Capítulo 29

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Esta historia está publicada en papel por el equipo Penguin Random House grupo editorial. Puedes encontrarlo en diferentes países (explicados en un capítulo especial) y también vía amazon. 

*

– ¿Le dirás a Dante? –Mis ojos se fijaron en los de él. Caín negó con su cabeza. –Entonces sí.

– ¿En serio? –Abrió sus ojos un poco más.

– Si, de todas maneras me da miedo quedarme sola y Annie siempre esta con Jaxon.

– Haz un bolso y vámonos, te duchas allá.

– Gracias.

– No me des las gracias Blanca nieves –Me sonrió y se sentó en el sillón.

Entre a mi habitación a ordenar un bolso con ropa y cosas de mi higiene personal. Cuando estuve lista salí al living, Caín tenía su celular en sus manos, levantó su vista mirándome y luego sonrió.

– ¿Nos vamos? –Me preguntó.

– Si –Saqué las llaves del departamento y volví a cerrarlo con llave.

En el auto mi estómago iba totalmente revuelto, no sabía dónde dormiría o que cosa íbamos a hacer. Caín se mantenía totalmente tranquilo, como si llevar a casa a una chica fuera lo más común del mundo.

Al abrir el departamento, estaba todo completamente ordenado como de costumbre. Él me dijo que me duchara primero y luego se ducharía él porque quería pedir algo para que comiéramos. Asentí en silencio y me metí al baño. Respiré profundo y no pude evitar sentirme emocionada por estar en el departamento de Caín junto a él. Me saqué la ropa, luego di el agua caliente hasta que pude regularla como yo quería. Fue una ducha regular, no quería estar horas ahí. Salí con la toalla en mi cabello y una rodeando mi cuerpo hacia la habitación de Caín. Él estaba ahí con bóxer e hice mi mayor esfuerzo por parecer normal.

– Me toca –Sacó la toalla de su mueble y se metió al baño. Escuché la el agua caer y me relaje.

Me seque rápidamente y me puse ropa interior, jeans y antes de ponerme la remera la puerta del baño se abrió.

– Oh, perdón –Caín se volteó hacia el baño y rápidamente me puse mi remera.

– Esta bien –Reí.

– Voy a estar afuera –Le sonreí algo nerviosa. Tome mis toallas y salí de la habitación. Las tendí en el balcón y me quedé en la sala de estar peinándome y quitándome todo rastro de maquillaje del rostro.

– Pedí pizza –Escuché a Caín detrás de mí y me sobresalté. El río por lo bajo y yo entrecerré mis ojos.

Cuando la pizza llegó, Caín decidió que veríamos películas. Siempre imagine que era de los tipos que les gustaba sorprender a las chicas, pero me gustaba que fuera tan preocupado y no tan apegado a las calles siempre. A veces es mejor estar en casa que salir.

– ¿Dónde voy a dormir? –Le pregunté mientras acomodábamos las cosas en su cama.

– Aquí, en mi cama –Respondió como si nada instalando el DVD.

– ¿Y tú?

– En mi cama –Repitió. Me quedé en silencio y el volteó riendo. –No te haré nada Blanca nieves.

– Lo sé –Sonreí.

Finalmente nos pusimos pijama y nos tendimos en la cama a comer pizza y a ver películas. Reíamos a carcajadas mientras la película avanzaba, pero me quede dormida.

CAÍN © #1 EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora