fourteen;
Our kissLa verdad era que me daba miedo estar sola.
Quizás solamente era un capricho, o el deseo de tener a todos a mi alrededor. Pero no, de verdad, me aterraba estar sola. De pequeña, siempre lo estuve. Mi madre y mi padre trabajaban todo el día, y cuando tenían tiempo para mí, era lo mejor del mundo. Por eso, me encantaba estar con William, Lía, Dylan, Key... e Ian.
Me sentía protegida y acompañada. Con las demás personas, estaba alejada. Sus voces distorsionadas y sus figuras lejos de la mía. Nunca encajé con los demás.
Por eso apreciaba la risa de Will a mi lado, mientras acariciaba mi mano que descansaba en mi pierna. Veíamos una película de comedia en mi casa, y yo no había tenido un momento de silencio por parte de él. Pero eso me encantaba. Reía por cualquier detalle, y al verme, tan sólo su mirada brillaba y sonreía aún más.
—No te ríes, pareciera que no te gusta esto—dijo, alargando su rostro.
Sonreí—Me gusta, te lo aseguro.
Habían pasado dos meses desde la última vez que vi y entablé una conversación con Ian, fue en ese parque. Todo este tiempo la he pasado con mis amigos, con mi madre e incluso asistiendo a mi nuevo trabajo: ayudar en la biblioteca local. La señora que trabajaba de bibliotecaria era una adorable mujer, de cincuenta y ocho años y tierna sonrisa. Me había tratado muy bien la vez que empecé, y poco a poco comienza a bromear conmigo.
Pareciera que todo estaba bien.
Pero aún sentía algo.
Ese hueco en mi pecho que me indicaba que faltaba algo. Ese tambor en mi cabeza que suena como alarma. Esa preciosa voz en mi mente que no deja de hablar.
Miré el celular a mi lado; vacío.
Tenía que llenar ese hueco de cualquier otra forma.
///
—De verdad, pienso que ya deberían ser pareja—repitió negando con la cabeza, como si estuviera haciendo algo mal.
Apreté el botón cinco y esperé a que la máquina expendedora dejara caer mi lata de refresco. Cuando ésta lo hizo, la tomé de abajo y seguí caminando con ella.
—Siento que es algo pronto...
—Calí, ¿cuándo fue la última vez que tuviste novio?—preguntó con sarcasmo.
Abrí la lata y tragué saliva.
—Nunca he tenido novio—dije de una manera rápida y casi intendible, para darle un sorbo a mi bebida.
Lía lo sabía. Ella tenía en cuenta que yo nunca había tenido un novio, a menos de que el de la primaria que duré una hora con él contara. No había contemplado el amor nunca, sólo el de mis padres, y ese fue suficiente.
—Exacto—masculló mi amiga—, necesitas uno. Y urgentemente.
Rodé los ojos y seguimos caminando por el pasillo de la escuela, esquivando los cuerpos con los que íbamos a chocar. Al salir del edificio, divisé a Will de pie viendo hacia el estacionamiento, recargado con los barandales de los escalones. Sonreí y me acerqué junto con Lía. Se dio la vuelta y al vernos, enseñó sus resplandecientes dientes.
—Hola, chicas—saludó.
—Hola, William—dijo Lía. Miró su muñeca, simulando que tenía un reloj allí–el cual no estaba–, y agrandó los ojos. Me miró—. Me tengo que ir, es bastante tarde y tengo que... que cuidar al gato, ¡nos vemos!
Fruncí el ceño y la vimos irse a toda prisa por la acera. Mordí mi labio y anoté mentalmente regañar a Lía por haber hecho eso.
Después de todo, volví con Will hasta mi casa. Dábamos los mismos pasos, jugando a no pisar las líneas de la banqueta o sino, uno de los dos perdía. Reí junto con él cuando al tratar de no pisar una, perdió el equilibrio y pisó dos en el intento de permanecer de pie.
—Perdiste.
—Nunca fui bueno en estas cosas—hizo un puchero.
Al llegar hasta mi casa, nos detuvimos en la entrada. Sabía que Will tenía algo que decir porque se pasó la mano por el cabello incontables veces, y eso sólo lo hacía cuando estaba nervioso o quería ir al baño. Y no sabía si era la segunda opción.
Reí al pensar que pediría prestado mi baño, y cuando él me vio con una extrañada sonrisa, me disculpé disimuladamente.
—¿De qué te ríes?—preguntó contagiado por mi risa.
—Por nada, no es nada—mentí.
Le invité a entrar a la casa y a cenar, pero él se negó de una manera amable. Nos mantuvimos de pie, sin saber qué decirnos. No fue un silencio incómodo hasta que Will aclaró su garganta.
—Oye, Calí—se rascó la nuca—, Key me ha dicho que hace poco tiempo estuviste triste acerca de un... chico.
Me tensé, pero lo dejé hablar.
—No sabía que te agradara alguien de esa manera—estaba tan nervioso que casi estaba sudando. Sonreí y dejé que los recuerdos fluyeran.
Ian había dicho que él no era bueno para mí, que lo olvidara. No podía dejar que me afectara, me lo había prometido a mí misma, y sabía que aunque no lo quisiese, seguía atada a su bella voz.
Miré a Will.
Él debía estar en mi vida, él nunca me ha dado la espalda y me ha ayudado incontables veces. No podía dársela a él, después de todo lo que me ha dado, no podía soltarlo. Me acerqué, sin escuchar todo lo que estaba balbuceando y antes de que pudiera contar los segundos, ya estaba colocando mis labios encima de los suyos.
Él tardó en comprender que pasaba, y cuando lo hizo, puso sus brazos en mis mejillas para mantenerme cerca. Ese beso se fundió con el sol que se iba escondiendo, mientras todo a mi alrededor desaparecía y lo único que existía éramos sólo nosotros. Él y yo. Ambos juntos.
Me separé para recuperar aire y conecté mi frente con la suya, viéndonos a los ojos.
—Robaste mi acto—murmuró con una tímida sonrisa.
Reí por lo bajo.
—Y lo volvería a hacer.
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Nudes boy
Roman d'amourDesconocido 12:32 am Ashley, mandame nudes ;) Yo 12:33 am Te has equivocado de número, amigo. Desconocido 12:35 am Mierda #138 [10/05/16] en romance, sólo imagina que tiene el primer uno, déjame disfrutar ser primer lugar en mi imaginación y seamos...