importa, no te preocupes—tartamudeé—. Buenas noches, Ian.
Colgué antes de que él pudiera contestar. Guardé el celular y caminé al lado de William, quién no preguntó nada sobre la misteriosa llamada. Lo agradecí mentalmente. Seguimos caminando juntos hasta mi casa, en completo silencio. A pesar de eso, no era un silencio incómodo, de hecho, agradecía que no hubiera hablado, además de que no quería hacerlo.
Llegamos a la entrada de mi casa de dos pisos y giré sobre mis talones, viendo a un William balanceándose en la suela de sus zapatos.
—Lamento que Caitlin haya hecho eso por celos—se disculpó de forma tímida.
—Tranquilo—me encogí de hombros—. No es tu culpa.
Nos despedimos y entré a la casa. Dejé las llaves en la mesita de la sala y me dirigí hasta mi habitación. Al llegar, me lancé a la cama después de haber dejado mi celular en el tocador. Miré el techo y mordí mi labio.
No quería aceptar que me causaba un poco de celos la chica que estaba con Ian. Quizá no por su relación, sino porque escuchaba su voz personalmente y podía verlo, no sólo comunicarse con él a través de unos mensajes. Me habría gusto haberlo conocido en persona, pero no con el Ian que se acostaba con las chicas, sino el Ian con el que hablaba por los mensajes.
Comencé a pensar si fue un error haber entablado una clase de amistad con ese chico, o si solamente debí dejar el mensaje pasar. Sólo quizá, todo sería diferente. Pero respondí el mensaje.
Di vueltas en la cama y cerré los ojos suavemente con una sonrisa. De todas formas, no me arrepentía de haber platicado con ese chico de los nudes.

ESTÁS LEYENDO
Nudes boy
RomanceDesconocido 12:32 am Ashley, mandame nudes ;) Yo 12:33 am Te has equivocado de número, amigo. Desconocido 12:35 am Mierda #138 [10/05/16] en romance, sólo imagina que tiene el primer uno, déjame disfrutar ser primer lugar en mi imaginación y seamos...