Capítulo 52

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Esta historia está publicada en papel por el equipo Penguin Random House grupo editorial. Puedes encontrarlo en diferentes países (explicados en un capítulo especial) y también vía Amazon. 


No pude decirle nada porque el doctor llevaba mi silla de ruedas, en cuanto Darell se acercó a nosotros enseguida habló.

- Hola doctor -Le dijo.

- Hola ¿Se le ofrece algo?

- Es mi padre -Dije de inmediato -Debo irme con él.

- Ah, claro -Respondió el doctor de buena manera. -Caín, vamos a facilitarte unas muletas.

- Gracias -Sonreí un tanto sacado de quicio, verlo ahí me daba un mal presentimiento, pues obvio que ya sabe todo lo que ocurrió.

En cuanto el doctor me pasó las muletas, salí del hospital junto a Darell, no me decía nada y ya estaba comenzando a desesperarme, me gusta cuando me dicen las cosas directamente no cuando se dan miles de vueltas pensando "¿Le digo o no le digo?"

- ¿Qué viniste hacer aquí? -Le pregunté mientras caminábamos hasta su auto.

- Pues a verte -Se encogió de hombros.

- No quiero que ésta vez te entrometas -Lo fulmine con la mirada.

- De eso hablaremos cuando lleguemos a tu departamento -Abrió la puerta del copiloto y yo caminé hasta el otro costado.

Todo el camino fue silencioso, no sabía lo que tenía para decirme, entonces no sabía que responderle.

Llegamos a mi departamento y lo primero que hice fue sentarme en el sillón, la verdad es que comenzaba a dolerme la herida.

- ¿Por qué no me dijiste sobre Mark? -Se sentó en frente de mí.

- Porque tengo asuntos propios -Respondí sin interés de escuchar.

- Caín, pensé que intentaríamos llevarnos bien.

- Así es, pero no quiero que te entrometas en mis asuntos.

- Escúchame -Me habló firme. - ¿Quieres seguir trabajando con Mark? -Frunció el ceño algo confundido.

- No, pero debo hacerlo.

- ¿Por qué? Es porque te amenazó con Cailín ¿No?

- ¿Cómo sabes eso? -fruncí el ceño.

- Soy un Bennet -Dijo frío. -No debes hacerlo Caín ¿Sabes cuantas veces me amenazaron con que iban a matar a tu madre?

- Y la mataron -Dije frio. -No vengas con esas estupideces de que la quisiste defender.

- Pero no la mataron porque yo estaba trabajando por obligación -Dijo muy seguro de sus palabras. -Fue porque cometí un error ¿Sabes cuál? Confiar en personas que no merecían mi confianza.

- Yo no confío en Mark -Me defendí.

- Pero estás siendo ingenuo ¿Crees que después de un mes vas a estar libre? Después de esto no vas a estar libre nunca.

- ¿Quién diablos te contó todo esto? -Lo miré. Él se quedó en silencio mirándome ¿Quién más podría haber sido? Cailín. Demonios. Ella es la única que sabe todo esto y la única que quiere intentar proteger al chico que en realidad nadie va a lograr proteger. -Cailín -Rodé los ojos.

- Ella está muy preocupada por ti.

- No me pasará nada -Dije enojado. -Diablos, le dije que cerrara la boca. No puedo creerlo.

CAÍN © #1 EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora