Dos: Caballero

670 67 7
                                    

Me desperté con un terrible dolor de cabeza. Estaba acostada como cada mañana en mi cama, apenas entraba la luz por la ventana, ¿Qué hora era? La puerta de mi cuarto se abrió haciendo que me asustara.

-All, ¿Qué haces en la cama aun? Se te hará tarde para el colegio. –dijo mi madre

-¿De que hablas? –pregunte confundida.

-Levántate ahora mismo de esa cama, no caeré en tus chantajes de nuevo. Te quiero en diez minutos en el comedor.

Salio de mi cuarto de nuevo. Me senté en mi cama mirando alrededor confundida hasta que recordé lo ultimo que venia a mi mente.

-Hood. –dije en voz baja.

Negué lentamente y observe de nuevo mi cuarto, todo estaba en orden como anoche antes de irme a dormir, por dios, hasta traía puesta mi pijama.

¿Y si fue un sueño? -pensé 

Baje a desayunar algo, hoy había despertado con demasiada hambre. Comencé a comer mi cereal mientras trataba de recordar ese sueño que tuve, ¿Ese chico fue solo un sueño?

-¿Amor, donde están las llaves del auto? –pregunto mi padre a mi madre.

Escupí el cereal cuando recordé que me había llevado el auto, ¿o lo soñé?

-All, por dios come despacio. Te llevare al colegio. –me dijo Papá.

-Tus llaves están en tu despacho. –le recordó mi madre.

Mi padre mágicamente había encontrado sus llaves en su despacho donde siempre las guardaba. Íbamos camino a mi colegio, mientras yo estaba volviéndome loca.

-Hay algo que tengo que contarte. –dije nerviosa.

-¿Qué hiciste ahora, All?

-Ayer me iba a fugar con Matt a esa fiesta con mis amigos, tome la llaves de tu auto y me fui en la noche, después me encontré con un tipo que casi me mata, pero antes de encontrarlo había matado alguien. Por dios, papá, ¿Qué tal que mato a Matt? –hable rápidamente.

Mi papá frunció el ceño y me miro como si fuera toda una loca.

-¿Acaso te drogas? –Me pregunto.

-No, es real. No fue un sueño.

-De acuerdo, baja del auto y entra al colegio.

Baje del auto y camine rápido a buscar a Matt, no estaba en el salón ni en las canchas de fútbol que es donde siempre nos vemos. Marque su numero de celular y no me contesto. 

-Hey, All. ¿Tu y Matt no se irían a esa fiesta? –me pregunto Tara.

Tara y Matt eran de mis mejores amigos, si no es que mis únicos amigos.

-¿Has visto a Matt? –le pregunte.

-No, se supone que tu y el se irían juntos.

-Mierda. –me queje.

-¿Te dijo algo, Matt?

-¿Algo sobre que?

-Ya sabes....

-¡No lo se, Tara! Háblame claro. -dije desesperada.

-El pensaba pedirte que fueras su novia, ¿Qué fue lo que sucedió anoche?

-¿Yo le gustaba?

-Le gustas, no hables en pasado.

-Tengo que irme, me toca Biología y debo estar cinco minutos antes. Nos vemos mas tarde.

Todas las clases se fueron rápido, mientras que yo no dejaba de pensar en aquel chico. Si tan solo tuviera alguna prueba.... ¡Mi celular! Me había mandado unos mensajes. Saque mi celular y me fije en la bandeja de entrada, no había ningún mensaje.

Caminaba de regreso a mi casa hasta que de repente un auto al cual no reconocí que modelo era, pero se veía que era modelo reciente. Me pare y vi que la ventana del piloto bajo.

-¿Quieres que te lleve? –me pregunto.

Era ese chico de anoche solo que ahora llevaba unos lentes oscuros. Negué y comencé a caminar lentamente. Escuche que bajo del auto y se puso frente a mi.

-Entiendo que estés confundida, pero si algo me molesta es que no me respondan algo que pregunto. Ahora sube al auto.

Podía ver mi rostro confundido a través de sus gafas oscuras. Me tomo de la cintura con ambas manos y me acerco a su cuerpo.

-Bien pude haberte matado anoche, ahora no me hagas lamentarme de no haberlo hecho. Sube a ese auto y no hagas nada estúpido. –me susurro al oído.

-No fue un sueño. –me dije a mi misma.

-Por supuesto que no, ahora sube al auto.

Asentí y camine hasta la puerta del copiloto. Abrí la puerta yo misma porque vamos, no creo que el tipo que es tan caballeroso venga bien amable y abra la puerta mientras toma mi mano y me ayuda a subir a su auto ultimo modelo. Me coloque el cinturón de seguridad, observe que encendió el motor del auto.

-¿No te colocaras el cinturón de seguridad? –pregunte.

Volteo a verme, se quito los lentes y me sonrió.

-Anoche por poco te mato, estoy seguro que tienes demasiadas preguntas en mente y lo único que se te ocurre ahora preguntarme es si me pondré el cinturón de seguridad. Eres increíble.

-La seguridad es lo primero. –fue lo primero que se me ocurrió decir.

Se coloco el cinturón y puso el auto en marcha.

-¿Le hiciste algo a mi amigo? –dije observándolo.

-¿Qué amigo?

-Matt, el que estaba ahí anoche. ¿Lo.... Mataste?

Estaciono el auto y me observo.

-No se quien es tu amigo.

-Tu mataste a alguien, ¿Quién fue?

-Alguien que no te importa.

Me callé y sin esperarlo me baje rápido del auto y corrí todo lo que pude. Sentí que me detuvieron al jalar mi mochila haciendo que casi me cayera, me pego contra la pared haciendo que me golpeara en la cabeza.

-Te advertí que no hicieras nada malo.

Estaba tan cerca de mi, podía casi sentir sus labios sobre los míos.

-No me mataras, si anoche no lograste hacerlo ahora menos lo harás. -dije tratando de sonar segura.

-Créeme que te haré la vida tan imposible que desearas haber muerto anoche.

-No te tengo miedo.

De nuevo trataba de sonar segura y fingir que no me intimidaba 

-No planeo provocarte miedo, estoy seguro que en este momento eso es lo menos que sientes hacia mi. Quieres besarme, ¿Me equivoco?

Me relamí los labios esperando a que lo hiciera, se acerco poco a poco, sentí sus labios rosar los míos. Cerré los ojos esperando que lo hiciera pero no lo hizo, no me beso.

-Tu y yo somos casi iguales, ¿recuerdas lo que hiciste el verano pasado? –me pregunto al oído.

-¿De hablas? -pregunte nerviosa

-Ándate con cuidado conmigo, no te conviene tenerme como enemigo. Allison McCall. 

HOODDonde viven las historias. Descúbrelo ahora