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I saw you
— ¿Desde cuándo tú y William salen... así?— preguntó Lía con una ceja alzada mientras cambiaba miradas entre el muchacho sentado dos mesas adelante y yo. Dylan rió por lo bajo y después le dio un mordisco a su hamburguesa.
— A mí me gustan juntos— dijo Dylan encogiéndose de hombros.
Abrí mis ojos y los miré como si estuviesen locos. Hasta hace unos meses William dejó de estar con Caitlin, lo que toda la escuela tomó como una ruptura legendaria. Así que desde que él y yo salimos a lugares para divertirnos, nos han tomado como la próxima pareja. Aún más Lía y Dylan.
— No estamos juntos, sólo somos amigos— mascullé haciendo una mueca.
El castaño me vio fijamente para después volver su mirada a su bandeja de comida— Aún así, prefiero mil veces que salga contigo que con Caitlin.
Rodé mis ojos con una sonrisa y miré de reojo mi celular en la mesa. Tenía la pantalla apagada, como había estado desde hace mucho tiempo. Y me refiero a que Ian nunca volvió a mandarme mensajes, ya han pasado meses y aún tenía la esperanza de que me hablara pidiendo disculpas y así poder volver a comunicarnos como usualmente hacíamos. Pero no. Eso nunca pasó.
Después de las dos primeras semanas de su desaparición le mandé un mensaje como saludo, pero nunca respondió. Me preocupe, por supuesto, pero después pensé que ya se había cansado de mí. Aunque él aún seguía en mi mente, ya que lo había visto en el parque de diversiones. ¿Había sido realmente él o simplemente confundí su voz? Este tiempo me he estado ladeando por la segunda opción, ya que era muy posible que él viviera al otro lado del país o sino, al otro lado del mundo. Nunca discutimos nuestras ubicaciones.
—Hey, Calí
Di un respingo y alcé la cabeza. Allí se encontraba William, con su usual radiante sonrisa y cabello rubio brillante. Le sonreí sin mostrar mis dientes.
—Hola, Will Will— le llamé por su apodo.
— ¿Te pasa algo? Pareces... triste.
Fruncí el ceño y después agité mi cabeza en negación.
—Estoy bien, no te preocupes.
Sonrió y se sentó al lado de Dylan, quien nos miró detenidamente a ambos con una pícara sonrisa en el rostro. Rodé los ojos. Lía siguió comiendo sin inmutarse de que William estaba sentado frente a ella.
—¿Qué tal si vamos todos juntos al cine? Hay una nueva película y tengo muchas ganas de verla...
—Tú vives de las películas—susurró Dylan burlonamente. William bufó.
— Esta es especial. ¡Es de zombies! Tú muy bien sabes que los zombies siempre tienen buena trama.
Reí junto con él.
///
Estábamos los cuatro comprando las palomitas cuando Lía me exigió acompañarla al baño. Solamente quería verse en el espejo para después quejarse del calor y posiblemente acabar limpiándose el sudor de su frente con papel higiénico.
La seguí arrastrando los pies. Cuando dimos vuelta fuera del área de comida para ir directo al baño, miré hacia atrás buscando a Dylan y William comprando las palomitas. Pero no vi eso. Vi algo más, algo más... espeluznante. Una muchacha de cabello rubio y largas piernas, piel tersa y blanca con un lindo vestido floreado, me estaba dando la espalda. Pero eso no me sorprendió en lo más mínimo, sino el hecho de que estaba besando a un muchacho. Y no cualquier muchacho, sino Ian. Lo reconocería hasta dentro de la oscuridad misma.
Vestía unos pantalones negros y un suéter gris que recorrió sus mangas hasta sus codos. Tomaba con fuerza a la muchacha de su cintura mientras ambos estaban en la fila de los dulces. Queriendo ganar más tiempo para asegurarme que realmente era él, después de tantos meses de no hablar con él o de la última vez que lo vi, me sujeté de la pared de la entrada del baño y ladee mi cabeza. Lía tomó mi mano y comenzó a jalarme diciendo cosas que yo no prestaba atención.
Cuando cedí, Ian entreabrió sus ojos. Y nos vimos. Nuestros ojos se conectaron por unos segundos y yo tuve la loca idea de sonreírle y saludarlo. Pero él no sabía quien era yo, no me conocía.
Lía me arrastró al interior del baño y no presté atención en nada de lo que decía acerca de Dylan o de la capa de sudor que comenzaba a nacer en su frente. Mi mente estaba en otro lugar, en esos ojos avellana que me miraron fijamente.
Después de unos pocos minutos, salimos. Llegamos al lado de los chicos que cargaban las palomitas y refrescos en mano. Me dieron los boletos y los dirigí hasta la sala correcta de la dichosa película. Mientras buscaba el número siete encima de alguna puerta, me golpee con algo.
Ese algo, gruñó por la molestia.
—Ten cuidado.
Apenada levanté la mirada. Me quedé congelada en mi lugar, pero con mi sangre hirviendo.
—Yo... perdón. No quería—miré al suelo— ... no quería tirar tus ositos de goma.
Me miró con las cejas juntas. Pero después de unos segundos, su rostro quedó perplejo. Reconocí su mirada, porque esa mirada también la tuve yo después de haberme dado cuenta que había conocido al Nudes boy. Me agaché hasta tomar los ositos de goma entre mis dedos y los puse en su bolsita, en la mano de Ian. Él seguía quieto, en su sitio, con los ojos tan abiertos que pareciera que se saldrían de su lugar en cualquier momento y con la boca ligeramente abierta.
—Lo siento—volví a disculparme.
Le dediqué una última pequeña y tímida sonrisa y seguí con mi camino. Llegué al lado de Lía y le dimos los boletos al encargado en la sala. Cuando apenas iba a pasar después de abrirle la puerta a mis amigos, dejé de respirar.
¿Qué estaba haciendo? Era mi única oportunidad hasta ahora de hablar con Ian cara a cara y la estoy desperdiciando.
Dejé la puerta y volví a caminar hasta el pasillo donde él había chocado conmigo. La muchacha rubia lo estaba arrastrando a otra sala, una película romántica. Ian estaba tieso, y giró su cabeza justo en el momento en que yo detuve mi camino gracias a que William salió con un bote de palomitas y preguntando si quería sentarme a su lado.
Asentí sin prestar mucha atención y él me llevó dentro de la sala, excusándose con que ya iba a comenzar la película. Miré atrás. Ian también me miraba. Ambos en la misma situación, siendo arrastrados por la persona equivocada. Nuestras miradas siguieron conectadas hasta que las puertas negras de la sala se cerraron en nuestras caras.
Me reconoció. Yo lo reconocí. Pero ninguno de los dos tuvo la valentía de dirigirse como El chico de los nudes o como La chica equivocada.

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Nudes boy
RomansaDesconocido 12:32 am Ashley, mandame nudes ;) Yo 12:33 am Te has equivocado de número, amigo. Desconocido 12:35 am Mierda #138 [10/05/16] en romance, sólo imagina que tiene el primer uno, déjame disfrutar ser primer lugar en mi imaginación y seamos...