Treinta y ocho: Reencuentro

138 17 7
                                    

-¡Sopla las velas! -grito mi hermana.

Sonreí. Estaba frente a mi pastel de cumpleaños numero 20. Sí, había pasado demasiado tiempo.

Sople las velas y después escuche a mis padres junto con mi hermana aplaudir. Habían venido por este día a celebrar mi cumpleaños. 

Mi hermano Tyler y Alex vendrían pasado mañana a verme, debían tener cuidado aún y más con el embarazo de Alex. Tenía apenas dos meses. 

Me encontraba viviendo sola en una ciudad vecina a la de mis padres, aquí estudiaba filosofía en la universidad publica. Me iba bien, tenia varios amigos, pero tenia a uno con el que la pasaba muy bien y es que a el lo conocía desde la preparatoria. 

Después de que mis padres se fueron me cambie de ropa ya que iría a una fiesta junto con Ashton. 

Llegue a la fiesta, aquí nos veríamos.  Lo estuve buscando por un rato, tal vez llegaría mas tarde. Así que procedí a drogarme y tomar con mis demás amigos. 

Estaba ya muy pasada de todo, salí de la casa. Hacía demasiado frío, camine unos pasos mas afuera. 

-Vamonos.

Me puso un brazo encima para abrazarme y así caminar juntos. No sabia nada, no podía razonar, mi cuerpo estaba completamente vulnerable.

Me ayudo a subir al auto, después el se subió y manejo. Cerré mis ojos hasta que me despertó. 

-Te conozco. -dije sonriendo por lo ebria que andaba 

-Supongo.

Sonreí y cerré los ojos.

-Creí que estabas muerto o algo así.

-Gracias por lo de estar muerto. -dijo sarcásticamente.

Me senté bien, tape mi rostro con amabas manos y después volví a verlo.

-Te extrañe.

Sonrió por lo que dije.

-Estoy muy ebria, no hagas caso en lo que te diga. -volví a hablar.

-Y también muy drogada.

Nos miramos por un momento. 

-¿Que te trae por estos lugares de nuevo Hood? 

-Tú.

Baje la mirada para volver a verlo.

-Lo dudo, pero tratare de creerte. 

-¿Por qué no lo crees? 

-Porque estoy muy drogada y se que no debo creerte. 

-En ese supuesto, tampoco creo que me extrañes. Después de todo tú fuiste la que se marcho sin despedirse. 

-De todas formas ibas a dar conmigo. 

Mire hacia el frente , no podía razonar en estos momentos. 

-Me fui porque ya no quería seguir en esa ciudad, al principio me dolió mucho, todas mis noches eran lagrimas y soledad. No debía porque decirte que me iba, de cualquier forma te comportaste conmigo como si nunca te importara. 

No quería mirarlo. 

-No se que hago aquí. 

Abrí la puerta del carro y baje con torpeza, caminaba sobre la calle hasta que escuche que Hood venía detrás de mí. 

-Deja llevarte a menos a algún lugar seguro. 

-Puedo irme sola.

-Lo sé, pero estas en un estado bastante vulnerable. No quiero que te pase algo peligroso. 

HOODDonde viven las historias. Descúbrelo ahora