CAÍN © #1 EN LIBRERÍAS

Capítulo50

Esta historia está publicada en papel por el equipo Penguin Random House grupo editorial. Puedes encontrarlo en diferentes países (explicados en un capítulo especial) y también vía Amazon. 

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- No te pongas así –Dijo mientras yo cerraba la puerta.

- Vamos a mi habitación.

- ¡¿Quién es?! –Me gritó Dante desde la habitación.

Caín abrió la puerta de la habitación de Dante.

- Soy yo idiota –Le sonrió.

- Ah, hola. Deja de hacer enojar a mi prima ¿Escuchaste?

- Si –Le sonrió Caín. –Sigue estudiando.

Entramos a mi habitación, me senté en la cama y él se sentó mirándome.

- ¿Ahora si vas a escucharme? –Me preguntó.

- Te iba a escuchar en la tarde, pero llegaron los chicos –Me defendí.

- Claro y luego te fuiste sin avisarme –Rodó los ojos.

- Si ¿Acaso vienes enojado tú? –Fui terca, pero me dolía la cabeza. –La única que tiene derecho de estar enojada en este momento soy yo.

- Déjame explicarte Cailín –Comentó sacado de quicio. –Deje de trabajar para Mark, pero luego comenzó a enviar a tipos para que nos siguieran, me amenazaron con que te querían hacer daño, hasta me enviaron unas fotos tuyas de la última pelea que tuve en donde estuviste conversando con Sam –Me contó. –Fue demasiado la insistencia, trabajar con él por estas dos semanas estará bien y ya está.

- ¿Por qué no me lo habías dicho?

- Porque sabía que te pondrías así, a decirme que no quieres estar conmigo acá y allá –Se desahogó. –Quiero que me entiendas sólo por ésta vez, te estoy protegiendo.

- No voy a apoyarte ni a entenderte –Le dije. –No me estás protegiendo. Pensé que eras un poco más inteligente, pero me equivoqué.

- Estoy pensando con el corazón Cailín –Su mirada celeste se fijó en la mía. Me quedé en silencio mirándolo.

- No estaré de acuerdo con esto nunca ¿Entiendes? –Hable por fin.

Él se quedó mirándome unos segundos, parecía como si estuviera pensando las palabras para decírmelas.

- Voy a hacerlo Cailín –Dijo mirándome. –Te guste o no, estés conmigo o no. Lo primero en mi lista eres tú y no dejaré que nada malo te pase, lo que sigue no es nada.

- ¿Estás hablando en serio? –Lo miré fijamente.

- Así es.

- Bien, entonces vete –Escupí.

- Cailín...

- Vete Caín –Me puse de pie y abrí la puerta. –Y no vuelvas hasta que hayas terminado tu trabajo con Mark ¿Escuchaste? No vuelvas hasta que caigas en la realidad de que tu vida volverá a ser una mierda.

- No puedes estar hablándome en serio –Se acercó a mí mientras mis ojos estaban llenos de lágrimas. No dije nada, él intento tocar mi rostro, pero lo esquive.

- Ya basta –Una lágrima recorrió mi mejilla, pero rápidamente me la seque.

- Espero que mañana te des cuenta que estás cometiendo un gran error.

- El que está cometiendo un error eres tú –Hable finalmente.

Él se quedó mirándome unos segundos y luego se marchó. Quise llorar de inmediato, pero me trague todo tipo de nudo en mi garganta y me lance a la cama.