Eleven;
I hate himLa película fue todo un asco. Lía no paraba de gritar del susto, Dylan no se despegó de su teléfono y en cambio, William, parecía estar viendo con orgullo al protagonista al dar su vida por su amada lanzándose a la orda de zombies. Yo, solamente ladeé mi cabeza y pensé en todo lo que había pasada allá afuera.
En el momento más inoportuno, aparecieron los créditos. Los chicos se levantaron y no tuve más remedio que hacer lo mismo y dirigirnos a la salida. Dylan platicaba con William acerca de lo mucho que le había gustado la película, y el rubio alardeaba que vendría a ver la segunda parte sin dudarlo. Me crucé de brazos y bajé la mirada, siempre que salíamos de la sala del cine era como si un millón de luces se pusieran frente a mí rostro.
Y fue así, la luz de la salida me hizo entrecerrar mis ojos. Seguí los pies de Lía hasta cruzar las puertas. Pero algo ocurrió que hizo que me tambaleara y casi cayera al suelo. Alguien jaló de mi brazo.
—¿Qué diablos...?—exclamé.
Me di la vuelta y encaré al culpable. No pude recriminarle nada, las palabras no salían de mi boca. Es como si de pronto hubieran bajado la temperatura del pasillo y todo sonido desapareciese. Ian estaba frente a mí, viéndome directamente a los ojos. Ambos tan nerviosos como antes.
—¿C-Calí?—murmuró.
Su voz. Maldita sea, su condenada voz podía ser mi himno nacional, pero eso no importaba. Porque no lo estaba escuchando a través de mi celular, sino que lo tenía frente a mí.
—Hola, Ian—dije lo más segura posible y con una pequeña sonrisa.
Hizo pequeños sus ojos y una tierna sonrisa se posó en sus labios. Era como un cachorro, tierno e inocente. Quería dar los pocos pasos que nos separaban y apretar su rostro con mis manos.
—No puede ser, de verdad eres tú...
Se le veía tan feliz, tan radiante y a la vez tan confundido.
—¿Calí?—habló alguien detrás de mí.
Ian despejó cualquier chispa de felicidad en su rostro y se rascó la nuca incómodamente. Miré sobre mi hombro, allí de pie se encontraba William observando a Ian con el ceño fruncido. Apreté mis labios y volví a verlo.
—Yo... Bueno, hasta luego, Calí—dijo cautelosamente, pasando a mi lado.
Estaba más que confundida. Estaba sorprendida y decepcionada. Giré sobre mi eje y miré encima de William como Ian se alejaba metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón. Se iba. No me dijo nada.
Sé que vi el reflejo de su felicidad al reconocerme en sus ojos. Lo sé y lo sentí. No fue mi imaginación, y de haber sido así, me sentiría peor. Pero aún así no dejaba de sentir ese hueco en mi pecho. Yo deseaba más, quería hablar con el por horas y reírnos pero en persona, no a través de un dispositivo electrónico.
Me estaba engañando a mí misma.
Quería abrazarlo y decirle que en realidad me importaba mucho. Que le tomé cariño con unos simples mensajes, que ya había nacido una amistad. Y esperaba que fuera más. Quería que fuera más.
—¿Quién era él? —cuestionó William mirando hacia atrás.
Suspiré.
—Nadie.
///
Llevaba por lo menos veinte minutos caminando por toda mi habitación, decidiendo si mandar o no ese mensaje. Después de lo que pasó esa tarde tenía miedo de que me respondiera algo horrible.
Afortunadamente mi madre ya se había ido a dormir y ella no se despertaba tan fácil, se podría poner un camión a su lado y aún así seguir roncando.
Gruñí y me lancé a la cama.
¿Me respondería? ¿Me evadiría? Admitir tener miedo en esa situación no estaba bien, estaba aterrada. De un momento a otro Ian me importaba muchísimo.
¡A la mierda todo!
Tecleé en mi celular con el corazón en la garganta y dedos temblorosos.
Yo
12:13 am
Hey :)Mandé el mensaje.
Como si me quemara la piel, lancé el celular al otro lado de la cama y cubrí mis rostro con la almohada.
Dos horas. Dos malditas horas que me pasé pegada al teléfono para que él no me contestara. Tuve la posibilidad de que era muy tarde y él ya estaba dormido, pero recordé que él nunca dormía, antes siempre me despertaba con sus mensajes en la madrugada. Quise gritar de la rabia pero solamente mordí mi almohada.
—Lo odio...—murmuré apagando las luces y tirándome en la cama.
///
Dos semanas. Él nunca volvió a dirigirme la palabra o si quiera a responder ese estúpido mensaje que le mandé en la madrugada. Estaba furiosa, ¿cómo no estarlo? Aunque por supuesto, no podía reclamarle. No sabía cómo, y además, ¿por qué? Estaba en todo su derecho si no quería hablarme.
—¿Está todo bien?—me preguntó William, abrazando una almohada en su pecho y observándome con grandes y brillantes ojos.
Le sonreí.
—Sí. Sólo estaba pensando.
Últimamente ambos pasamos mucho tiempo juntos. Hablamos sobre cosas sin sentido, y a veces de asuntos tan profundos que incluso él me ha visto llorar. Me habla sobre su padre y su madre, de las peleas que tienen y como uno de los dos engaña a otro. Yo le conté sobre la muerte de mi padre, que fue devastadora en mi familia.
Ambos nos apoyamos, y somos una especie de soporte para el otro. Me agrada William, me agrada mucho. Aunque me hubiese gustado conocerlo más antes de haber hablado con Ian. Porque nada podía hacer sacármelo de la cabeza.
Ian me estresaba, se metía por debajo de mi piel aún después de un tiempo sin hablar. Y lo más posible es que él ni siquiera me recuerde, no lo sé.
Él era un idiota. Pero también lo era yo después de todo lo que he hecho. Joder, ¿cómo dejar de pensar en él?
—No le entiendo...—susurró el chico sentado a mi lado, frunciendo el ceño al ver la película.
—¿Qué no entiendes?
—En esa tabla caben los dos, ¡Jack no tuvo porqué morir!
—Después no habría tenido sentido. O así lo quiso el destino, Will, ¡no lo sé!—me reí a carcajadas.
—Ella sufre—señaló a Rose. De pronto, el ambiente se puso tenso—. Sufre porque lo perdió. ¿Cómo hubiese sido si ambos se hubieran puesto de acuerdo en esa tabla?
—Ambos estarían juntos—respondí vagamente.
—Ambos estarían juntos—afirmó.
Y esa frase retumbó en mi cabeza una y otra vez, como un tambor. Haciéndome recordar que estaba haciendo mal.

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Nudes boy
RomanceDesconocido 12:32 am Ashley, mandame nudes ;) Yo 12:33 am Te has equivocado de número, amigo. Desconocido 12:35 am Mierda #138 [10/05/16] en romance, sólo imagina que tiene el primer uno, déjame disfrutar ser primer lugar en mi imaginación y seamos...