Capítulo 23

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Esta historia está publicada en papel por el equipo Penguin Random House grupo editorial. Puedes encontrarlo en diferentes países (explicados en un capítulo especial) y también vía amazon. 

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Lo miré sin decir nada, no porque no quisiera, sino porque no sabía que decirle.

Escuchamos la puerta y enseguida me puse de pie para ir a abrir, de seguro era mi primo.

– ¿Acaso tienes novia? –Le pregunté cuando estábamos en el living.

– No –Me sonrió. –Todavía –Movió sus cejas de arriba hacia abajo.

– ¿Quién es? –Entrecerré mis ojos y Caín soltó una carcajada.

– Una amiga Cailín.

– No es sociable con los hombres ¿Cierto?

– Claro que no –Sonrió. –Sólo conmigo.

– Que asco –Saqué la lengua y él rio de mí.

Estuvimos bromeando con Caín y luego nos fuimos. Dante me pidió que cuando él no pudiera venir a ver a Caín, viniera yo a ayudarlo a hacer algunas cosas ya que le costaba bastante moverse, obviamente acepte.

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– Me gusta Caín –Hablé rápidamente. Annie abrió sus ojos como plato.

– Sabía que pasaría esto –Estrelló su palma con su cabeza.

– Tu estas con Jaxon y también no es muy bueno que digamos. Él ha cambiado por ti.

– Si, pero Caín no hace nada por ti. Se besan clandestinamente, no salen juntos, no conversan sobre ustedes, no se conocen lo suficiente y es un imbécil –Escupió Ann.

– No seas tan pesimista –La miré. –Él es muy dulce cuando quiere serlo.

– No quiero parecer una amiga fastidiosa Cailín, pero eres mi mejor amiga y lo último en mi lista es que sufras, de verdad.

– ¿Y si te digo que no me ilusionaré?

– No voy a creerte, mira como me estás hablando. Ya estas completamente ilusionada con él.

– ¿Y si te digo que todo va a estar bien?

– Intentaré creerlo –Me miró comprensiva.

– Eres la mejor –Le sonreí y ella rodó los ojos.

Estuve toda esa semana yendo al departamento de Caín, nos reíamos a carcajadas de lo que hacíamos. Le cocine varias veces y también lo ayude vestirse, hubo veces en donde me decía indirectas y besaba mis labios cuando estaba desapercibida. Cada día me iba con una sensación mejor, me sentía tan cercana a él que me dolía el estómago pensarlo. Ahora hablábamos más, nada de él, pero de mí creo que sabía lo suficiente.

– Te tengo una invitación –Me dijo Caín. Estábamos en el instituto, afortunadamente ya se había recuperado lo suficiente para hacer todo.

– ¿Si? –Alce mis cejas y él asintió.

– Es una sorpresa.

En cuanto salimos del instituto Caín estaba esperándome, Annie entrecerró los ojos y yo moví mis cejas mirándola. Como nunca, Caín me hizo tomar un autobús, dijo que a veces era bueno salir de la rutina de todos los días en auto. Llegamos a un lugar que no conocía, estaba oscureciendo, pero con Caín sabía que no me ocurriría nada.

– ¿Estamos lejos?

– Un poco –Se encogió de hombros.

Caminamos un rato y al parecer íbamos subiendo porque estaba bastante cansada y él ni siquiera respiraba rápido.

CAÍN © #1 EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora